jueves, 31 de enero de 2008

ABRIL DE 2001

Marcos, invitación al debate

por Enrique Krauze

En esta conversación radiofónica del 15 de marzo, Enrique Krauze hace un balance de lo que representa la irrupción del ezln en este momento crucial del país: las aportaciones positivas de la ley de la Cocopa, la necesidad de legislar con toda responsabilidad, la inconveniencia de soslayar el mestizaje, las peligrosas tentaciones redencionistas...

José Gutiérrez Vivó: ¿Qué nos dices del contexto de la visita de los zapatistas a la capital del país?
Enrique Krauze: Padecemos una atmósfera de maniqueísmo, tal parece que sólo hay lugar para los que están a favor y los que están en contra. Pero la vida no es ni blanca ni negra, sino de todas las tonalidades del gris. Se trata de un problema muy complejo, que tiene aspectos positivos, desde el punto de vista histórico y político, y también aspectos negativos, discutibles. Es necesario equilibrar y ponderar esas luces y sombras.

JGV: Dentro de ese claroscuro, ¿cuáles son para ti los aspectos positivos y cuáles los negativos?
EK: Como muchos mexicanos, estoy de acuerdo con la legitimidad de la causa zapatista, reconozco la existencia de un agravio histórico real. No estoy de acuerdo con sus medios, pero sí con sus fines: la justicia, la democracia, la dignidad.
Por otro lado, es muy positivo el servicio político de los zapatistas al hacernos más conscientes del problema indígena, en particular el de Chiapas, así como su contribución al empujón final contra el antiguo sistema político mexicano. También hay que mencionar la importancia de que hayan salido de Chiapas, de que hayan dejado las armas, así sea provisionalmente. Tengo una muy buena opinión sobre el hecho de que estén en el D.F:, de que hayan marchado, de que se expresen. No hay que olvidar que la libertad de expresión es la cardinal de todas las libertades. La democracia no sólo es cuestión de votos, también lo es de libertad de expresión.
Las minorías tienen el derecho de expresarse y tienen también el deber de escuchar las opiniones disidentes, hacia afuera y hacia adentro. La máxima difusión a la expresión de los agravios y de las propuestas de los zapatistas, y en general de los indígenas mexicanos, me parece de la mayor importancia: una prueba de fuego para la democracia mexicana. De llegar, un acuerdo tendría una gran fuerza simbólica; alcanzaríamos eso que Octavio Paz llamó "la reconciliación final con nuestros orígenes".
Tengo de los zapatistas, en suma, una opinión muy positiva, tanto histórica como en términos de su potencial ayuda a la democracia mexicana y aun a la causa de los indígenas. No son incompatibles ninguno de esos tres elementos.
Entre los aspectos negativos está su insistencia en que la deuda histórica con los indígenas es casi impagable. Creo que es muy grande, sin duda, pero hay que matizar, porque si se compara con la de cualquier otro país que haya tenido población indígena, la calificación de México es la más alta. En Perú viven dos sociedades enfrentadas, los indígenas en las montañas, los blancos en la costa. Argentina y Chile exterminaron a sus indígenas casi en su totalidad. Los Estados Unidos hicieron lo mismo, y también organizaron esa especie de vergonzoso apartheid que son las reservaciones. En México eso no pasó. El aporte fundamental —histórico, social— de México es el mestizaje. Así, cuando se quiere dividir a los que tienen el color de la tierra y los que no lo tienen, me parece que se está incurriendo en una actitud racista. El problema de México no es en mi opinión de carácter étnico; se trata de un problema social.

JGV: A veces los mexicanos nos encerramos en nuestros problemas y pensamos que todo lo malo pasa sólo aquí. Los actuales indígenas de África, por señalar un ejemplo, son originarios de África, y hay que ver cómo les fue: los invadieron, los explotaron, los mataron y ahí siguen, en un continente no viable...
EK: En la ideología del neozapatismo hay elementos que no son sostenibles. México no es un país que haya exterminado a su población indígena. La palabra mestizo no se utiliza en el habla común porque en México la gran mayoría es mestiza. En cambio, en Perú, las palabras de connotación étnica son palabras cotidianas, lo que delata el odio entre las razas. Esto no es privativo de México, pero sí lo es de Chiapas. Hace veinte años se oía aquella frase famosa de "Todo Chiapas es México". Hay que decir, más bien, que muy poco de Chiapas se parecía a México y que, en cambio, Chiapas se parece mucho a Perú.
Por otro lado, es vergonzoso y hasta risible que los europeos nos vengan a dar clases de liberalismo racial en México. Deberían primero estudiar su propia historia; en ella encontrarían que en sus propios países, por motivos racistas, no se discriminó sino que se asesinó a millones de personas. Las guerras de índole racial han sido la peste del siglo XX. Es innegable que en México tenemos enclaves, actitudes y palabras racistas; sin embargo, es falso que México tenga, como su mayor prioridad nacional, que resolver su conflicto étnico. No puede ser que los mexicanos no nos demos cuenta de que aquí ocurrió el mayor experimento de integración cultural y étnica de la historia americana: el mestizaje mexicano.

JGV: La figura Marcos... ¿Cuál es tu interpretación del personaje?
EK: De nuevo volvemos a los claroscuros. Por un lado, creo que es un personaje notable. Si lo comparamos con los guerrilleros centroamericanos, ya no se diga con los senderistas, se trata de un hombre genuino, inteligente, apasionado, valeroso, talentoso. Lo veo como el hermano menor de los veteranos del 68, mucho más radical que nosotros en los años setenta. He estudiado recientemente la clave de la trayectoria ideológica de Marcos, y creo que quien nos ayuda más a explicar de dónde proviene su actitud es un pensador peruano llamado José Carlos Mariátegui, el primero que ligó a la revolución socialista con el indigenismo. No es casual que Mariátegui haya sido peruano. Por su ideario, Marcos es hijo de un pensador peruano.
Por otro lado, creo que Marcos corre el riesgo del mesianismo. En la entrevista con Julio Scherer, Marcos lo confirma: "Estamos caminando en el filo del mesianismo y del realismo político". Marcos a veces habla como un iluminado o un revolucionario que busca encender al país. Su actitud proviene de dos orígenes mesiánicos: la mentalidad indígena, siempre en busca del guía, del que la va a redimir, y el marxismo. En la misma entrevista dice el Subcomandante: "Esto va a estallar si no hay salidas políticas reales". Esta frase no es de un líder político, sino de un líder revolucionario. Si no existen las salidas políticas reales, ¿entonces qué fue el 2 de julio? Abunda Marcos: "En el caso de los grupos indígenas, puede tenderse al fundamentalismo, y ahí no hay diálogo que valga". Marcos mismo acepta el elemento fundamentalista y mesiánico en el zapatismo. Cuando las ideas bajan a las entrañas del alma y llegan a lo visceral se vuelven creencias fundamentalistas, algo muy peligroso. Marcos ha contribuido a esta delicada situación. Él tiene la solución en la mano, que está en irse justo por el otro lado, por el de la política, no por el de la redención. Debe admitir que México cambió a partir del 2 de julio, que es un país democrático, en donde caben los líderes políticos, pero no el mesianismo, no el redentorismo, no el fundamentalismo.

JGV: ¿Por qué razón, si México cambió el 2 de julio, Marcos toma esa posición adversa a Fox?
EK: El gran cambio histórico de México, un cambio que teníamos noventa años de esperar, es la democracia, no la redención. La redención no es de este mundo, entendiendo por redención el cambio absoluto y total del orden, la justicia, la igualdad y la libertad. Esto es lo que todos los revolucionarios proféticos y mesiánicos de la historia han querido. Sin embargo, sus utopías se han convertido en las peores pesadillas y en las peores dictaduras del siglo XX. A los humanos nos es dado buscar un mejoramiento tangible de las condiciones de vida en lo jurídico, en lo económico, en lo social, en lo político, un mejoramiento fragmentario y paulatino.
México es un país con desigualdades...

México es un país con desigualdades terribles, con una pobreza impresionante y con una zona de pobreza dentro de la pobreza aún más desgarradora: la de los indígenas. Esto no faculta ni legitima a Marcos, por más carismático que sea, para arrogarse la representatividad de esa zona de la pobreza mexicana. La representatividad en la democracia se mide una por una, es la suma de las conciencias reflejadas en los votos. El gran cambio se dio el 2 de julio. México cambió. Tenemos a un presidente emanado de una elección ejemplar, y tenemos un Congreso legítimo. Es a este Congreso al que Marcos tendrá que convencer.

