martes, 29 de septiembre de 2015

"Todos somos Ayotzinapa" frente al estado capitalista mexicano

"Todos somos Ayotzinapa" frente al estado capitalista mexicano

Miguel Ángel Adame Cerón
Rebelión


"Es una coyuntura que abre la oportunidad de cambiar el país. A un
año, Ayotzinapa es factor de unidad, porque puede ser un punto de no
retorno, porque ha ido allí adonde no han ido otros, ha dicho lo que
no han dicho otros. O sea, luchar por los desaparecidos es luchar por
una transformación". (Omar García, 24 de septiembre de 2015)



Significado y trascendencia de los hechos criminales

"Han desnudado la realidad del país" (antropólogo Abel Barrera)

Los brutales y sanguinarios sucesos contra los estudiantes normalistas
de Ayotzinapa la noche/madrugada de 26/27 de septiembre de 2014 en la
ciudad de Iguala, Guerrero, no solo son una tragedia o una atrocidad
más perpetrada por las fuerzas represoras públicas y oscuras del
Estado mexicano capitalista, son y representan una fortísima conmoción
política y un sacudimiento de las conciencias, a nivel político, moral
y emocional para todos los pobladores excluidos de México, y
especialmente para los sectores populares que luchan en la resistencia
y tratan de ser o convertirse en antisistémicos y/o antagónicos.

Revelaron y pusieron en evidencia atroz, el actuar no sólo de un
Estado-gobierno ultra neoliberal, cínico y corrupto, sino la grave
situación económica-política-social de una nación-pueblo, agobiados
por los saqueos, la inseguridad, el narcotráfico, la criminalidad, la
semiesclavitud, la pobreza, la precariedad, el sistema de partidos,
los fraudes, la simulaciones, la clase política, la oligarquía, las
instituciones podridas. En fin, la necropolítica (Arizmendi dixit,
2015) exudada por todos los poros del poder, desde el presidente en
turno hasta las autoridades municipales, incluyendo el sistema
judicial, el ejército, la marina y las policías de todo nivel. Además,
como han demostrado con mayor crudeza y fuerza la actuación de
autoridades durante los últimos años y, especialmente evidentes en los
últimos 12 meses, el contubernio entre autoridades, intereses
capitalistas (nacionales y trasnacionales, legales e ilegales) y
grupos delincuenciales de todo tipo se ha convertido en sistémica.
"Son lo mismo", se ha dicho en vox populi.

Por ello, con la masacre de Iguala y lo acontecido en los últimos 365
días desde el 26/27 de septiembre, hay un claro y decisivo antes y
después, que marca indeleblemente la historia reciente de México; pues
como se dijo, las repercusiones y los efectos en lo sociopolítico y en
lo ideológico-moral conectado con lo demostrado con las
movilizaciones, las protestas y la férrea persistencia de los
familiares y normalistas (sus aliados y solidarios) son lo
suficientemente contundentes para reconocer que no se trata de
cualquier tipo de acontecimiento o sólo de una raya más del tigre
narco-neoliberal, sino que, en sus profundidades y su contenidos se
trata de acontecimientos topes, límites a los que ha llegado la
necropolítica en su agravio al pueblo-nación, pues junto con Tlatlaya,
Apatzingán y Tanhuato, significan y anudan ese vuelco a la coyuntura y
a una naciente nueva ventana política y social.

Lo que cabe resaltar y que sigue vigente desde dichos acontecimientos
de hace 12 meses, es que reiniciaron una nueva oleada de protestas,
exigencias, movilizaciones, rebeldías y develaciones, que obligaron y
han obligado a todas las organizaciones, movimientos, fuerzas y
personas que participan en la política nacional (e inclusive mundial)
a definirse desde un posicionamiento, desde una actuación, desde una
decisión, o desde la indiferencia, la complicidad, la apatía o la
incredulidad. Y como hemos dicho se trata de un parteaguas o, como ha
dicho Adolfo Gilly [1] , de un rayo histórico del pasado reciente, que
relampaguea en el presente y que marca lo que viene de resistencia y
de antisistema masiva en el México de los próximos años. No sólo
porque la masacre de Iguala-Ayotzinapa fue un crimen del Estado
burgués mexicano, sino porque es un paradigma que condensa los
crímenes y la atrocidades, las violencias y las explotaciones del
régimen y del sistema capitalista mexicano y por tanto mundial.

