domingo, 23 de mayo de 2010

Re: [Pagina12WEB] Noticia enviada por leon



El 19 de marzo de 2008 00:49, <leon_citosilva@hotpop.com> escribió:
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Viernes, 28 de Enero de 2005
RESISTENCIAS

El corazón en la selva

El libro de la mexicana Gloria Muñoz Ramírez sobre la experiencia zapatista recupera las voces de quienes protagonizaron un movimiento político que desde su inicio interpeló a otros, sobre todo con relación al concepto de poder. Sin embargo, a una década del levantamiento armado, la lucha de las mujeres "dentro de la lucha" sigue abriendo su propio camino.

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Por Verónica Gago

Gloria Muñoz Ramírez es la autora del libro EZLN: el fuego y la palabra, un trabajo artesanal que recoge las voces de la experiencia zapatista desde los primeros años pre-insurreccionales (hace ya dos décadas) pasando por el levantamiento del 1 de enero de 1994 hasta la reciente conformación de los caracoles y las Juntas del Buen Gobierno que organizan hoy el territorio chiapaneco rebelde. El libro acaba de publicarse en Argentina (Tinta Limón Ediciones) al mismo tiempo que es traducido y editado en decenas de lugares del planeta.
Desde Atenas, uno de los puntos de la gira europea de presentaciones, la autora –que decidió hace ya años abandonar su vida en la ciudad de México para quedarse a vivir en las comunidades zapatistas– cuenta cómo fue el trabajo de gestación y composición del libro.
–¿Cómo y por qué decidiste quedarte a vivir en las comunidades zapatistas?
–Llegué a Chiapas el 3 de enero de 1994, junto a más de 800 periodistas de todo el mundo. La guerra iniciada por los zapatistas cobraba sus primeras bajas, México y el mundo habían sido sorprendidos por decenas de miles de indígenas que se levantaban en armas en demanda de libertad, democracia y justicia. ¿Quiénes eran? ¿Quién estaba detrás del movimiento? ¿Qué perseguían? Las preguntas eran muchas y se iban acumulando. Durante tres años –'94, '95 y '96– mantuve una relación con diversas comunidades en rebeldía. Decido entonces cancelar algunos compromisos en el exterior (trabajo, rentas, deudas, etcétera) y solicito permiso a una comunidad para permanecer por tiempo indefinido. ¿El objetivo? Entender un poco más. Así pasan otros siete años.
–¿Qué significó para vos construir una vida allí?
–Lo más importante de estos años fue convivir todos los días con un pueblo que lucha contra todo, incluidos ellos mismos. Un movimiento de hombres, mujeres y niños como cualquiera, con la diferencia de que todos los días del año se levantan con el reto de levantar una escuela autónoma, de participar en un curso de salud, de organizar una cooperativa, de participar en una asamblea política, de organizar la vigilancia de la comunidad, de ir a sembrar, de organizar un taller sobre el neoliberalismo y sus consecuencias... Y todo esto en una cotidianidad con más de 60 mil soldados encima, con el miedo a los grupos paramilitares, con el acoso permanente de los programas contrainsurgentes. Convivir con esto las 24 horas del día nos deja con la sensación de que tenemos que hacer algo, de que es posible hacer algo..., nos deja con la sensación de que se puede y se debe luchar, que no hay por qué conformarse. Todo esto significó –y significa– construir la vida con las comunidades rebeldes zapatistas.
–¿Qué fue lo que te impulsó a armar y escribir el libro?