JGV: ¿No se le está cargando a Fox la culpa de los noventa años pasados?
EK: Creo que cuando Marcos critica al viejo modelo no se está refiriendo al PRI sino al modelo económico. Lo que dicen es: "El modelo económico mundial está mal, tenemos que cambiarlo, volvamos a México la capital mundial de la lucha contra ese modelo económico". Aunque no soy economista, creo que el neoliberalismo tiene muchos defectos, que tiene zonas de desamparo real hacia la población más necesitada, pero también que el modelo alternativo, hasta ahora, no existe, y que hay que ir afinando el actual. El zapatismo no propone nada alternativo en este renglón; su discurso es puramente negativo, de censura, sólo dice "Todo esto está mal, tenemos que postular algo nuevo". Es momento de preguntarle exactamente qué propone y cómo. En la entrevista con Scherer, Marcos hace una sola referencia a un hotel administrado por indígenas. Es la única referencia concreta que yo le conozco acerca de la vida económica desde que lo leo.
De lo que se trata es de un acto de reivindicación moral y de justicia con los indígenas, pero también de que mejoren lo más rápido posible sus condiciones económicas y sociales. Para alcanzar esto no se ha inventado otro procedimiento que el de la inversión privada y/o pública: escuelas, hospitales, carreteras, clínicas, trabajos. Pero si todo esto lo sataniza el zapatismo, habría que preguntarles: exactamente ¿qué es lo que proponen en materia económica? Lo que ocurre es que tienen muy pocas ideas concretas que proponer. Eso sí, tienen un gran mensaje carismático y redentor, un mensaje de justicia. Es muy importante llegar a la reconciliación con nuestros orígenes, pero no por la vía del discurso redentorista abstracto, sino por la de los puntos de mejoría concreta. Las madres indígenas quieren una mejoría práctica para sus hijos, de eso estoy absolutamente seguro. No sólo de pan vive el hombre, pero sin pan no vive.
JGV: Escuchamos muchas voces que dicen: hay que aprobar la Ley de la Cocopa. Otros dicen, ¿por qué en vez de hablar en términos generales de la Ley de la Cocopa no nos ponemos a averiguar qué significa? ¿Cuál es tu punto de vista sobre esta ley?
EK: Luego de leer con cuidado la iniciativa encuentro muchos artículos muy positivos, que me entusiasman por su claridad. Se habla, por ejemplo, de promover un desarrollo equitativo y sustentable, de la educación bilingüe e intercultural, de programas educativos de contenido regional que reconozcan la herencia cultural indígena, del derecho a ser asistidos por intérpretes y defensores en los juicios, del desarrollo integral, que deberá ser diseñado y operado conjuntamente por las comunidades indígenas. Estos cambios al artículo 40 de la Constitución me parecen magníficos. Los indígenas tienen el derecho, más aún: el deber, de intervenir en la modalidad del desarrollo que ellos decidan. Yo aprobaría, sin cambiarles una coma, los aspectos sociales, culturales, educativos y de desarrollo de esta propuesta. Ahora bien, existen zonas que me preocupan, básicamente en la esfera política. Se habla en la iniciativa de acceder de manera colectiva al uso y disfrute de los recursos naturales, salvo a aquellos terrenos y recursos naturales cuyo dominio directo corresponda a la nación. Este reclamo, que apela a los derechos históricos sobre un territorio y unos recursos, me recuerda el problema palestino-judío, en el que los israelíes reclaman los territorios de Judea y Samaria porque en la Biblia ellos aparecen como sus habitantes originarios. Eso ocurrió hace tres mil años; el problema es que desde hace mil años existen allí poblaciones que no son judías. Reclamar derechos históricos sobre territorios implica un riesgo muy profundo. Existe el gran peligro de que estas delicadas cuestiones vayan a legislarse al vapor, con el objeto de quitarse de encima la presión. Los legisladores de este Congreso tienen que legislar con gran responsabilidad. No pueden quedar asentados conceptos que sean vagos y que nos vayan a colocar en una pendiente mucho más conflictiva. Pero más importante que el problema de la autonomía y el dominio sobre los recursos naturales es el problema de cómo se decidirán sus formas internas de convivencia y organización política. En principio, uno está de acuerdo con que las comunidades puedan arreglar sus asuntos por consenso, pero ¿qué ocurre con los que son diferentes hacia dentro de esas comunidades, con los mestizos, con las minorías de indígenas que étnicamente no pertenecen a la mayoría de esa comunidad? Marcos le dijo a Carlos Monsiváis, en una entrevista, que "algunos usos y costumbres no sirven a las comunidades indígenas, por ejemplo, la compraventa de mujeres, el alcoholismo, la segregación de las mujeres y jóvenes en las tomas de decisiones colectivas".

JGV: Entrevisté recientemente a 16 jefes de pueblos indígenas. Ellos me hablaron del caso de las mujeres, porque les parece que es algo que se ha venido soslayando en esta discusión. Las mujeres están en una situación de mucha desventaja dentro de las propias comunidades indígenas.
EK: El capítulo 30 del artículo 40 de la Ley de la Cocopa dice que "se debe garantizar la participación de las mujeres en condiciones de equidad". ¿Por qué de equidad y no de igualdad?

JGV: Claro, porque yo te puedo dar lo justo según lo que me parezca, pero la igualdad es algo evidente para todos.
EK: Si los zapatistas están pidiendo que se les reconozca a los indígenas su carácter de minoría, casi como un axioma moral, habría que decirles: si ustedes, con razón, pretenden el respeto como minoría, tienen el deber de respetar a sus propias minorías dentro de sus comunidades. Lo que de hecho ocurre es que a los diferentes los expulsan, o los discriminan.
La Ley de la Cocopa tiene aspectos educativos, culturales, sociales y de desarrollo económico legítimos. El reconocimiento a la diferencia, el respeto a la herencia cultural y a la presencia histórica de los indígenas mexicanos es algo que en efecto les debemos a los zapatistas. Es muy importante que el Congreso legisle sobre esto. Pero no dejan de preocuparme los aspectos autonómicos de esta ley. Preveo riesgos de conflictos y violencia en varios lugares de México si esto se aprueba tal cual, si no se afina con toda claridad el sentido de esta ley. Pero insisto, lo más importante tiene que ver con la convivencia dentro de las mismas comunidades. Si los usos y costumbres no sirven a las comunidades, como el propio Marcos reconoció, ¿entonces por qué quiere que se apruebe sin cambios la Ley de la Cocopa?

JGV: En España hay autonomías —la vasca, la catalana, la gallega. ¿Es comparable la situación española a la mexicana?
EK: En España las autonomías políticas son mucho más viables, ya que coinciden con los estados. La solución, en México, sería tratar de hacer coincidir el mapa municipal con el de las comunidades indígenas. Esto es una realidad en Oaxaca. Creo entonces que se puede hacer un gran trabajo, que va a llevar tiempo, ya que en cada estado la situación es distinta. México es muchos Méxicos. Si ha funcionado en Oaxaca a lo mejor puede funcionar en la sierra de Puebla, o en zonas de Veracruz y de Chiapas, pero no necesariamente en otros lugares. Hay que ver cómo se puede ir haciendo coincidir el mapa federal y el mapa municipal con el de las autonomías indígenas, con el mapa autonómico; se trata de miles de colectividades.

JGV: Hay mensajes muy claros. El primero: Marcos indiscutiblemente tiene puntos muy positivos, admirables, pero también hay que leer detenidamente sus declaraciones, hay muchos puntos finos que debemos tener muy claros. En segundo lugar, la lectura de la Ley de la Cocopa. Si queremos participar debemos de leer con detalle la iniciativa. Por último, debemos tener cuidado con la vaguedad de ciertas palabras, palabras que a la hora de la praxis puedan...
EK: ... conducir a problemas enormes.

JGV: Y tenemos entonces otra matazón.
EK: O un enfrentamiento de pueblos, o luchas encarnizadas dentro de la propia comunidad. Un ejemplo, ¿quién va a mediar si se da un conflicto de usos y costumbres en una misma comunidad? ¿Quién va a decidir cuáles son los correctos?
JGV: Y quién lo hará para la guerra, y quién para el conflicto.
EK: Esta es una gran prueba para la imaginación jurídica en el Congreso de México. Los diputados y senadores deben echar a andar la imaginación jurídica, la imaginación legal.
Estamos viendo un espectáculo formidable. Por un lado está el presidente, un presidente que llegó con credenciales democráticas, y por el otro está el Poder Legislativo. Ya no dependemos de la voluntad presidencial, es la hora del Congreso. Fox ya envió la iniciativa, tiene que defenderla y decir qué piensa de los puntos conflictivos a los que me he referido.
Están ya dados los elementos para un debate de ideas. Marcos, en la entrevista con Scherer, dijo: "Nos hace falta el debate de ideas, no somos nosotros los que lo hemos evitado". Sí han evitado el debate de ideas, ya que Marcos siempre se reúne con personas, muy respetables muchas de ellas, afines a sus ideas. Yo no estoy invitándome, pero es importante que los zapatistas también escuchen opiniones distintas. El debate se da entre personas con opiniones distintas. Es decir, no veo una gran posibilidad de debate entre Saramago y Marcos.

JGV: Muchas personas me preguntan: ¿por qué Marcos nunca ha ido a Monitor? Tengo su respuesta. Simplemente dice que no quiere discutir conmigo.
EK: Dice Marcos en la entrevista con Scherer: "La mayoría de nuestros pronunciamientos son muy discutibles, y no se discuten precisamente porque están en un entorno social que implica otras cosas". No es cierto que no se discuten. Sí se discuten, y mucho. ¿Discutir las posiciones de Marcos significa discutir la legitimidad de su causa? No necesariamente. Yo creo, como muchos, que su causa es legítima. Cito a Marcos: "Nosotros hemos sido receptivos a ese debate de ideas y lamentamos de una u otra forma que no se haya podido dar". No es cierto que lamente que no se haya podido dar ese debate. Se ha negado a debatir porque lo que quiere son ecos. Ahí distingo el carácter mesiánico de Marcos, porque un Mesías no se equivoca, a un Mesías no se le pone en entredicho, a un Mesías no se le señalan matices, un Mesías sólo consiente la adoración.

JGV: ¿Fue un error de Zedillo el haber metido el expediente zapatista en la congeladora durante su mandato?
EK: La amnesia, el paréntesis histórico que se creó finalmente no condujo a nada; creo, por el contrario, que está muy bien que se haya abierto este proceso, esta catarsis de expresión colectiva me parece muy positiva. Realmente me he emocionado con lo que pasó en el Zócalo, me parece muy bien que ese México se exprese.
El zapatismo no puede reclamar para sí la representatividad de los diez millones de indígenas, ni mucho menos la de los cuarenta millones de pobres, por más atractivo, mesiánico y genio mediático que sea su líder. Pero sí tiene pleno derecho a expresarse, a manifestarse y a defender sus puntos de vista. Para ello hay que darle todas las tribunas posibles. Pero los zapatistas tienen que admitir, por su lado, que vivimos en una democracia, y que la representatividad en este sistema no se gana con balas, ni con marchas, se gana con votos, se gana negociando. Negociar implica ceder. No es viable la posición que dice que hay algo no negociable: tiene que negociarse, tiene que respetarse al adversario.
Marcos, con su coquetería habitual, le dijo a Julio Scherer "ayúdennos a perder". Mejor es que les digamos: permítannos ayudarlos a ganar. Aprendan a ganar. Han ganado muchísimo, han ganado el respeto de una opinión pública, han ganado mucho en la conciencia mexicana. Los mexicanos en general, salvo algunos cerrados recalcitrantes, una minoría, estamos, cada uno en su posición, dispuestos a intervenir en este proceso de reivindicación. Pero los zapatistas tienen que aprender a ganar, a ser realistas.
Me parece que es posible que se apruebe la Ley de la Cocopa, y esa firma dará lugar a un escenario posible de maduración nacional. Octavio Paz tenía razón: tenemos que reconciliarnos con nuestros orígenes, pero no es dividiendo a México entre los que tienen un color y los que no lo tienen como lo vamos a lograr. Lo lograremos dialogando, alcanzando un acuerdo inteligente y pacífico para administrar nuestros desacuerdos. Ese acuerdo se llama democracia. -

FEBRERO DE 2008

Las viejas ideas de las nuevas izquierdas

por Félix Ovejero Lucas

En este texto, Félix Ovejero señala cómo la izquierda contemporánea se ha ido alejando de su mejor herencia, aquella que apostaba por un parejo acceso a la libertad. No es que el ideario haya fracasado, señala, sino que las formas de institucinalizarlo han caducado.

