miércoles, 19 de marzo de 2008

Entrevista al cineasta mexicano Cristian Calónico, autor de una saga de
documentales zapatistas como «Marcos. Historia y Palabra»

por Oscar Ranzani

El cineasta mexicano Cristian Calónico es especialista en reflejar en el
cine todo aquello que define al Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN), el grupo político-militar encabezado por el
Subcomandante Marcos que, si bien alcanzó visibilidad el 1º de enero de
1994 durante el levantamiento armado en Chiapas, sus raíces llegan hasta
los primeros años de la década del 80.

Calónico tradujo en lenguaje cinematográfico diversos momentos clave del
movimiento zapatista: en 1995 comenzó la serie documental con Chiapas:
historia inconclusa, film que ponía el acento en esos rostros anónimos
que participaron de la historia mexicana más reciente buscando
reivindicar la dignidad indígena y peleando por libertad y justicia para
estas comunidades.

Un año más tarde, logró una extensa entrevista al líder zapatista que se
convirtió en el segundo largometraje: Marcos. Historia y Palabra es un
relato de ’90 minutos (sin intervenciones editoriales) en el que el
principal portavoz del EZLN habla a cámara, en un momento en que la
discusión sobre la lucha de este movimiento hacía eclosión en México.

Precisamente Marcos cuenta los orígenes del EZLN trazando la historia
colectiva pero también su pensamiento personal sobre los acontecimientos
de la insurgencia. En este testimonio fílmico se aprecia también la
situación política del México de los ’90, cómo se relacionó el EZLN con
la comunidad y el rol que jugó la sociedad civil en este proceso.

A Marcos. Historia y Palabra le siguieron Juntos por Chiapas (1997),
Chiapas: la historia continúa (1998) y Chiapas: historia y dignidad (2001).

“Yo he venido haciendo un trabajo desde que surgieron los zapatistas, ya
que empecé a documentar en videos todo lo que iba sucediendo tanto en
Chiapas como en la ciudad de México alrededor de este movimiento”, dice
Calónico desde México, en entrevista telefónica con Página/12. Es por
eso que no le costó tanto conseguir el extenso testimonio de Marcos que
logró concretar después de una serie de pedidos hasta que con su equipo,
según comenta el cineasta, “decidimos meternos a la selva y ahí mismo
solicitar la entrevista nuevamente... y nos la dieron”.

Calónico resalta que tanto él como su grupo de trabajo les dan voz a los
zapatistas y no a otros sectores porque “creemos que ellos necesitan
abrir espacios para difundir su movimiento y, entonces, les damos la voz
completa. No es que nosotros nos metamos ni editorialicemos con una voz
en off lo que pensamos, sino que ellos mismos son los narradores”.

¿Qué fue lo que más le sorprendió de la personalidad de Marcos?

—Su inteligencia, su capacidad de análisis, el nivel de información que
maneja. En ese momento llegamos de San Cristóbal de las Casas para hacer
la entrevista y veníamos de leer periódicos, ver noticieros, y él sabía
lo que había sucedido unos minutos antes. Nosotros habíamos estado unos
días ahí esperando la entrevista y nos actualizó de todo lo que había
sucedido en la ciudad. Me sorprendió mucho su nivel de análisis, su
inteligencia y su sinceridad, porque finalmente se abrió y nos contestó
a todo lo que preguntamos. Enviamos un cuestionario previamente.

¿Cómo definiría el perfil de Marcos?

—Es un tipo que cree en lo que hace, cree en la lucha que está haciendo
y finalmente yo creo que es una lucha a largo plazo y que va a triunfar.
Es un tipo honesto, que se sale del común de los políticos, que no busca
un beneficio personal, que les ha entregado su vida a las comunidades
indígenas y ahí se va a quedar hasta que la lucha termine, para bien o
para mal.

¿El film lo pensó apuntando a quienes desconocen el pensamiento de Marcos?