Concepciones y caracterizaciones críticas de la economía política del
Estado mexicano burgués y la sociedad en la coyuntura o "fase actual"

El Estado mexicano burgués responde y se inserta a una lógica
capitalista mundial imperante, cumple un papel y se ajusta en esa
lógica de acumulación y reproducción de capital como formación
económico-social específica en la situación llamada "neoliberal".

a) El capitalismo planetario para resolver sus crisis profundamente
decadentes y degradadoras, utiliza mecanismos sumamente violentos y
destructivos para tratar de garantizar sus ganancias y detener sus
caídas, hace violentas y dañinas todas las fuerzas productivas
(tecnológicas, naturales y procreativas) y las relaciones humanas
actuales. La llamada acumulación por despojo o desposesión no es
novedosa de suyo, sólo es un redoblamiento de ella y se expresa más
dramáticamente en las geografías, naciones y comunidades más sometidas
por el imperialismo y más dependientes y vulnerables (precarizadas).
Así las formaciones socio-económico-culturales latinoamericanas forman
parte de esas naciones y regiones, algunas de ellas (Bolivia,
Venezuela, Ecuador, Cuba, Brasil, Paraguay y Argentina [2] ) han
puesto algunos diques y han resistido de la mejor manera que han
podido a estos avasallamientos y estas dinámicas de la economía
política del capitalismo mundial global (industriales,
bio-ciber-tecnológicas, financieras, de mercados, militares y de
espionajes, geopolíticas, geo-médicas, geoculturales, diplomáticas,
etc. [3] ).

México participa dominado por el imperialismo yanqui, es decir, como
Estado nacional fuertemente subordinado, por eso es que hay autores
que lo denominan como un semiestado, pues no muestra signos o
elementos mínimos de resistencia u oposición; así pues, no ha hecho
valer, su soberanía ni su nacionalismo con su "neoliberalización"
desde 1982. Por el contrario, se ha caracterizado por engendrar una
dictadura neoliberal o un neoliberalismo cínico y extremo, que ha
destruido la industria nacional y el mercado interno, ha mantenido una
ofensiva de sometimiento hacia los trabajadores, sus condiciones de
vida y sus conquistas, ha privatizado de manera extenuante, lo que ha
permitido toda clase de saqueos con sus políticas entreguistas,
narcopolíticas y necropolíticas. Ha utilizado todos sus aparatos de
poder, oficial y fáctico, para dominar y controlar las contradicciones
y oposiciones de su bloque de poder y las que hacen a la nación-pueblo
con el fin de permitir y dar viabilidad macro regional-nacional-local
a esas dinámicas del capitalismo imperialista mundial.

b) El debate teórico-político en torno a cómo caracterizar o
categorizar al Estado mexicano en la "fase" o coyuntura actual, Luis
Arizmendi (2014) lo denomina «capitalismo necropolítico» (y que según
este autor deriva de otras dos: "cínico" entre 1982 y 1988 y "criminal
o narcopolítico", entre 1988 y 2006), y, en general, el debate que se
abrió desde 1982 aproximadamente, ha sido en los últimos 30 años
amplio, controversial y hasta confuso, pues se han involucrado
posturas y enfoques tanto de derecha, centro-izquierda, izquierda y
ultraizquierda; en suma, todo el espectro político, y por cierto no
sólo nacional. Cabe aclarar que el meollo del debate ha sido responder
a la pregunta, del tipo de Estado que se constituyó y se impuso a
partir de la llegada de Miguel de la Madrid a la presidencia de la
República Mexicana; las respuestas también han llevado a referirse
necesariamente al tipo de régimen político, a las formas de gobernar y
de gobierno, a las políticas y procesos implementados y desplegados, a
sus basamentos económicos y a sus vínculos internacionales, etc.