Las fotos fijas ayudan a reconocer los cambios en el paisaje. Para situar “los cambios en la izquierda” hay muchas secuencias fotográficas a las que acudir. Una resulta especialmente iluminadora. Hace poco más de treinta años la izquierda europea más tibia incluía en sus programas diversas propuestas de propiedad pública o de redistribución de la renta. Apenas diez años más tarde, esa misma izquierda, en el gobierno, privatizó las empresas públicas y bajó los impuestos. En medio, no hubo mayores discusiones sobre la eficiencia y la equidad o sobre el control político de las empresas públicas. Hoy en las tertulias radiofónicas, que, en lo que tienen de complicidades tabernarias, con sus condenas y aplausos desprendidos de cualquier argumentación, condensan bastante bien los tópicos morales y políticos que rigen las sociedades, cualquier propuesta de hacer el camino de vuelta hacia lo que se consideraba normal hace bien poco, se juzga no ya “rancia” sino, directamente, un robo. Por supuesto, importan poco los datos o los análisis. Las descalificaciones no apelan a atendibles teorías sobre la eficiencia de los mercados en competencia perfecta. Las empresas públicas o los impuestos se condenan, sin más. Como se condena, en general, cualquier forma de intervención pública. Sin razones, como palabra última. A lo sumo, se acude a acartonadas consideraciones sobre la bondad de las empresas o los dineros en manos de la sociedad civil, como si unos pocos poderosos fueran más sociedad que todos los demás. A nadie le importa que, por lo general, en las privatizaciones, lo que era un monopolio público pase a ser un monopolio de unos cuantos, sin que el mercado asome por parte alguna, o que sociedades, como Suecia, con sistemas fiscales progresivos, en las que el gasto público alcanza al 60 % del PIB y las empresas públicas están entre las más importantes, obtengan notables niveles de bienestar y de calidad democrática. Y por supuesto tampoco se molesta nadie en recordar que sin un Estado fuerte no hay libertad o que sin intervenciones planificadas, a estas horas, la gripe aviar se habría llevado por delante a millones de seres humanos.

El cuadro describe bien cómo han ido las cosas. Ese es el aire que respira la izquierda. Y en él, como otras veces, ha intentado reescribir sus flaquezas como conquistas. El procedimiento ha sido el habitual: una vacua discusión acerca de la “necesidad de renovar el ideario”. Por lo común, esas gripes periódicas se saldan con tres o cuatro monográficos de revista y, si acaso, algún libro de algún académico reconvertido en periodista que, por primera vez, alcanza las librerías de los aeropuertos. La cosa se olvida al poco tiempo, sin mayores consecuencias. Hasta la próxima.

Pero esta vez, por circunstancias que merecen otra ocasión, las cosas han sido diferentes. Parece haberse creído en serio la cantinela de renovar “los principios”. El innegable fracaso de muchos de sus proyectos lo ha tomado como el fracaso de los principios que los inspiraron y, como el otro Marx, ha decidido cambiar de principios. Para ello ha acudido a un conjunto de materiales que, bien mirados, no son más que versiones varias veces recicladas de pensamiento reaccionario. Reaccionario en sentido estricto, de los que reaccionaron frente a la Revolución francesa: del historicismo alemán y su Zeitgeist. Eso sí, como la decoración importa, ha cambiado la presentación y la gastada idea tiene nuevas rotulaciones: multiculturalismo, diferencia, diversidad, comunitarismo. En lo esencial, la operación ha consistido en sustituir las políticas redistributivas y bienestaristas, inspiradas en unos principios universales de justicia que actúan como pautas de modificación social, por una multiplicidad de derechos particulares, asociados a distintos segmentos sociales, a distintas “minorías” supuestamente interesadas en preservar su particular identidad de grupo.

El resultado ha sido inequívoco: la dignificación de tesis ajenas a su mejor herencia. Mencionaré solo tres. La primera: una equiparación a priori de las “diversas culturas”, bien porque se las juzga igualmente valiosas, bien porque se las considera incomparables. Una equiparación que, bien pensada, impediría la denuncia de injusticias y opresiones, que requiere baremos para calibrar el mundo. La segunda: una disposición a otorgar prioridad a las comunidades sobre las instituciones públicas a la hora de abordar los problemas colectivos. Una elección que debilita las posibilidades de emancipación de los individuos –y en particular de las mujeres– y la crítica de las diversas formas de despotismo, de dominación arbitraria que se dan dentro de los grupos culturales. La tercera: la ignorancia de la raíz material de muchas desigualdades, y, por ende, de que una modificación de las condiciones económicas es el paso obligado para acabar con muchas fuentes de discriminación. Vamos, que la vida de los árabes de Marbella tiene poco que ver con la de los árabes de los suburbios de París.

La consecuencia condensada de la “renovación” ha sido la quiebra de lo que hasta ayer mismo constituía el nervio programático de la izquierda: el vínculo entre emancipación, entre libertad y justicia social. La izquierda arrancó con un diagnóstico: las desigualdades de acceso a la riqueza –o lo que se entendía como lo mismo: a la propiedad– estaban en el origen de desigualdades de poder incompatibles con el ideal de autogobierno, de democracia y de libertad. Y aquí las palabras tienen un exacto sentido. Democracia quiere decir igual posibilidad de influencia política, de poder, la que, por ejemplo, cristaliza en el lema “un hombre, un voto”. Y libertad, no sometimiento a ninguna forma de poder arbitrario, empezando por la voluntad de los otros. En una y otra cosa, los desposeídos puntuaban bajo. El que no tiene nada no puede decir que no y quien no puede decir que no, no es libre. Antes de conquistar los derechos sociales, los trabajadores no podían decir que no a condiciones laborales que convertían a las empresas en territorios de despotismo, de autoridad sin razones. En las decisiones políticas, en las decisiones sobre la vida de todos, la única voz que contaba era la de quienes podían amenazar con su disgusto y como únicamente su disgusto contaba, estaban en condiciones de convertir sus problemas en los problemas de la sociedad.

La izquierda entendió siempre que la democracia podía cambiar esas circunstancias. En la Revolución Francesa, los situados a la izquierda en la Asamblea Constituyente defendían la abolición del veto real, la legislatura unicameral, una judicatura elegida, la supremacía del poder legislativo y el sufragio democrático. Y la tributación progresiva. La justicia social se anudaba a la libertad y la ampliación de la democracia. Quien depende materialmente no está en condiciones de elegir con plena autonomía sobre su propia vida, de decir que no y de ejercer plenamente sus derechos. Con esa convicción reclamaron y consiguieron el sufragio universal, la ampliación de las libertades civiles y los derechos sociales. Esa alianza entre libertad e igualdad es la que se ha quebrado.

Y no porque haya perdido vigencia. Las desigualdades han alcanzado magnitudes que hasta asimilarlo cognitivamente resulta difícil. Ayudará una imagen que tomo de David Schweickart. Compara la riqueza con la altura, equiparando los ingresos medios con una estatura media de un metro ochenta, y pone a caminar a los norteamericanos, uno tras otro, durante una hora. Unas cuantas pinceladas del desfile aclaran bastante las cosas. Hasta que no pasan cinco minutos nadie alcanza los 30 centímetros. A la media hora, los que desfilan tienen una altura de un metro y medio. A los cuarenta y ocho minutos, la altura es de 2,5 metros. A los cincuenta y cuatro, y durante tres minutos, desfilan tipos de 3,7 metros. Gigantes que son enanos comparados con otros de 9,9 metros, que en apenas treinta y seis segundos han desaparecido. Pero todos, al fin, son liliputienses comparados con los que aparecen en los últimos segundos, unos cuantos que superan los trescientos metros, otros pocos, que miden cuatro veces la torre Sears, algunos menos con más de seis mil metros y, discretamente, si cabe la discreción, rematando el desfile, Bill Gates con unos trece kilómetros de altura. Intenten hacerse una idea de lo que supone levantar la cabeza y ver a su lado, desde su modesto metro ochenta, un individuo dieciséis veces más alto que el monte Everest. No alcanzan a verlo. Y ahora, el esfuerzo último: esos datos se limitan a Estados Unidos.

El problema, con serlo, no es sólo de justicia distributiva. Es también el de un poder no sometido a control democrático alguno. Andamos bien lejos del mito de la sociedad abierta, del mundo idealizado de leyes que enmarcan mercados descentralizados, en competencia, en donde nadie está en condiciones de imponer su voluntad. La realidad es bien otra. Es la de unos procesos económicos, imprecisamente designados como globalización, en donde poderes con capacidad de decisión muy superior a la de muchos estados, no se ven sometidos a controles jurídicos reales, en donde, llanamente, no hay lugar para las decisiones políticas. El camino de vuelta de la ilustración, del gobierno de las leyes, en lugar de los hombres. El camino que la izquierda quiso recorrer hasta el final, cuando aspiró a que la política, el control democrático, hiciera imposible que la desigual fortuna económica se convirtiera en desigual influencia política, en poder de unos sobre otros.

Pero, se dirá, la historia de la izquierda es no sólo la de las conquistas democráticas y sociales, es también, la barbarie del socialismo real. Y es verdad. El reconocimiento de esa circunstancia nos devuelve a la –interesada, pero esa es otra historia– confusión que estaba en el origen de la “renovación”: la confusión entre los principios y las instituciones en las que cuajan. Sencillamente, el fracaso en las formas de institucionalización –y acaso haya que incluir aquí no pocas nacionalizaciones– no equivale al fracaso de los idearios. La brutalidad del socialismo real no debilita la aspiración al igual acceso a la libertad, que es, puestos a decirlo con todas las letras, lo que hay detrás de la palabra igualdad. La caducidad no es de los valores, sino de las propuestas institucionales en las que se tradujeron.