—Traté de buscar cosas que él no había dicho en otras entrevistas. La
dividí en dos partes: en una que me contara lo que ha sido el movimiento
zapatista desde cómo se engendró, ya que era una época en la que no se
sabía mucho sobre cómo se había iniciado ese movimiento. De hecho, es
una de las primeras entrevistas donde él habla de los orígenes del
movimiento. Y a partir de eso, muchos libros citaron cosas del video.
Entonces, está la parte más oficial y la parte más personal. La parte
personal nos da una idea tanto del movimiento como del hombre que es
Marcos. Y por eso el título que le pusimos es Marcos. Historia y
Palabra, que refleja muy bien lo que es el personaje.

¿Cómo analiza la irrupción del EZLN en el contexto político de los ’90?

—Creo que no nos equivocamos en la apuesta porque cuando surgió el EZLN
yo pensé: “Este movimiento va a dar mucho para México”. Pensaba que
finalmente iba a influir en un cambio en la historia de México y que
había que seguirlo. Creo que no solamente influyó en la historia de
México, sino que también ha tenido influencia en otros países y en los
grandes movimientos mundiales que ahora se dan contra el neoliberalismo
y la globalización. Finalmente, los zapatistas tienen ahí una parte en
el surgimiento de todo esto.

¿Encuentra similitud entre el zapatismo y otros movimientos de
reivindicación social o de resistencia popular?

—Encuentro muchas similitudes entre el zapatismo y los piqueteros en
Argentina, entre el zapatismo y muchas de las cosas que están sucediendo
en América latina, tanto en Argentina, Chile, Ecuador, Brasil,
Venezuela. Todo este cambio político que está viviendo la geografía
latinoamericana y no solamente esta sino en otros países, también tienen
muchos puntos de confluencia. Y el zapatismo ha tratado de buscar y de
echar lazos y hacer cosas conjuntas con estos movimientos a nivel
internacional. Creo que eso no ha cuajado muy bien pero... bueno: ahí
está una base sólida para trabajar conjuntamente en algún momento.

¿Qué grado de interés existe en la sociedad mexicana sobre la lucha del
EZLN? ¿Hay mucho antagonismo?

—Desde el año pasado el movimiento zapatista perdió mucho interés por
parte de la sociedad, porque toda la visibilidad la tenía el proceso
electoral presidencial y los zapatistas descalificaron a todos los
candidatos, incluido el candidato más de izquierda, por decirlo de
alguna manera. Entonces, mucha gente no estuvo de acuerdo con esa
posición de los zapatistas, porque mucha gente pensó que había que unir
fuerzas más que dividir. Aunque no es cierto, mucha gente tiene en el
fondo el sentimiento de que López Obrador perdió en parte porque Marcos
le dio la espalda y lo descalificó.

¿Considera que el EZLN sigue siendo un movimiento revolucionario?

—Sí, es un movimiento revolucionario pero a largo plazo. No es la
guerrilla tradicional y eso lo dejó ver desde un principio: sus métodos
fueron diferentes, sus prácticas fueron diferentes. Tal vez solamente en
la primera declaración de la selva Lacandona, donde declararon la
guerra, sí sonaba a una guerrilla tradicional. Pero a los dos meses ya
había cambiado y ha sido diferente. Yo creo que es un movimiento
revolucionario en muchos sentidos. No en el sentido tradicional de que
vayan a tomar con las armas el palacio, pero sí están revolucionando
muchas cosas de este país. A largo plazo.

Tomado de Página/12

Textos del sup Marcos en La Ventana:

De la sombrilla a la luz…

La cultura arriba y abajo

Cuento para niñas de uno a 100 años

El Che, Cuba y los zapatistas. La otra Latinoamérica

Vázquez Montalbán fue y es puente para la palabra zapatista

El bolsillo roto

Homenaje a Miguel Enríquez

Durito y una de tráfico vehicular

La lucha contra la globalización es cuestión de supervivencia

Otra geografía