–El libro se inscribe en el marco de dos aniversarios zapatistas: el vigésimo de su nacimiento y el décimo del levantamiento armado. Te podría decir que el libro se fue armando solo y que ya para su publicación, en el contexto de los aniversarios, sólo se tuvieron que acomodar las piezas. La primera parte que se concibió, antes de pensar en su publicación en forma de libro, fue la cronología de los diez años (1994-2003). Esta parte la veníamos trabajando en comunidades desde tiempo atrás, a través de diferentes talleres en los que todos aportábamos algo para ir armando la historia. La primera parte del libro comprende testimonios de insurgentes, comandantes y representantes de los pueblos. Ellos y ellas nos cuentan el caminar de los primeros diez años de organización zapatista (1983-1993). A mí, en lo personal, esta es la parte que más me gusta y la que, hasta la fecha, me sigue impresionando. La tercera parte es una entrevista con el subcomandante Marcos, quien en su calidad de jefe militar y vocero del EZLN, hace un balance de estas dos décadas de lucha y resistencia. El objetivo de todo este trabajo es parte de un proyecto colectivo: la campaña "EZLN: 20 y 10, el fuego y la palabra", concebida por la revista mexicana Rebeldía para celebrar las dos décadas de la lucha zapatista.
–¿A qué se debe la insistencia en la relación entre "el fuego" y "la palabra"?
–Porque estos dos elementos no han dejado de existir durante estos más de diez años. Aunque el EZLN se ha esforzado porque prevalezca la palabra, el fuego no se ha extinguido en Chiapas ni en muchas partes del país, donde la represión gubernamental continúa.
–¿En qué sentido creés que se puede afirmar que el zapatismo inaugura un nuevo tipo de experiencia política?
–Yo no sé si el zapatismo inaugura un nuevo tipo de experiencia política. Lo que sí sé es que es un movimiento que ofrece diversos planteamientos que pone a discusión de otros movimientos: el mandar obedeciendo, la inclusión y tolerancia, la no toma del poder, la horizontalidad en las decisiones, el caminar preguntando, la rebeldía permanente frente al poder, lo ocupe quien lo ocupe, el rechazo a las vanguardias y a la homogeneización de las luchas, etcétera.
–¿Cómo fue el proceso de las mujeres en su incorporación al zapatismo?
–Las mujeres se han ido incorporando a todos los sectores y ámbitos de la lucha zapatista, desafortunadamente a un ritmo muy inferior al que ellas mismas quisieran. Se ha hablado mucho de la "lucha dentro de la lucha", pues éste es el concepto que engloba la batalla que llevan a cabo las mujeres zapatistas al interior de su organización. Actualmente una tercera parte del ejército zapatista está conformada por mujeres. Es el ámbito político-militar en el que ellas tienen mayor presencia y espacios de participación. Dentro del Comité Clandestino Revolucionario Indígena, es decir, dentro de la Comandancia General del EZLN, tienen una presencia menor a la tercera parte, pero igualmente fuerte. Aquí nos encontramos a mujeres como las comandantas Esther, Fidelia, Susana, Ramona, etcétera. El ámbito en el que las mujeres siguen teniendo una presencia mínima es en el de las nuevas estructuras de gobierno autónomo, es decir, en las Juntas de Buen Gobierno. Aquí las mujeres representan menos del 10 por ciento. Creo que si pudiéramos hablar de un reto al interior de la lucha zapatista nos podríamos referir al de las mujeres, pues están en una lucha diaria por ocupar espacios de opinión y decisión. Han participado, y mucho, en la resistencia armada y no armada del EZLN, como insurgentas y como bases de apoyo, como sanitarias y educadoras, como socias de cooperativas y como administradoras... han puesto el cuerpo frente a los soldados y paramilitares, se esfuerzan por estudiar y sacar a sus hijos adelante... Son, pues, el corazón de esta lucha y aun no ocupan el lugar que se merecen. El logro más importante en estos momentos se encuentra en la educación. Las niñas zapatistas acuden a la escuela y se están formando nuevas generaciones con pensamientos que combaten más de 500 años de usos y costumbres. Hay materias en las escuelas autónomas destinadas a losderechos de las mujeres y es ahí, en estas niñas que nacieron después del levantamiento del primero de enero de 1994, donde está la esperanza de un cambio paulatino.