Para quienes puedan pensar que no es más que un deshonesto modo de consolarse, quizá no esté de más algún recordatorio histórico. El siglo XIX es el siglo del liberalismo, sobre todo su primera mitad. Bien. Ahora algunos datos: a mediados del siglo XVIII Gran Bretaña era el país que poseía mayor número de esclavos, cerca de 900.000. En pleno siglo XIX había en América del Norte más de seis millones de esclavos, casi veinte veces más que ciento cincuenta años antes. Salvo cuatro de ellos, todos los presidentes de Estados Unidos, hasta 1848, fueron propietarios de esclavos. En breve: no es que el liberalismo tardara en abolir la esclavitud, es que el número de esclavos aumentó con el liberalismo. Hasta hay razones para pensar que, doctrinalmente, el liberalismo resulta compatible con la esclavitud. Se podría citar no pocos clásicos. Por supuesto, el liberalismo ha evolucionado. El más fecundo académicamente de los últimos años, el liberalismo igualitario, una de las fuentes intelectuales que cualquier izquierda informada tiene que atender, ha revisado muchos de sus clásicos puntos de vista.

La moraleja es sencilla. Para el socialismo la escribió una de las mejores cabezas del panorama filosófico contemporáneo, el filósofo de Oxford Gerald Cohen: “Creíamos que algo era bueno, tratamos de lograrlo y produjimos un desastre. ¿Deberíamos concluir, por ello, que lo que creíamos que era bueno, la igualdad y la comunidad, en realidad no era bueno? Tal conclusión, aunque se llega a ella frecuentemente, es una locura. Las uvas pueden estar realmente verdes, pero el hecho de que la zorra no las alcance no nos demuestra que lo estén”. ~

miércoles, 30 de enero de 2008

El V Diálogo Nacional ante la izquierda, la militarización y la consolidación de Calderón

Pedro Echeverría V.

Rebelión

1. El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y demás organizaciones que han convocado el V Diálogo Nacional (DN), se han constituido en uno de los pilares básicos del gran frente para la defensa de los recursos patrimoniales del pueblo de México, así como para la transformación profunda de la sociedad mexicana. A fines de noviembre de 2004 se constituyó el DN como una organización de masas y después de sus cuatro reuniones anuales en la Ciudad de México y Querétaro (en las que se discutieron con profundidad los problemas del país, se aprobaron principios y programas de lucha, así como el impulso de grandes manifestaciones en las calles) el DN es tan importante como el EZLN, el lópezobradorismo, la APPO oaxaqueña, la CNTE o el sindicato minero en lucha. El 2 de octubre surgió el Frente Nacional Contra la Represión (FNCR) presidida por Rosario Ibarra que quizá le corresponda amalgamar un frente unitario.

2. Frente a estas fuerzas sindicales y de centroizquierda, que cuentan con una gran fuerza de millones de trabajadores y miembros de la llamada sociedad civil, está el gobierno ilegítimo del derechista Felipe Calderón que, al parecer, avanza hacia su consolidación respaldado por el ejército, los empresarios, el clero y los consorcios que dominan los medios de información. Calderón cuenta además con el fuerte apoyo del gobierno norteamericano, sobre todo después de la firma del Plan México el año pasado. La diferencia entre estas dos fuerzas está en que Calderón recibe un gran apoyo unitario de toda la clase dominante que, como es obvio, cuenta con el gran poder económico, ideológico y militar, contrario a las fuerzas sindicales y de izquierda muy dividas que no han logrado (ni tampoco hacen esfuerzos) ponerse de acuerdo para batallar unitariamente. Mientras éstos se pelean, Calderón recibe fuerte apoyo.

3. Calderón está a punto de cumplir un año y dos meses en el gobierno, y a pesar de que la economía del país empeora, el desempleo aumenta, el narcotráfico y el ejército combaten en campos y calles, Calderón parece estar consolidando su gobierno mediante acuerdos y alianzas con la dirigencia del PRI. Mientras tanto la llamada oposición al calderonismo se divide cada vez más en el interior del PRD, del FAP y entre las dirigencias de las distintas luchas sociales. Los medios de información, los empresarios y el panismo (contra lo que millones de gentes creyeron hace poco más de un año) mediante una permanente campaña de calumnias contra López Obrador, grupos progresistas y luchadores sociales, han logrado hacer más débil a la oposición política. Aunque estemos deseando que no sea así y que voluntariamente hagamos todo para evitarlo, la realidad es que los arreglos PAN/PRI son cada día más fuertes.

4. Se pensó (como muchos sectores de izquierda) que este mes de enero “se incendiaría” el país contra el gobierno de Calderón por el enorme descontento de la población mexicana contra el aumento de la tortilla de maíz y otros artículos de primera necesidad, así como contra la privatización de PEMEX y la electricidad, el alza de la gasolina y la puesta en marcha del capítulo agropecuarios del TLC. Pero no pasó nada y sólo falta saber de la gran manifestación del 31 de enero, que se espera no termine como siempre: mandando a la gente descontenta y enojada a descansar a su casa. ¿Es realmente difícil realizar acciones determinantes, como el cierre de carreteras, de bancos y embajadas, que obliguen al gobierno a liberar a los presos políticos, a desconocer al asesino Ulises Ruiz, a frenar la privatización o a revisar el TLC? Esas acciones serían pacíficas de parte del pueblo y quien las haría violentas sería el gobierno, su ejército y policía.

5. ¿Qué hacer ante tan negro panorama para los trabajadores, parte de los 70 millones de pobres y miserables de México? ¿Cómo responder a la política militarista, represiva y privatizadora de Felipe Calderón? Han surgido muchas respuestas teóricas y prácticas de: a) el PRD, el FAP, los lópezobradoristas, parecen estar de acuerdo que el único camino es el electoral y el fortalecimiento en el poder legislativo; b) el EZLN parece apostarle al apoyo internacional que recibe por los medios y a enseñar las experiencias de gobiernos comunitarios por las experiencias de los “Caracoles”; c) la APPO y la CNTE, partidarias de la lucha popular y de masas, por la represión gubernamental no han podido rebasar (la primera) las fronteras de Oaxaca y la CNTE los débiles límites del gremialismo; d) el Diálogo Nacional no ha podido evitar importantes diferencias con las dirigencias de los telefonistas y demás líderes de trabajadores de otras empresas.

6. Al nacer el FNCR el pasado octubre, creció entre la izquierda la esperanza en que ese Frente, encabezado por Rosario Ibarra y un buen núcleo de organizaciones y de activistas, podría ser un centro donde confluyeran todas las corrientes batalladoras con el objetivo de discutir diversas posiciones y encontrar algunos puntos de unidad y lucha. Doña Rosario es amiga de Marcos y del EZLN, también es muy bien querida por López Obrador. Las otras organizaciones le tienen un enorme respeto por su posición combativa e independiente. Sin embargo parece que las cosas no apuntan por el rumbo porque aún las organizaciones y sus líderes no encuentran atractiva la unidad, ni el Frente parece estar trabajando por ella. Y no se trata de un planteo de unidad a toda costa, sino de una búsqueda urgente para enfrentar a un gobierno derechista que acude cada vez más a implantar un Plan México con características cada vez más represivas.

7. El pasado Foro Social Mundial, realizado en el Zócalo de la Ciudad de México del 22 al 26 de enero, fue contundente en reflexiones y análisis de los problemas de México y del mundo, pero (al parecer) casi en nada contribuyó para unificar fuerzas que pudieran unificarse en la lucha contra el capitalismo salvaje, la derecha y el imperio. Ponencias brillantes como las de Enrique Dussel (Filósofo), Juan José Bautista (Bolivia), Andrés Barreda (SME), despertaron (sin duda) interesantes reflexiones, pero pronto se convertirán en asuntos de simple teoría política o filosófica. El FSM (versión México) con unos tres mil asistentes, pudo dar mucho más, pero al parecer también se reflejó la división en la izquierda y el sectarismo. Pudo ser un gran espacio para debates más amplios y abiertos sobre estrategias y prácticas que pudieron haber contribuido a aclarar el panorama nacional, pero también para encontrar puntos de unidad y lucha.

8. ¿Por qué los más conocidos “intelectuales” mexicanos no expusieron ponencias en el FSM? Se sabe que un grupo numeroso de ellos se han convertido en voceros estrellas de la empresa Televisa, otros, se han ligado a las revistas Nexos y al gobierno panista y que quizá muchos más prefirieron encerrase en sus cubículos universitarios. O, ¿tuvo que ver acaso “un sectarismo” de la comisión organizadora del FSM (México)? Lo que haya pasado, la realidad es que el Foro pudo contar con muchos más expositores y mayor cantidad de asistentes. Incluso las obras de teatro, los conciertos y demás espectáculos, pudieron ser más concurridos si las actuaciones se hubieran intercalado en horarios de mañana, medio día y noche. En el FSM de Brasil de 2002, por ejemplo, después de cada tema, se registraba alguna actuación artística de media hora para todos los asistentes de la Mesa. Ello permitía reflexionar y gozar las cinco horas continuas de trabajo.

9. De todas maneras la participación en el V Diálogo Nacional del 4 y 5 de febrero en el local sindical del SME será muy importante Este V DIÁLOGO NACIONAL se desarrollará bajo los siguientes ejes de discusión: 1. Situación política actual y perspectivas; 2. Balance de los movimientos y resistencias contra el neoliberalismo y estrategias unitarias; 3. Ejes programáticos, formas de organización y Plan de Acción; y

4. Asuntos Generales. Tengo confianza en que en algunos de estos encuentros los dirigentes de estos organismos logren arribar a acuerdos que permitan fortalecer las batallas de los trabajadores contra el sistema de explotación capitalista. Y no será por una casualidad o un milagro, sino porque las circunstancias de mayor agravamiento de los problemas del país obligan a tomar medidas unitarias para defender los derechos de los trabajadores, así como para reivindicar sus luchas por un mundo más justo e igualitario.

pedroe@cablered.net.mx

domingo, 27 de enero de 2008

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=49327


El México de Felipe Calderón


Reactivan paramilitares en Chiapas


Nancy Flores

Red Voltaire


En Chiapas se reactivan grupos paramilitares que -en complicidad con funcionarios federales- reclaman tierras en posesión del EZLN. Entre las acciones de contrainsurgencia destacan cinco incursiones armadas a la Junta de Buen Gobierno El Camino del Futuro, el secuestro de tres zapatistas y amenazas y actos intimidatorios en contra de defensores de derechos humanos.

Bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), defensores de derechos humanos e indígenas, luchadores sociales e institutos de investigación asentados en Chiapas, son amenazados e intimidados por grupos de corte paramilitar, como la Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos (Opddic) y la Unión Regional Campesina Indígena (URCI), antes llamada Paz y Justicia.