Ejemplos al respecto: la discusión sobre el cambio de régimen, con el
fin de los gobiernos emanados de la posrevolución mexicana, la
inserción de un presidencialismo tecnocrático y ya no caudillista, la
ofensiva de las políticas neoliberales y la implementación de una
asistencia social de "baja intensidad" como pseudoremedio a la pobreza
y extrema pobreza. Asimismo, la llamada "transición democrática" con
la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) al Gobierno del Estado
mexicano que no fue más que una alternancia cosmética; también la
polémica sobre el "Estado fallido", "Estado faltante", el
"achicamiento del Estado" o el "Semiestado". Igualmente, el manejo del
concepto de «desvío de poder» para subrayar el incumplimiento
estructural de las funciones "clásicas" del Estado como "mediador"
entre las clases antagónicas y entre las clases y fracciones
dominantes y/o bloque dominante, lo que tiene que ver con otro debate
central: el del papel que cumple lo hegemónico, la ideología y los
consensos, los controles tecno-mediáticos, electorales, de cooptación,
corporativos y clientelares etc., sobre las masas y no sólo los
aspectos coercitivos y represivos, etcétera.

c) Los análisis de las diferentes dimensiones coadyuvantes y
concomitantes, de las manifestaciones estructurales del poder político
estatal y gubernamental, también son muy importantes en tanto que son
dialécticamente causas y efectos de la nueva época abierta con la
llamada «dictadura neoliberal». Destaca la cuestión de la violencia y
de las violencias en plural (Adame, 2013b), dimensión estructural
incorporada en todos los poros de la sociedad capitalista, tanto en
sus procesos de acumulación, como en todo los niveles de la
reproducción sociocultural (Adame, 2013b); y que en México, y otros
países latinoamericanos (como Colombia) se ha generalizado, atrozmente
comandada por las fuerzas capitalistas, estatales-gubernamentales,
paraestatales y semiclandestinas-clandestinas. Nos referimos
principalmente a las guerras de baja intensidad contra los rebeldes
y/u opositores (matanzas, desapariciones, encarcelamientos, etc.), al
terrorismo y al terror que causan intencionadamente, a la presencia de
militares y policías de los territorios del país, al uso de la
represiones masivas y selectivas, a la propia existencia organizada y
armada de las bandas de criminales, narcos, traficantes, golpeadores,
secuestradores, etcétera. Además de todas las expresiones y formas de
manifestarse en la vida cotidiana y en las relaciones intersubjetivas,
la violencia (violencia de género, violencia simbólica, acosos e
intimidaciones, etc.).

Aunada a la violencia como un reflejo matizado de ella, está la
corrupción, también estructural al sistema y particularmente al
Estado-nación mexicano en todos los niveles y venas de las
instituciones gubernamentales (robos, desvíos dinerarios, redes de
complicidades, ocultamientos, sobornos, compra y venta de servicios y
lealtades, lazos entre poderes institucionales y fácticos:
funcionarios, oficiales, traficantes, empresarios y comerciantes,
etc.), pero también extendida a otros espacios de la reproducción y de
las esferas socioculturales como áreas de trabajo, unidades
domésticas, espectáculos y diversiones/entretenimiento.

Otra esfera vinculada a las dos anteriores, lastimosa y temeraria a
nivel mundial y especialmente en México, es la de las desigualdades y
polarizaciones socioeconómicas: la pobreza, la desnutrición, las
enfermedades de todo tipo, el hambre y la falta de oportunidades de
satisfacción de las necesidades básicas y los deseos, lo que tiene por
consecuencia efectos nefastos para el 80-90% de la población en lo
económico-social, en lo biofísico y en lo psíquico, una total
deshumanización y carencia de realización de las personas.

d) Todo ello ha propiciado que las caracterizaciones críticas de la
coyuntura actual del capitalismo mexicano y sus aparatos de estado y
de gobierno, en relación a las situaciones sociales, tiendan a poner
el acento en esos aspectos arriba señalados, porque han sido
preponderantes, han actuado como áreas y factores dominantes y
agravantes de la crisis y las transformaciones degradantes, podridas y
vergonzantes y nocivas. No porque los factores de lo
"hegemónico-ideológico" no sean importantes y no funcionen, sino
porque aquellos ligados a la violencia y al control por miedo, se han
hecho cada vez más importantes para garantizar el estatus quo (nivel
social) del Estado nacional mexicano. La gente sigue votando por el
PRI, el INE sigue recibiendo altos presupuestos, la televisión, el
internet y los celulares van en aumento, los sindicatos y sus líderes
charros no se han exterminado, el consumismo neurótico no se detiene,
etcétera. ¡Claro!, entre lo hegemónico y el uso de fuerzas oficiales y
no oficiales del Estado existe una recursividad, ambos ejes se
alimentan unos a otros. La fase necropolítica del capitalismo extiende
lo tanático, las fosas clandestinas, la criminalización y la
militarización que respalda las políticas capitalistas, oligárquicas y
fórbicas, tanto de los Forbes internacionales como de los Forbes
nacionales amalgamados y dispuestos a operar, en conjunto con
violencias gubernamentales y violencias no gubernamentales (llevadas a
cabo por otros agentes), las acumulaciones por despojos, saqueos,
rapiñas, extractivismo y neoextractivismo.

