martes, 4 de diciembre de 2012

CARTA A: A Miguel Angel Mancera: dos peticiones

DESFILADERITO



A Miguel Angel Mancera: dos peticiones





Doctor: por cortesía de Fuentes Fidedignas, y por mi propio derecho,
ante usted respetuosamente comparezco y expongo:

Si de Marcelo Ebrard Casaubon dependiera, hoy estaría usted
desayunando como senador de la República en representación del pueblo
de la ciudad de México y su ex compañero de gabinete –el ex secretario
de Finanzas y de Educación de la administración saliente, Mario
Delgado-- se hallaría ante un espejo, retocándose el botox, para
asumir el honroso cargo que dentro de unas horas usted comenzará a
ejercer.



Nada le debe usted a Ebrard. Al contrario, en múltiples ocasiones
fue el causante de que su prestigio como abogado y doctor en derecho
quedara empañado ante la gente que no lo conoce, cuando como
procurador capitalino se vio impedido de hacer la justicia de acuerdo
con el espíritu y la letra de la ley. Claro, pudo haber renunciado
dignamente y marginarse de la vida pública. Pero no lo hizo.



Hoy está a punto de entrar en la historia como el cuarto
gobernante del Distrito Federal electo por los ciudadanos de esta urbe
y puede entrar pisando fuerte, si en su discurso de toma de posesión
ordena la liberación inmediata de 55 de las 69 personas que la policía
de Ebrard –que desde mañana volverá a ser de usted-- arrestó el
primero de diciembre al medio día en la esquina de Filomeno Mata y
Cinco de Mayo, donde no hubo un solo conato de violencia.



En mayo de 1994, en Guadalajara, después de los violentos
enfrentamientos con los granaderos que desataron provocadores enviados
por Santiago Creel –con la venia de Fox-- para desestabilizar la
ciudad y echar a perder –cosa que no lograron-- el acto, que sería
celebrado al día siguiente en un rancho, donde Felipe Calderón se
autodestapó como candidato a la primera magistratura, el entonces
gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, ordenó a la policía
urbana que detuviera a 100 jóvenes pero ya.



Muchos fueron arrestados cuando caminaban por la calle, otros en
el interior de algún café, muy pocos en el lugar de los hechos. Ya en
la procuraduría, todos fueron torturados y obligados a confesar
delitos que nunca cometieron. Y varios padecieron por años la
pesadilla de un proceso penal tras las rejas.



Esta –a mí no me asombra-- parece ser la fórmula escogida por
Ebrard, para irse (vengándose de la juventud que lo repudió por
corrupto y autoritario) y dejarle a usted un problema que tiene todos
los ingredientes para convertirse en una gran bola y no sólo de nieve.



Recurra, por favor, al abogado Jesús Robles Maloof (en Twitter
puede localizarlo muy fácilmente en la cuenta @roblesmaloof) y pídale
su punto de vista acerca del pliego de consignación de esos 55
detenidos. Jesús, no me cabe duda, le demostrará que aquellos a
quienes los granaderos aprehendieron en Cinco de Mayo y Filomeno Mata
están acusados de haber cometido actos vandálicos en Balderas, Juárez
y Eje Norte 1, avenidas alejadas del sitio donde los agarraron.



Para mayor tranquilidad de su propia conciencia, doctor, examine
el cúmulo de videos grabados por testigos circunstanciales, en los que
se ve, por ejemplo, cómo un ciudadano --que ni siquiera sale a cuadro
en la imagen donde jóvenes enardecidos gritan frente a los escudos
antidustubios en Filomeno Mata-- es atrapado sorpresivamente por un
granadero que lo ataca por la espalda y se lo lleva a empellones al
otro lado de la línea de uniformados para conducirlo, ojalá, al
Ministerio Público.



Ante hechos tan repudiables y cobardes, que caen en la esfera
exclusiva de la responsabilidad de Ebrard, puede usted mañana, ante la
Asamblea Legislativa, decretar una amnistía incondicional e inmediata
para esos 55 detenidos, y para todos los demás, que hoy están en el
centro femenil de Santa Martha o en el Reclusorio Norte, y a quienes
Televisa intenta asustar con el petate de que no saldrán de la cárcel
sino dentro de 30 años.



¡Por favor! La segunda papa caliente (y en este caso podrida) que
Ebrard le hereda y que usted no puede aceptar, es el conflicto de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) que sigue en paro
total de labores por la irresponsabilidad, la incapacidad y la
megalomanía de la rectora María Esther Orozco (MEO).



La señora ha cometido toda clase de violaciones a las leyes
vigentes. Sin embargo, cada una de las acusaciones penales presentadas
contra ella --por las víctimas de sus abusos y sus transas--, ante las
agencias del Ministerio Público capitalino, cuando usted era
procurador, jamás prosperaron, básicamente porque Ebrard giró
instrucciones de que nadie la molestara ni siquiera con el pétalo de
un citatorio.



Hoy, la obediencia institucional que usted reiteradamente observó
ante una orden indebida e injusta, se convierte en un grave obstáculo
para que inicie su gestión de gobierno con calma chicha en el ámbito
estudiantil. Como luchador social que votó por usted y llamó a votar
por usted --porque lo conocí de cerca en situaciones muy adversas para
mi gente, que le agradece su decidida intervención--, doctor, no pido
nada.



Como ciudadano, sin ambages ni cortapisas, exijo que aplique todo
el peso de la ley a esa pequeña tirana, que ha hecho méritos más que
suficientes para ser detenida en el acto y consignada ante un juez
imparcial, que sin duda habrá de dictarle el auto de formal prisión en
atención a sus múltiples actividades delictivas.



Sin otro particular, le deseo el mejor de los éxitos en su nueva
encomienda pública.

@Desfiladero132





Jaime Avilés

http://fuentesfidedignas.com.mx/portal/index.php/desfiladerito/6409-a-miguel-angel-mancera-dos-peticiones