Entre las acciones de contrainsurgencia -como califican el general José Francisco Gallardo y el doctor Gilberto López y Rivas a los operativos paramilitares- destacan cinco intrusiones de miembros armados de la URCI, ocurridas entre abril de 2006 y marzo de este año en el poblado Emiliano Zapata, del municipio autónomo Ricardo Flores Magón. Desalojo violento, robos, disparos al aire, golpes y destrucción de sembradíos, son los saldos hasta ahora.

También sobresalen los actos de provocación en contra de bases de apoyo zapatistas, como las detenciones ilegales cometidas por la Opddic en contra de Mariano Silvano Girón, autoridad autónoma del municipio Olga Isabel, y de Jorge García Gómez y Alfredo Cruz Gómez de la comunidad Mojha’, el 22 y 23 de febrero, respectivamente.

Y es justamente la Opddic -organización acusada de perpetrar el desalojo de la comunidad indígena Viejo Velasco Suárez, que el pasado 13 de noviembre cobró la vida de cuatro indígenas y la desaparición de cuatro más- la que también ha intimidado a defensores de derechos humanos y activistas sociales, quienes advierten que los gobiernos de Felipe Calderón y de Juan Sabines mantienen un silencio cómplice.

De diciembre a la fecha, Maderas del Pueblo, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, el Centro de Defensa de la Libertad Indígena Xinich y el Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria, han recibido amenazas escritas; además, sus integrantes han sufrido diversos acosos.

Entre 2006 y lo que va de 2007 [en Maderas del Pueblo] hemos documentado alrededor de 18 acciones de hostigamiento y amenazas, incluso de allanamientos a organizaciones defensoras de los derechos humanos”, expone Miguel Ángel García.

Conflicto agrario, el pretexto

Ernesto Ledesma, coordinador del Centro de Análisis Político e Investigaciones Sociales y Económicas (CAPISE), señala que en Chiapas se vive la reactivación de grupos con rasgos paramilitares. “Hay un recrudecimiento del hostigamiento contra las bases de apoyo zapatistas y es una clara disputa por el despojo del territorio y el control del mismo, con todos sus recursos naturales”.

Con base en los resultados de cinco investigaciones hechas por académicos del CAPISE, Ledesma advierte que “la Opddic es la parte operativa, pero hay un estrecho vínculo con la Procuraduría Agraria, la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) y el Ejército Mexicano”.

Para los activistas sociales, la relación entre dicha organización y la SRA ha quedado evidenciada: Beltrán Ruiz Chacón, trabajador con licencia y líder local del sindicato de esa dependencia es abogado particular del grupo paramilitar.

Información del CAPISE revela que dicha organización ha despojado mil 600 hectáreas a los zapatistas en el municipio autónomo Olga Isabel, de nombre oficial Chilón, y que mantiene en trámite la supuesta posesión de mil 300 hectáreas más. También pretende adjudicarse 2 mil 200 hectáreas en el municipio Altamirano y aproximadamente mil hectáreas en Ocosingo. “Es un descaro, un despojo pleno y abierto que están haciendo las autoridades federales a través de la Opddic”, dice Ledesma.

A pesar de que fue calificado por el gobierno de Vicente Fox como uno de los focos rojos más sensibles en términos de conflictividad agraria, la administración de Felipe Calderón considera que Chiapas es un asunto cerrado.

Alberto Pérez Gasca, director jurídico de la SRA, asegura que la administración pasada atendió y dio por concluido el problema agrario en la zona de Montes Azules, donde se identificaban 54 conflictos.

En febrero se publicaron los decretos expropiatorios que faltaban para cerrar el paquete de conflictos de la comunidad. Para el gobierno este punto está cerrado. Sí hemos sabido de algunos problemas, que algunos grupos volvieron a invadir, pero desde el proceso de negociación quedó claro que eso sería competencia del gobierno del estado, ellos son los que deben aplicar el estado de derecho.”

Añade que desde el punto de vista agrario el asunto se resolvió por medio de acuerdos conciliatorios y que se aportaron recursos a los grupos para finiquitar las controversias.

Entonces -se le insiste al funcionario- todo Chiapas, incluyendo las zonas zapatistas, es asunto cerrado para la federación. “No en estricto todo lo que significa Chiapas. El problema de la zona zapatista es que deriva en cuestiones de otra índole”, reconoce.

Pérez Gasca dice que se ha intentado mantener negociaciones con los zapatistas para regularizar la tierra (indemnizada por la SRA a los dueños originales) a su favor. “Ese punto se sigue atendiendo, pero se requiere que vayan dándose los espacios de negociación y que los propios afiliados a esta organización [EZLN] decidan acogerse a la regularización que el gobierno federal pueda darle a esa tierra”.

Enfrentamiento, el riesgo

Aunque con poca actividad, durante la pasada administración de Pablo Salazar las redes de influencia de la Opddic se extendieron a los municipios de Tila y Palenque. “El gancho que está utilizando la Opddic son los títulos de propiedad. Llega con los habitantes de las comunidades, les dice que si quieren tener más tierras se sumen a ellos, pero cuidado si no quieren porque les quitan la tierra en la que están viviendo”, explica Ernesto Ledesma.

Para Miguel Ángel García, coordinador de Maderas del Pueblo, más allá de la conflictividad agraria, las acciones de provocación buscan generar un enfrentamiento armado y acabar con el EZLN y los defensores de derechos humanos.

Sólo así -advierte- quedaría el campo libre para la inversión extranjera. Ellos (los dueños del capital) son quienes han exigido que haya paz social y eso no es más que el aniquilamiento de la oposición.” Para el ambientalista, los recursos naturales estratégicos ubicados en las zonas zapatistas son el principal botín.

De darse la confrontación, agrega, las consecuencias serían muy lamentables. “El EZLN tendría que contestar de manera armada. La diferencia es que la Opddic está disfrazada de organización no gubernamental y el EZLN no: es un grupo armado que tiene firmada una tregua [con el gobierno federal] a través de la Ley de Concordia y Pacificación”.

Explica que “si el Ejército Zapatista contesta como grupo armado frente a un grupo de la ‘sociedad civil’, que no se asume como paramilitar, el gobierno va a hacer creer que se trata de un enfrentamiento intercomunitario pero contra un ejército: un grupo civil, la Opddic, va a ser agredido por un ejército armado, el EZLN”.

Con un escenario así, es altamente probable que las Fuerzas Armadas apoyen a la “sociedad civil” agredida, dice Miguel Ángel García. “Van a arrasar a un ejército, el EZLN, que violó la tregua. Eso sería muy grave”.

En los primeros meses del gobierno de Calderón, de diciembre a marzo, han ocurrido tres de las cinco intrusiones de la URCI al nuevo poblado Emiliano Zapata. El asunto no es menor: los comandos armados de más de 15 hombres se mueven con facilidad por zonas donde abundan retenes militares.

El general brigadier del Ejército Mexicano, con 43 años de servicio, José Francisco Gallardo explica que la guerra de baja intensidad en Chiapas, que incluye la creación de grupos paramilitares, es el resultado de las severas críticas que recibió el Ejército después del levantamiento zapatista, en 1994.

El también candidato a doctor en Administración Pública por la UNAM expone que los grupos paramilitares “es gente civil, armada, adiestrada, equipada y financiada por el Ejército, por los gobiernos federal y estatal. Tienen la misión de provocar un rompimiento de la estructura social; de generar desplazamientos para desarraigarlos de su territorio; prostituir a la base de transmisión de la cultura y la lengua que es la mujer”.

SRA y Sabines, cómplices

Además de la venia de los militares, dependencias como la Secretaría de la Reforma Agraria y el gobierno de Juan Sabines podrían estar apoyando las actividades paramilitares, denuncian defensores de derechos humanos.

El hecho de tener el respaldo de dependencias como la Secretaría de la Defensa Nacional, de la Reforma Agraria y de la Procuraduría Agraria nos dice todo. Para nosotros es muy claro: van a intentar darle legalidad a los despojos [de tierra]. La disputa es por el territorio y por los recursos naturales que hay ahí, donde están la comandancia del EZLN y las bases de apoyo”, dice Ernesto Ledesma.

Estábamos sorprendidos de la celeridad con que se resolvían los amparos de la Opddic. En este intento de despojo de las 2 mil hectáreas le dan una celeridad impresionante, pero cómo no se la van a dar si el abogado trabaja en la Secretaría de la Reforma Agraria y es el secretario local del Sindicato de Trabajadores.”

Aunque deslinda a la dependencia, el director jurídico Pérez Gasca confirma la relación entre Beltrán Ruiz Chacón y el grupo de corte paramilitar.

En efecto, en los Tribunales Agrarios hay constancias formales de que él estuvo actuando como abogado privado de un grupo de personas presuntamente afiliadas a la Opddic, que de suyo viola la ley: él, como funcionario, está impedido para ejercer el derecho para causa propia, y eso es lo que se hizo del conocimiento de la autoridad, porque es un asunto indebido y que esto tiene que ser sancionado justamente.”

El director jurídico de la SRA asegura que “con la organización en particular y a raíz de las actividades de Ruiz Chacón, que violan flagrantemente la ley, la Secretaría se deslinda completamente. Incluso hemos actuado como nos lo marca la norma, hemos denunciado estos hechos ante el Órgano Interno de Control, para que en términos de lo que establece la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas el servidor público sea sancionado”.

Pérez Gasca dice que, para evitar conflictos de intereses y tráfico de influencias similares al de Ruiz Chacón, el secretario Abelardo Escobar Prieto ha aplicado algunos mecanismos de vigilancia exhaustiva a la actividad de los servidores, como hacer del conocimiento de manera inmediata a la Secretaría de la Función Pública o incluso al Ministerio Público federal.

Acepta que, a pesar de tener 64 expedientes de la Opddic identificados con la firma de su trabajador, en este caso no acudieron la ministerio porque lo que marca la ley es que a partir de la investigación que realice el Órgano Interno de Control se derivarán situaciones en las que probablemente se haya cometido algún delito.

Sobre una destitución inmediata tras conocer su actividad como abogado de la Opddic, el director jurídico dice que “la investigación de la Función Pública es la que debe determinar si ha lugar a destituirlo e inhabilitarlo para ejercer cualquier cargo en la administración pública. Nosotros no podíamos en este momento separarlo del cargo porque perdería el carácter de servidor público y la autoridad estaría impedida para actuar”.