En México se han volcado en contra de los salarios, el fondo de
consumo de las masas, las resistencias, los movimientos
antisistémicos, antagónicos, anticapitalistas y antineoliberales,
contra las comunidades y sus formas de autodefensa, contra las propias
condiciones de trabajo de sectores proletarios que habían sido ganadas
en el anterior periodo del estado keynesiano (trabajadores de la
educación, del sector salud, de la cultura, de la investigación y la
ciencia, etc.), las privatizaciones llamadas "reformas estructurales"
se imponen a capa y espada, entregando con ellos los recursos de la
nación-pueblo a la iniciativa privada internacional y nacional
(petróleo, minerales, semillas, biodiversidad, patrimonio, etcétera)

Este es el punto clave, así es como se está manifestando tanto la
subordinación formal y real del proletariado bajo el capitalismo
mundial-nacional (Veraza, 2011), como la lucha de clases en México,
donde la burguesía mexicana amalgamada con la global, domina por los
métodos y formas señaladas. El Estado mexicano, sus aparatos, bloques,
mecanismos de operación y funcionamiento cumplen esos roles, porque
sus partidos, instancias y agentes han hecho su labor no como Estado
"fallido" (¿fallido para quién?) sino como Estado burgués debilitado a
nivel internacional y formal, dócil con el imperialismo pero poderoso
y exitoso a nivel interno en sus labores de contención, dominio y
represión (uso de la fuerza el Estado y de los poderes fácticos);
facilitador, pues, de la acumulación y de mercado mundial. También
porque no ha habido suficiente oposición y resistencia desde la
burguesía nacionalista, sus organizaciones y sus personajes, ni desde
las izquierdas socialistas, anarquistas, revolucionarias o
anticapitalistas, para hacerle contrapeso y tratar de detener sus
dictados apabullantes y ominosos contra la inmensa mayoría de los
mexicanos. Sólo focos de resistencia, algunos importantes (como los
neo zapatistas, los municipios o pueblos con democracia autonómica,
las autodefensas y policías comunitarias, las organizaciones
regionales o nacionales como asambleas, Frentes, partidos,
movimientos, etc. Adame, 2013), relativamente apoyados, aislados, más
o menos articulados o desarticulados, pero insuficientes para detener
y tratar de impedir de forma coordinada y cohesionada el embate de las
fuerzas capitalistas y estatistas.

Así tenemos categorizaciones y terminologías que se cruzan y se
emparentan tratando de captar esas modalidades en que se presenta El
Estado-gobierno, las dinámicas económicas y sociopolíticas, las
coyunturas y especialmente la develada por los criminales sucesos de
Iguala-Ayotzinapa. Se habla de Estado cínico, de Estado mafioso, de
Estado forbesiano, de Estado necropolítico, de Estado totalitario, de
Estado protofascista o terrorista, de Estado militarizado; se habla de
narco Estado, de sicariato, Estado de militarización, de
criminalización, de degradación y podredumbre de las instituciones y
políticas de Estado-gobierno (presidencia, secretarías, INE y
elecciones, tribunales y jueces, ejército, marina, policías, partidos,
cámaras, organizaciones empresariales, oligopolios de los medios de
comunicación, etcétera, etcétera).

Recuento: A manera de conclusión

La noche/madrugada del 26/27 de septiembre de 2014 fue, en efecto, un
relámpago/rayo fulgurante de sangre y represión, pero también de
descubrimiento, donde como ha dicho Kosik, la esencia se mostró en las
superficies y escenarios ominosos y nefastos; no se trató de una
esencia positiva sino de claroscuros. En los meses siguientes (Adame,
2015), efectivamente, se mostró lo siguiente:

a) La gravísima situación económico-político-social de una
nación-pueblo muy lastimada.

b) Las amalgamas de la criminalización, de degradación y de
podredrumbre antes señaladas. Pero también:

c) Las posibilidades para resarcir agravios y las dignidades de la
nación mexicana de la lucha de los agrupados y por aglutinar en «Todos
somos Ayotzinapa»; es decir, la fundamental importancia de enlazar e
impulsar las luchas, movilizaciones y movimientos antisistémicos y
antagonistas mexicanos (y potencialmente internacionales) en el
contexto de una nueva fase o ventana de la lucha de clases en México
(y su influjo para Latinoamérica y otras latitudes).

