LA FANTÁSTICA TRANSFORMACIÓN DE BARACK HUSSEÍN OBAMA
Mumía Abú-Jamal
20-9-2014
Cuando Barack Husseín Obama fue primero elegido Presidente de los Estados Unidos, un sentimiento de absoluta euforia inundó a los países que antes eran considerados como, El Tercer Mundo: África, por sus ancestros sanguíneos, y el Medio Oriente, por la fe tradicional de su padre.
Para todos ellos, la elevación de Obama a la más alta posición del país parecía significar un cambio de proporciones épicas, porque en esas regiones del mundo la ascendencia, la tribu y el clan a los que uno pertenece, son marcas poderosas de identidad.
Cuando Obama dijo su discurso en El Cairo (4 de junio de 2009), sus melifluas palabras produjeron mucha emoción en las comunidades árabes y musulmanas. El sentimiento de cambio era palpable.
Pero las elites del poder no toleran cambio, a menos que ese cambio los beneficie.
De pronto vino ISIS –anteriormente conocidos en la Península Arábica como al-Qaeda.
ISIS proveyó el atractivo que probó ser totalmente irresistible.
Terrorismo.
Y, derrepente, para el agrado del complejo militar industrial, ahora hay una nueva guerra.
Una guerra aérea – ¡en dos países!
Y estamos de nuevo en ese negocio.
Esa vieja comezón imperial, la ambición de manejar a otros, de decidir los líderes de otros países, tiene que ser rascada.
6 años después, la administración Obama suena como una luciente repetición de esos repugnantes años de la administración Bush.
Guerra.
Otra vez la guerra...
--© '14maj
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