Al respecto Ernesto Ledesma comenta que el respaldo de la SRA se observa en la expansión que tiene en lugares estratégicos. “Cuando tienes el respaldo de las secretarías de la Defensa y Reforma Agraria, así como de la Procuraduría Agraria, pues tienes tierras y tienes armas”.

El investigador indica que “todo aquel que no sea de la Opddic se va a tener que salir, eso es lo que están intentando hacer en el territorio indígena de Chiapas, sobre todo en los municipios de Altamirano, Chilón y Ocosingo. Esos tres municipios son controlados por la Opddic, por el ex gobernador Roberto Albores Guillén, con la venia de Juan Sabines”.

EZLN responde

Los riesgos del enfrentamiento entre paramilitares y zapatistas aumentan. En febrero pasado el EZLN reaccionó a las amenazas y hechos intimidatorios: “A la Opddic, al señor Pedro Chulín [líder] y a las autoridades gubernamentales les decimos que estamos preparados y dispuestos a defender a nuestros pueblos y a hacer que se cumplan leyes indígenas que protegen los árboles y la naturaleza de la Selva Lacandona, prohibiendo la tala y el tráfico de maderas preciosas, así como la siembra, el tráfico y el consumo de narcóticos.

Les decimos que si están dispuestos a reiniciar la guerra con esos medios, aunque disfrazándola de ‘enfrentamiento entre indígenas’, y amparados en las poses militaristas del señor Calderón, nosotros también estamos dispuestos y listos […]

Con nuestra sangre recuperamos la vida para nuestra madre la tierra, con nuestra sangre la defenderemos. No importa cuántos soldados, policías o paramilitares vengan, cuidaremos la tierra que guarda a nuestros muertos aún a costa de nuestra libertad o de nuestra vida”, advirtió entonces el subcomandante Marcos.

Ernesto Ledesma dice que el riesgo es que vaya a haber enfrentamientos, muertos y desaparecidos. “Algo que lo miramos con un alto grado de posibilidad es los desplazados de guerra. No hay que olvidar que en Chiapas hay más de 10 mil desplazados de guerra que hasta la fecha no han podido regresar a sus comunidades”.

Ejército y paramilitares, estrecho vínculo

Investigaciones del CAPISE descubren que la Opddic tiene relación y apoyo directos del Ejército. “Nosotros identificamos que están estrechamente vinculados con los campamentos militares de Yajalón; Crucero Temó; Altamirano; el Vergelito, que forma parte del municipio de Altamirano; Rancho Península y Selva Lacandona, en Ocosingo; Monte Líbano, Taniperlas y San Caralapio, en la frontera de la Reserva de la Biosfera de Montes Azules”, asegura Ernesto Ledesma.

El general José Francisco Gallardo señala que “esta guerra de baja intensidad es aprendida en las escuelas de adiestramiento de Estados Unidos, pero que se utilizan para repeler a un ejército invasor no contra la población civil”. Y alerta que los paramilitares no sólo están en Chiapas, sino que ya tienen presencia en San Salvador Atenco, Oaxaca y Michoacán.

Los grupos paramilitares se activan en momentos coyunturales, pero no desaparecen. La gente sigue recibiendo financiamiento y adiestramiento aunque no actúen. En las condiciones de inconformidad que estamos viviendo a nivel nacional, esos grupos paramilitares se reactivan. Para el Ejército y los gobiernos federal y local es muy fácil mantener esos grupos y utilizarlos como un sistema de inteligencia”.

Añade que “donde haya una inconformidad social va a haber infiltrados grupos paramilitares. Son grupos formados por funcionarios públicos, policías, militares retirados, delincuentes, maestros de las secciones. El papel de ellos ya lo saben, es agarrar una arma o un garrote y golpear a la gente, infiltrarse, intimidar, herir”.

El doctor en Sociología y académico del INAH Gilberto López y Rivas dice que Chiapas es una demostración palpable de la continuidad entre la política de Vicente Fox y la de Calderón. “Mediatizar, controlar y exterminar el movimiento de oposición del pueblo mexicano y en particular de los pueblos zapatistas. Calderón está ahí para que este país goce de tranquilidad para el capital. Y los zapatistas, lo saben muy bien los militares, constituyen un enemigo histórico que desde que surgió ha traído un odio enorme en el sector castrense.

Calderón, que se ha sostenido durante todas estas semanas bajo la tónica de apoyar y apoyarse en los militares, va a continuar con la política elaborada por los manuales de contrainsurgencia del Ejército Mexicano y por todos los intereses estratégicos que hay en la región.”

Opddic, apoyo gubernamental

Para Miguel Ángel García, coordinador de Maderas del Pueblo, en una clásica medida que establecen los manuales de contrainsurgencia de origen norteamericano, la Opddic expropia el discurso de las organizaciones de defensa de los derechos y adopta ese nombre para disfrazarse.

Cualquiera que no conozca el contexto piensa que esa es una ONG de defensa de los derechos indígenas. Pero en realidad es una organización que tiene su origen en una organización paramilitar que se llamó MIRA (Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista) y que actuó en las cañadas de la Selva Lacandona en los años de 1996 a 1998, sobre todo en 1998, con el apoyo del gobernador Roberto Albores Guillén”.

El fundador del MIRA y quien aún se mantiene detrás de la Opddic es el diputado priísta suplente, Pedro Chulín, un indígena tzeltal ex simpatizante zapatista. “Él fue integrante de la Cempi, pero después da el cambio y se convierte en un delator y creador del grupo paramilitar MIRA, este último se transforma en la Opddic. Para disfrazar la actividad se convierte en un supuesto grupo de apoyo de defensa de derechos, pero a su interior mantiene grupos civiles armados”.

A lo largo del sexenio de Fox y de Pablo Salazar los grupos paramilitares no actuaron, pero tampoco hubo castigos. Hubo impunidad y apoyos, dice Miguel Ángel García. “La Opddic recibió, bajo el rubro y disfraz de apoyos para proyectos productivos, recursos públicos de la Secretaría de Desarrollo Social de Chiapas”.

Para el ambientalista es difícil que el gobierno de Juan Sabines se deslinde del grupo de corte paramilitar. “María Cruz, quien estaba en desarrollo social con Salazar fue ratificada en el cargo por Sabines. Eso nos hace presuponer que la misma política permanece, porque es la misma persona”.

Para la elaboración de este trabajo se solicitó la posición del gobierno de Juan Sabines. El área de comunicación social canalizó la petición a la Secretaría de Gobierno, a cargo de Jorge Antonio Morales Messner, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

Detienen a Chulín

El pasado 7 de marzo Pedro Chulín Jiménez, dirigente de la Opddic, y una veintena de militantes de dicha organización fueron detenidos por la Fiscalía General de Chiapas. El motivo de la detención no fue las amenazas contra bases de apoyo zapatistas y defensores de derechos humanos, sino la presunta agresión y retención de dos periodistas.

Según informó La Jornada, habitantes de Ocosingo denunciaron ante las autoridades estatales las agresiones en contra de los periodistas, quienes cubrían una manifestación de indígenas adherentes al grupo de corte paramilitar que exigen al gobierno solucione sus demandas agrarias y de proyectos productivos.

El representante legal de Promedios, Francisco Vázquez, dijo al periódico que su camarógrafo Carlos Vázquez Guzmán fue golpeado y despojado de una cámara de video y un teléfono celular. También denunció que Alonso Luna Girón, promotor de derechos humanos, fue atacado por los miembros de la Opddic.


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jueves, 17 de enero de 2008

ENTREVISTA--GILBERTO VALDEZ

Cuba no está en las geografías del capitalismo salvaje
Entrevista con el investigador cubano Gilberto Valdés


Estoy convencida de que muchas personas dedicadas a la investigación sienten una sana envidia por el Dr. Gilberto Valdés. El estudioso cubano no solo tuvo la oportunidad de conocer, sino que compartió una mesa de trabajo con el Subcomandante Marcos. .



El encuentro ocurrió en el Primer Coloquio Internacional In Memoriam Andres Aubry “Planeta tierra: movimientos antisistémicos”, convocado por la Comisión Sexta del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el CINECI, la Universidad de la Tierra Chiapas y la Revista Contrahistorias, realizado del 13 al 17 de diciembre último.



El Dr. Valdés, coordinador del grupo GALFISA del Instituto de Filosofía y de los talleres internacionales sobre paradigmas emancipatorios, agradeció como cubano la donación de maíz, no transgénico, realizada el pasado año a Cuba por comunidades zapatistas, explicó brevemente el contexto actual en que se despliega el perfeccionamiento del socialismo cubano en sus 50 años de experiencia singular, además de exponer una síntesis de las principales reflexiones construidas en los talleres sobre paradigmas emancipatorios de La Habana acerca de las alternativas antisistémicas.
Desarrollado el coloquio en las instalaciones de CIDECI, Antiguo camino a San Juan Chamula, Colonia Nueva Maravilla, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, nuestro entrevistado —que responde estas preguntas de forma exclusiva— compartió con otros importantes investigadores.



¿Cómo llegas a participar en el Primer Coloquio Internacional In Memoriam Andrés Aubry. “Planeta tierra: movimientos antisistémicos”?
De casualidad, gracias a una sugerencia de Joel Suárez del Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr (CMMLK). Yo estaba en México, habían invitado al CMMLK a esta conferencia y como soy uno de sus colaboradores, me propuso para participar en mi condición de académico cubano. No lo dudé un segundo y partí para San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, una de las ciudades más bellas de este mundo, casi mítica y de reconocida significación en el movimiento alterglobalizador. Mi presencia fue a título individual, en mi condición de estudioso de estas problemáticas del movimiento social-popular en América Latina. Fue un privilegio estar ahí, no solo por compartir con figuras tan destacadas del pensamiento emancipatorio latinoamericano y mundial, sino por conocer a tantas personas sencillas asistentes a la Conferencia, a tantos jóvenes solidarios que apuestan por ese otro mundo posible con el que seguimos y seguiremos soñando. Las personas que me albergaron esos días, Mauricio y María del Carmen completaron el cuadro de cariño y solidaridad que me hizo sentir en San Cristóbal, tan alta y fría, el calor de nuestra Habana, pegada al mar.