Para lograr detener y posteriormente revertir la furia capitalista,
violenta, tanática y oponerle la furia orgánicamente unificada de los
despojados y violentados en vistas a reconstruir la nación-pueblo, sus
tejidos, recursos, organizaciones, poderes e implantar una nueva
gobernabilidad, un nuevo gobierno nacional (y no sólo gobiernos
locales o municipales), mayoritariamente proletario-popular. Para
lograr tal reconstrucción, necesitamos de manera prioritaria, decidida
e inteligente, unir sólidamente las confluencias y articulaciones de
todos los rostros (sintetizados en esos 43 en los que íntimamente nos
reflejamos), de todos los focos, de todas las resistencias, de todas
las luchas y oposiciones, contra este Estado antinacionalista y
narco/necropolítico. Estado-gobierno facilitador e impulsor de la
acumulación y del mercado mundial capitalista imperialista y su
terribles expresiones globalizadoras y nacionales expoliadoras,
narcomafiosas y terroristas.

Sí no lo hacemos así (la urgente necesidad organizada de las
convergencias y unidades antineoliberales) y dejamos pasar esta
coyuntura, manteniendo las trincheras relativamente aisladas o
desarticuladas, perderemos una de las oportunidades más valiosas que
nos da la historia del presente: la lucha de «Todos somos Ayotzinapa»
que concentra todas esas luchas y todas nuestras potencialidades como
nación, pueblo proletario que construye su emancipación como gran
fuerza productiva de una nueva historia.

Bibliografía

ADAME CERÓN, Miguel Ángel. 2013. Movimientos sociales, políticos,
culturales y populares. La disputa por la democracia y el poder en
México (1982-2013) , Editorial Ítaca, México, 2013.

2013b. Violencias, bullying y juegos de la muerte, Editorial Navarra,
México, D. F.

2014. Ébola y la mundialización epidémica, ecocrisis, geopolítica y
medicina dominante, Editorial Navarra, México.

2015. (Editor y compilador). Iguala-Ayotzinapa y el nuevo despertar
antisistémico.

ARIZMENDI ROSALES, Luis. 2014. "Capitalismo necropolítico y
Ayotzinapa", en Rebelión, 28 de noviembre

ALMEYRA, Guillermo. 2015. "La tozudez de los hechos y la ceguera
suicida", en La Jornada, 30 de agosto de 2015, p. 16.

GILLY, Adolfo. 2015. Ayotzinapa, el rayo que no cesa",
http://www.jornada.unam.mx/2015/04/27/opinion/005a1pol

VERAZA, Jorge (2011). Subsunción real del planeta bajo el capital,
Editorial Itaca, México, D. F.


Notas

[1] "Este pueblo no olvida ni olvidará el crimen de Ayotzinapa, así
pasen días, años, vivan seguros de ello los jefes de este Estado. En
el alma y la vida del pueblo mexicano esta tragedia seguirá presente,
irreductible, dolorosa y viva." Véase Adolfo Gilly: "Ayotzinapa, el
rayo que no cesa",
http://www.jornada.unam.mx/2015/04/27/opinion/005a1pol

[2] Con gobiernos "progresistas" o "populistas", a los cuales
–desgraciadamente– al parecer se les está acabando su ciclo de
vigencia, pues las condiciones geoeconómicas y geopolíticas que impone
el capitalismo imperialista (por ejemplo: están haciendo mella a sus
políticas reguladoras e intervencionistas) los está ahogando,
semejante a lo que pasó con la URSS y el bloque llamado "soviético".
Véase Almeyra (2015: 16). Sin embargo, esta tendencia hacia al
"ahorcamiento" de las economías políticas de dichos gobiernos, que va
acompañada con toda una parafernalia imperialista que incluye
cuestiones propagandísticas, ideológicas, diplomáticas e
intervencionistas, está abierta, pues depende de condiciones y
circunstancias tanto objetivas como subjetivas.