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Zapatistas, la guerrilla dormida



Zapatistas, la guerrilla dormida

 
 

Enviado por Leon a través de Google Reader:

 
 

vía news.taringa.net el 23/05/10




Fuentes oficiales del Gobierno alimentan los rumores de que el EZLN del subcomandante Marcos podría estar preparando una acción espectacular

El enigmático y enmascarado subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, ya no sale en los medios. Su guerrilla, en armas desde hace 16 años, se mantiene oculta y silenciosa. Y aunque los rumores de una acción zapatista recorrieron el inicio del año la capital simbólica de Chiapas, San Cristóbal de las Casas, la ciudad permanece en calma. Las especulaciones se multiplicaron porque 2010 es año de celebraciones en México, el bicentenario de la Independencia y, sobre todo, el centenario de la Revolución de 1910, la que el EZLN quiso emular en 1994 al considerar que los objetivos de Emiliano Zapata no se habían cumplido para los indígenas. "Los zapatistas no actúan nunca cuando se les espera", afirman los expertos que, sin embargo, no descartan algún movimiento del grupo este año.

Motivos no faltan. Como recuerda el investigador Mauricio Merino, la desigualdad, la ineficacia, la corrupción y la inseguridad eran los males de México hace 200 años, hace 100 y también hoy en día. Chiapas es, además, el estado más pobre, aunque en los últimos años los gobiernos estatal y federal han invertido ingentes sumas de dinero sobre todo en carreteras y, como denuncian algunos, para comprar voluntades.

"El Gobierno ofrece dinero para que dejemos de exigir responsabilidades y para dividir al pueblo", denuncia Sebastián Pérez, presidente de Las Abejas, un colectivo simpatizante del EZLN que sufrió en sus carnes la masacre de Acteal, el asesinato en 1997 a manos de paramilitares y ante la inacción del ejército de 45 hombres, mujeres y niños cuando rezaban en la iglesia. Doce años después, Acteal sigue exigiendo justicia, pero no llega. "Mire aquella casa, allí vive uno de los que participaron en la masacre y que acaba de ser liberado por la Corte Suprema. Eso genera mucha tensión, el puesto del Ejército sigue a unos cientos de metros y en la zona hay muchas armas. La situación cada vez se parece más a la de antes del 1997 cuando se presionó contra civiles para que la guerrilla zapatista actuara".

Por eso Pérez es de los que cree que sí que puede haber un estallido en cualquier momento. "Muchas organizaciones están hartas porque no hay justicia ni soluciones para los indígenas".

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba) ha denunciado "un incremento de las agresiones" contra comunidades zapatistas, simpatizantes del EZLN o defensores de derechos humanos en lo que va de año tanto por parte de distintos grupos paramilitares como de las autoridades, "acciones preventivas" que se llevan a cabo con la "excusa" de los miedos a una explosión social en el año de centenario, unos temores que, según esta ONG, las propias autoridades se han encargado de alimentar para justificar sus actos.

El Ejército tiene una gran presencia en este estado fronterizo, al menos 12.600 efectivos con más de 70 campamentos. Su objetivo es luchar contra el tráfico de drogas, armas e indocumentados que cruzan esa frontera sur, pero también controlar a la guerrilla, no sólo del EZLN sino también del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), los únicos que han actuado en los últimos años con ataques contra oleoductos o secuestros.

Pero haya acciones o no, el Estado mantiene la misma política contrainsurgente desde 1994, critica el Frayba, "aunque ahora no sea tan visiblemente agresiva", asegura un portavoz.

Mientras tanto, el EZLN, que libró una guerra, firmó acuerdos y se retiró a la selva cuando el Estado olvidó dichos pactos -logrando esquivar al terrorismo y los vínculos con el narcotráfico que infectaron a otros movimientos armados de la región-, observa ahora en silencio el lento desarrollo de sus dos principales logros políticos: la creación en 2003 de un peculiar sistema de gobierno autónomo, los caracoles, entidades de gestión de los municipios rebeldes que funcionan totalmente al margen del Estado mexicano y se gobiernan en grupo y con cargos rotatorios; y el lanzamiento en 2006 de La otra campaña, un movimiento político-social a nivel nacional de postulados antiliberales que no aspira a tomar el poder sino a cambiar la forma de hacer política.

Los caracoles han podido funcionar gracias a la ayuda internacional, pero el reto es ahora, según explica Sergio Rodríguez, uno de los ideólogos del zapatismo, conseguir suficientes recursos para la autogestión a través del comercio justo de sus productos, como el café o las artesanías.

"Entra usted en territorio zapatista en rebeldía, aquí manda el pueblo y el Gobierno obedece", anuncian los letreros a la entrada de las comunidades autónomas. Algunos les critican porque ocuparon tierras de finqueros o por ser utópicos trasnochados.

Otros destacan que gracias a los caracoles ahora disfrutan de un hospital y escuelas de secundaria impensables hace años.

Los zapatistas tienen claro que con paciencia y lentamente, como avanza el caracol, se consiguen cosas. Y demuestran esa paciencia al explicar una y otra vez a todos los que les visitan, curiosos y turistas revolucionarios, su forma de vivir en rebeldía.

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