¿De qué forma se organizó el coloquio y quiénes participaron?
Estuvo organizado por conferencias colectivas en las que la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se expresó a través de la participación del Subcomandante Insurgente Marcos, vocero del EZLN.
Asistieron muchas personas tanto de México como del exterior. Entre los invitados en los paneles se encontraban Sylvia Marcos, Naomi Klein, Inmanuel Wallerstein, Francois Houtar, Pablo González Casanova, Enrique Dussel, Sergio Rodríguez Lascano, Carlos Antonio Aguirre Rojas, Gustavo Esteva, John Berguer, Jean Robert, Peter Rosset, Ricardo Gebrim (de Consulta Popular del MST), Jorge Alonso, Ernesto Ledesma y quien te habla. Participó además el filósofo mexicano Luis Villoro.




¿Por qué si el Subcomandante Marcos critica la “metateoría” que caracteriza a la academia aceptó participar en paneles con académicos tan destacados?
Marcos realiza una crítica, demoledora además, de lo que llamó metateoría desligada de la realidad, que, a su juicio, ha caracterizado a sectores de la academia. Entiendo perfectamente esta crítica que me parece justa y cierta en general y me recuerda lo expresado también en ese sentido por el presidente Correa en FLACSO, lo que sucedió con la academia latinoamericana en tiempos neoliberales. Pero no me corresponde juzgar las opiniones de Marcos sobre la academia en ese contexto específico, tan solo te las expongo.

Los laboratorios asépticos alcanzaron a las ciencias sociales, dijo, logrando una especie de “higiene antirrealidad” en sus torres de cristal, con el objetivo de ocultar la realidad y garantizar la impunidad de ese crimen mundial llamado capitalismo. A ese mundo impoluto de arriba, a esa teoría blanca, no puede acceder la realidad. El pensamiento crítico se ha visto en la necesidad de superar el abismo entre teoría y realidad, pero ha tenido que hacerlo a contracorriente. En ese momento de su primera disertación expuso lo que llamó algunas tesis sobre la lucha antisistémica. Para que sean valoradas a tenor de lo expuesto realmente, las transcribo de forma textual:

“UNO.- No se puede entender y explicar el sistema capitalista sin el concepto de guerra. Su supervivencia y su crecimiento dependen primordialmente de la guerra y de todo lo que a ella se asocia e implica. Por medio de ella y en ella, el capitalismo despoja, explota, reprime y discrimina. En la etapa de globalización neoliberal, el capitalismo hace la guerra a la humanidad entera.

DOS.- Para aumentar sus ganancias, los capitalistas no solo recurren a la reducción de costos de producción o al aumento de precios de venta de las mercancías. Esto es cierto, pero incompleto. Hay cuando menos tres formas más: una es el aumento de la productividad; otra es la producción de nuevas mercancías; una más es la apertura de nuevos mercados.

TRES.- La producción de nuevas mercancías y la apertura de nuevos mercados se consiguen ahora con la conquista y reconquista de territorios y espacios sociales que antes no tenían interés para el capital. Conocimientos ancestrales y códigos genéticos, además de recursos naturales como el agua, los bosques y el aire son ahora mercancías con mercados abiertos o por crear. Quienes se encuentra en los espacios y territorios con estas y otras mercancías, son, quiéranlo o no, enemigos del capital.

CUATRO.- El Capitalismo no tiene como destino inevitable su autodestrucción, a menos que incluya al mundo entero. Las versiones apocalípticas sobre que el sistema colapsará por sí mismo son erróneas. Como indígenas llevamos varios siglos escuchando profecías en ese sentido.

CINCO.- La destrucción del sistema capitalista solo se realizará si uno o muchos movimientos lo enfrentan y derrotan en su núcleo central, es decir, en la propiedad privada de los medios de producción y de cambio SEIS.- Las transformaciones reales de una sociedad, es decir, de las relaciones sociales en un momento histórico, como bien lo señala Wallerstein en algunos de sus textos, son las que van dirigidas contra el sistema en su conjunto. Actualmente no son posibles los parches o las reformas. En cambio son posibles y necesarios los movimientos antisistémicos.

SIETE.- Las grandes transformaciones no empiezan arriba ni con hechos monumentales y épicos, sino con movimientos pequeños en su forma y que aparecen como irrelevantes para el político y el analista de arriba. La historia no se transforma a partir de plazas llenas o muchedumbres indignadas sino, como lo señala Carlos Aguirre Rojas, a partir de la conciencia organizada de grupos y colectivos que se conocen y reconocen mutuamente, abajo y a la izquierda, y construyen otra política.
Habría, creemos nosotros, nosotras, que ‘desalambrar’ la teoría, y hacerlo con la práctica.”
En su última intervención en el Coloquio retomó esta problemática y explicitó más su noción de la teoría revivificada por la práctica, su visión, que recuerda a Paulo Freire, del ser humano como sentipensante, y destacó que el desafío es “sentir con la cabeza y pensar con el corazón”:
“Cuando las zapatistas, los zapatistas hablamos, ponemos por delante el rojo corazón que en colectivo latimos.

Entender lo que decimos, hacemos y haremos, es imposible si no se siente nuestra palabra.

Yo sé que los sentimientos no tienen cabida en la teoría, cuando menos en la que ahora anda a los tropiezos.

Que es muy difícil sentir con la cabeza y pensar con el corazón.

“Que no son menores las masturbaciones teóricas que el plantear esta posibilidad ha creado, y que los estantes de librerías y bibliotecas están llenos de intentos fallidos o ridículos de esto que les digo.

Lo sabemos y entendemos.

Pero insistimos en que el planteamiento es correcto, lo incorrecto es el lugar en el que se está queriendo resolver.

Porque para nosotros, nosotras las zapatistas, el problema teórico es un problema práctico.

No se trata de promover el pragmatismo o de volver a los orígenes del empirismo, sino de señalar claramente que las teorías no sólo no deben aislarse de la realidad, sino deben buscar en ella los mazos que a veces son necesarios cuando se encuentra un callejón sin salida conceptual.

Las teorías redondas, completas, acabadas, coherentes, están bien para presentar examen profesional o para ganar premios, pero suelen hacerse añicos con el primer ventarrón de la realidad.

Hemos escuchado en esta mesa luces y destellos que, a nosotras, a nosotros los zapatistas, nos dan aliento y respiro.”

Y a continuación destacó los aspectos más novedosos de las reflexiones y aportaciones teóricas expuestas por las personas participantes en el evento.



¿Como influyó el actual escenario latinoamericano en los contenidos de los debates?
En América Latina hay un nuevo escenario geopolítico, de quiebre relativo de la hegemonía del imperialismo estadounidense, que Emir Sader califica con razón de posneoliberalismo. No es aún el socialismo del siglo XXI como realidad desplegada, no es ya una ruptura con la lógica del capitalismo, ni una alternativa carente de contradicciones de todo tipo, pero implica, con más o menos consecuencia y radicalidad según cada proceso, la posibilidad de “acorralar” la absolutización del principio mercantil. Se necesita voluntad política de los gobiernos y participación popular para lograrlo y avanzar por esa senda, que enfrenta peligros y desafíos enormes. Y eso no es poca cosa: sacar la política, el trabajo, la salud, la educación, el compañerismo, el amor, el sexo de esa perversa mercantilización de la vida. Los movimientos sociales, las organizaciones populares de inspiración antisistémica se están posicionando en el nuevo escenario posneoliberal surgido en la región, y hallan soluciones constructivas (no exentas de conflictividad) a la tensión tradicional existente entre la lógica geopolítica, contrahegemónica, de lucha antineoliberal, antimperialista, por una parte y la emergencia civilizatoria y cultural contenida en las demandas libertarias y de reconocimiento de los movimientos sociales, la lucha antisistémica, emancipatoria, anticapitalista como horizonte que no se puede abandonar.
En los talleres sobre paradigmas emancipatorios que como sabes venimos realizando desde hace años (y que el próximo será en 2009), concebimos al movimiento social popular como expresión plural, compleja, que se articula frente al sistema de dominación múltiple del capital, sus lógicas y mecanismos de sujeción actual. En el último taller se debatió la necesidad de avanzar hacia la autoconstitución de movimientos políticos alternativos, a partir de la experiencia política propia de los movimientos sociales populares, de poner en común, en medio de la diversidad de organizaciones, redes, movimientos, campañas e iniciativas populares, los sentidos políticos y éticos de la articulación, construir una nueva política que no contraponga fines y medios. Y esa es, tal vez, una de las contribuciones en materia de cultura política más sugerente del zapatismo.
En la Conferencia en Chiapas, estos temas suscitaron posturas diferentes y matices interpretativos entre los participantes, lo que es obvio, ya que se trata de un debate sobre estrategias y tácticas del movimiento antisistémico, que varían de un contexto a otro en nuestra región. No hay recetas ni esquemas teóricos generalizables para todos los procesos. La verdad social es contextual, no olvidemos esa máxima epistemológica. Cada centro de gravedad político nacional, subregional, exige análisis y debates concretos, no sacados de ninguna preceptiva, ni extrapolados de una realidad a otra. No sería acertado juzgar las posturas del zapatismo con categorías propias de otros contextos, por otra parte, es necesario reconocer la superexplotación y exclusión ancestrales a que han sido sometidas las comunidades indígenas, la traición y manipulación sistemática de sus aspiraciones. Desde esa realidad, a mi juicio, es que debemos entender el “tiempo y la razón política” de sus posiciones, sin desconocer que existen discrepancias que hoy se observan en sectores de la izquierda y del movimiento popular en su conjunto y que corresponde solo a ellos dirimir y superar en la práctica política concreta.
Hay que decir que la Conferencia respondió, esencialmente, a una coyuntura muy particular: la situación de potencial peligro para las comunidades zapatistas en la actualidad.

La periodista y activista social canadiense Naomi Klein es autora de un libro novedoso que se debate actualmente en el seno del movimiento alterglobalizador, La doctrina del shock. El auge del capitalismo de desastre. ¿Qué puedes decirnos de su intervención en el coloquio?
Ella se definió como periodista al servicio de la lucha contra el dominio de las corporaciones del capital, de ahí que su búsqueda de nuevas áreas de investigación se justifica por la necesidad de avanzar en la lucha. Definió la actual etapa como el ascenso del capitalismo de desastre, todo capitalismo es un desastre, dijo.
Reconoció que el actual movimiento antisistémico a nivel mundial nació en Chiapas. Admitió con tristeza que después del 11 de septiembre el movimiento antisistema perdió su empuje en América del Norte y Europa. Nos llamaron terroristas, nos mostraron Guantánamo y nos dijeron “esto es lo que les hacemos a nuestros enemigos”…
La crisis actual es real, expresó, pero no implica el colapso, sino el dominio absoluto de las corporaciones en todos los aspectos de la vida. El llamado estado de shock entra inmediatamente después de un desastre para generalizar e imponer las políticas neoliberales. Se trata de un cambio paradigmático radical que va más allá de la privatización, del complejo militar industrial. El ejemplo de la Zona Verde en Iraq es revelador. La Zona Verde no es solo un lugar, es un modelo, una idea. Es la zona de la economía de reconstrucción privatizada. Es hoy el modelo para el mundo capitalista. Nueva Orleans fue la nueva frontera del capitalismo del desastre. Otro ejemplo fue la ayuda de EE.UU. a Perú con el sismo, consistente en construir campamentos privatizados para damnificados, con macdonals incluidos. Durante los incendios en California, expresó, vimos que algunas casas no se encendieron porque habían sido bombardeadas por bomberos privados.
El cuadro se completa con la transferencia de dinero público a manos privadas y la búsqueda feroz por nuevos mercados: industrias de la seguridad frente a los terroristas, de los inmigrantes y ahora frente al cambio climático, en general, respuestas privatizadas al desastre.
Es una nueva economía que sigue la lógica de la ganancia, no por mera conspiración. El capitalismo es una máquina de crear desastres, como es la idea nefasta del crecimiento económico rápido.
La significación de la Zona Verde como zona celestial en la tierra se extiende en cada desastre ocasionado por el sistema.
Estamos metidos en la recta suicida, destacó, es lo que nos dice esa economía del desastre. Cada nueva crisis es una nueva oportunidad para vender. Pero no se trata de una crisis final del sistema, si no la paramos con lucha, será el colapso de la vida. La tierra es finita, concluyó, es un ciclo, no hay escape salvo que paremos esta locura.
Participó otra destacada mujer de México, Sylvia Marcos. Esta feminista y estudiosa de la cultura indígena de México resaltó la importancia de contextualizar el papel de la mujer en las comunidades zapatistas sin extrapolar mecánicamente a esa realidad los conceptos feministas de Occidente, explicó los giros realizados en esas comunidades a partir de las transformaciones de las Juntas de Buen Gobierno y los caracoles zapatistas.

¿Qué importancia le concedes a la participación cubana en encuentros de este tipo?
Los cubanos tenemos mucho que aportar en eventos de esta naturaleza. Aunque seamos sociólogos, historiadores, politólogos, filósofos, o cualquier otra especialidad, hablamos desde una experiencia viva, rica, reconocida, que se resiste a ser encapsulada de forma libresca, que reclama espíritu transdisciplinar, aportamos lo nuestro con humildad, con desenfado, pero con razones que lo avalan que vienen desde una historia de resistencia y creación que llevamos en los genes culturales y políticos, y si por ahí nos equivocamos en una u otra apreciación, la moral de los hechos, aclara nuestra palabra, como diría Benedetti. Pero tenemos, sobre todo, mucho que aprender, mucho que seguir profundizando sobre el sistema de dominio del capital, sus lógicas perversas, antihumanistas. Lo que llamamos socialismo entre nosotros debe buscar su perfeccionamiento, corregir sus deformaciones burocráticas y tecnocráticas, teniendo muy claro que la solución nunca podrá venir de la “civilización” o barbarie excluyente, patriarcal, discriminatoria y depredadora del capital. Tenemos que construir entre todos otro modelo de bienestar, no centrado en el consumo impositivo, ni en la mejoría aparente de uno u otro sector a costa de la exclusión política, económica y cultural de las mayorías. A propósito, en la conferencia fue muy ilustrativa la intervención de Jean Robert, para quien los hábitos lingüísticos del sistema-mundo internalizan la lógica del capital. La actual jerga económica, política, profesional, carcelaria nos hace hablar capitalismo, enfatizó. Por ejemplo, las políticas públicas se condenan por populistas, la gratuidad que es justa desaparece ante las relaciones utilitarias. Llamó a confeccionar un Glosario del lenguaje capitalista para descapitalizar nuestras mentes y sentimientos.

Puedes citarme algunos aspectos del Subcomandante Marcos que te impresionaron.
Lo afable en el trato, pese a la mística que lo rodea y al símbolo del pasamontañas, su obstinación en defensa de sus ideas, su sentido del humor y la belleza indiscutible de su discurso.

¿Qué opinión vertió sobre Cuba?
Es bien conocido la solidaridad histórica del pueblo de México con la Revolución Cubana, la admiración y el respeto por nuestro pueblo incluso por sectores que no comparten nuestra ideología y nuestro proyecto. En ese contexto, las opiniones expresadas por Marcos sobre Cuba, a mi juicio, cobran una significación muy especial. Para mí, que estaba ahí cuando las dijo, a su lado, fue un momento de mucha emoción, pues el texto leído por Marcos sobre Cuba, algo que sucede de esa manera por vez primera, es de una postura solidaria sin ambigüedad, diáfana, un reconocimiento muy honesto a la experiencia de la Revolución Cubana para los pueblos que se internen en sus propios caminos antisistémicos. El texto debe ser conocido, te lo digo tal cual lo leyó:

“Algo de Geografía y Calendario básicos.”

“Hay en el Caribe, tendida al sol y cual verde caimán, una alargada isla. “Cuba” se llama el territorio y “Cubano” el pueblo que ahí vive y lucha.

Su historia, como la de todos los pueblos de América, es una larga trenza de dolor y dignidad.

Pero hay algo que hace que ese suelo brille.

Se dice, no sin verdad, que es el primer territorio libre de América.

Durante casi medio siglo, ese pueblo ha sostenido un desafío descomunal: el de construirse un destino propio como Nación.

“Socialismo” ha llamado este pueblo a su camino y motor. Existe, es real, se puede medir en estadísticas, puntos porcentuales, índices de vida, acceso a la salud, a la educación, a la vivienda, a la alimentación, desarrollo científico y tecnológico. Es decir, se puede ver, oír, oler, gustar, tocar, pensar, sentir.

Su impertinente rebeldía le ha costado sufrir el bloqueo económico, las invasiones militares, los sabotajes industriales y climáticos, los intentos de asesinato contra sus líderes, las calumnias, las mentiras y la más gigantesca campaña mediática de desprestigio.

Todos estos ataques han provenido de un centro: el poder norteamericano.

La resistencia de este pueblo, el cubano, no solo requiere de conocimiento y análisis, también de respeto y apoyo.

Ahora que tanto se habla de defunciones, habría que recordar que ya se llevan 40 años de tratar de enterrar al Che Guevara; que a Fidel Castro lo han declarado muerto ya varias veces; que a la Revolución Cubana le han marcado, inútilmente hasta ahora, decenas de calendarios de extinción; que en las geografías que se trazan en las estrategias actuales del capitalismo salvaje, Cuba no aparece, por más que se empeñen.

Más que como ayuda efectiva, como señal de reconocimiento, respeto y admiración, las comunidades indígenas zapatistas han enviado un poco de maíz no transgénico y otro más poco de gasolina. Para nosotras, nosotros, ha sido nuestra forma de hacerle saber a ese pueblo que sabemos que las más pesadas de las dificultades que padece, tienen un centro emisor: el gobierno de los Estados Unidos de América.

Como zapatistas pensamos que debemos tender la mirada, el oído y el corazón hacia este pueblo.

No vaya a ser que, como a nosotros, se diga que el movimiento es muy importante y esencial y bla, bla, bla; y cuando, como ahora, somos agredidos, no hay ni una línea, ni un pronunciamiento, ni una señal de protesta.

Cuba es algo más que el extendido y verde caimán del Caribe.

Es un referente cuya experiencia será vital para los pueblos que luchan, sobre todo en los tiempos de oscurantismo que se viven ahora y se alargarán todavía algún tiempo.

En contra de los calendarios y geografías de la destrucción, en Cuba hay un calendario y una geografía de esperanza.

Por esto ahora decimos, sin estridencias, no como consigna, con sentimiento: ¡Que viva Cuba!

Muchas gracias.

Subcomandante Insurgente Marcos. San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México. Diciembre del 2007”.

Sin que manejes una bola de cristal, ¿qué destino prevés para el movimiento zapatista?
El neozapatismo que emergió en 1994 marcó para muchos un parteaguas entre el desencanto y la esperanza, y aguó la fiesta a los sostenedores del mito del fin de la historia. Desde entonces, la emergencia de múltiples y novedosas formas de resistencia y lucha a nivel local, nacional, regional y mundial, obligó al pensamiento crítico a dar cuenta de la creciente rebeldía y de las alternativas sociopolíticas populares en ciernes. Proliferó, a contracorriente, un nuevo movimiento plural contrahegemónico que se negaba, con sus prácticas y visiones alternativas, a aceptar la peor de todas las utopías: la utopía de no tener utopías. Reapareció la noción de diversidad en el campo popular, no como mero dato de la heterogeneidad de actores contestatarios, ni como un lastre a superar, según las visiones tradicionales de la izquierda, sino como desafío de articulación, como principio constitutivo de toda alternativa emancipatoria.
El Subcomandante Marcos ha expresado: "el capitalismo agonizante ha puesto los ojos en nuestras selvas, desiertos, bosques, montañas, ríos, aguas, vientos, mares, playas, maíces, saberes que durante miles de años hemos aprendido, defendido, alimentado, cuidado”. El ecocidio, etnocidio, feminicidio y genocidio son enfrentados hoy por trabajadores ocupados y no ocupados del campo y la ciudad, excluidos de las redes de reproducción del capital, mujeres, campesinos, jóvenes e indígenas de nuestro continente que protagonizan las luchas más variadas y creativas contra la recolonización imperial y la lógica perversa del capital. En este sentido, más allá de la polémica que enfrenta su decursar en el contexto mexicano, el futuro del zapatismo ya está construyéndose, transfigurándose, en esas resistencias y luchas.

¿Habrá otros encuentros con Marcos?
No lo podemos saber, por lo pronto en el final de la conferencia se dijo: “Quienes hemos hecho la guerra sabemos reconocer los caminos por los que se prepara y acerca.
Las señales de guerra en el horizonte son claras.
La guerra, como el miedo, también tiene olor.
Y ahora se empieza ya a respirar su fétido olor en nuestras tierras.