[3] Véase Adame, 2014.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203782

Ese gobierno de Peña “tiene la sangre helada; su mirada lo dice todo”

Ese gobierno de Peña "tiene la sangre helada; su mirada lo dice todo"
¡Seguiremos luchando!
Pedro Echeverría V.
Rebelión
1. Ayer se reunió el presidente Peña Nieto y su numeroso aparato de
Seguridad con los padres de los 43 estudiantes de la Normal de
Ayotzinapa secuestrados y desaparecidos por el gobierno hace
exactamente un año. Para quienes tenemos décadas de conocer "diálogos"
de gobierno con trabajadores hemos dicho siempre que éstos son una
farsa porque nunca el gobierno dialoga sino impone sus caprichos y así
siempre ha sido: el más fuerte de los dialogantes se impone amenazando
y poniéndole "un arma" en la cabeza del débil. Si los padres tuvieran
en este momento a 100 mil personas en el Zócalo y el 26 pudiéramos
lograr que un millón marchen y bloquen todas las instituciones, el
gobierno se arrodillaría a pedir diálogo para conceder el pliego
petitorio.

2. El resultado: el presidente Enrique Peña Nieto rechazó las ocho
peticiones que llevaron los padres de las víctimas de la Noche de
Iguala al encuentro que sostuvieron a mediodía y volvió a generar una
reacción de profunda decepción y enojo entre ellos. Horas más tarde,
ante la prensa, cobijados de los ciudadanos que los acompañan en su
ayuno de 43 horas en el Zócalo, frente a la Catedral Metropolitana,
madres y padres de los 43 muchachos desaparecidos tuvieron palabras
durísimas para referirse al mandatario. "Esa gente —dijo Carmen
Mendoza, madre del normalista desaparecido Jorge Aníbal Cruz— tiene la
sangre helada. Su mirada lo dice todo". Del encuentro con Peña Nieto y
su gabinete "salimos con mucho coraje, la verdad. No obtuvimos nada".

3. Pero el gobierno sabe que después de la huelga de hambre de 43
horas y la manifestación del 26 en el DF y en algunos estados, todo
regresará a la normalidad. Por ello campantemente Peña Nieto
–seguramente con alguna comitiva- se irá con absoluta confianza a
Nueva York y a la ONU para pronunciar un discurso diciendo que "en
México hay libertad, democracia y justicia social". Y la realidad es
que en México es vergonzante el actuar de la amplia izquierda que se
ha acomodado en los partidos políticos o que está dedicada a
acomodarse dentro del sistema. Esto de los diálogos siempre han sido
un vacilada y hay mil ejemplos de ello. Se piensa algunas veces que
sirven para evitar la represión a los trabajadores: sin embargo,
cuando el gobierno decide reprimir sólo el gran movimiento en las
calles lo puede frenar.

4. En sus demandas, los padres de familia también pidieron que se
investigue la responsabilidad en los hechos del 26 de septiembre en
Iguala al ex gobernador de Guerrero Ángel Aguirre; a su ex procurador
Iñaky Blanco, el ex procurador federal Murillo Karam, del actual
titular de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, y de la
responsible de servicios periciales Sara Mónica Medina. De esas
peticiones, ni el presidente Peña ni la procuradora Arely Gómez ni el
secretario de Gobernación, Osorio Chong respondieron una palabra.
¿Esperaban acaso los padres que alguien les haga caso si ha
transcurrido un año sin que nada concreto hayan respondido? La
realidad es que lo único que sigue es que los padres de los
estudiantes –con el prestigio que han logrado- ayuden a unificar a los
luchadores sociales.

5. La reunión presidida hoy por Peña Nieto para "escuchar a los
padres" demuestra una vez más que hay que pensar y crear otras
estrategias de lucha contra un gobierno –que a pesar del desplome
económico de México- se siente fuerte porque mantiene un control total
de los empresarios y de los medios de información y que en política
sigue dominando a la derecha panista y a la llamada izquierda
perredista. ¿O alguien cree que los "discursos combativos" de los
pobres legisladores como Layda, Encinas, Bartlett, (como antes Noroña)
que se enojan pero siempre son derrotados, sirven de algo? La realidad
es que esa "oposición" entre diputados y senadores sólo se han
convertido en motivo de risa y burla de priístas que terminan ganando
el 100 por ciento de los acuerdo aliándose con unos y otros.

6. Si los luchadores sociales y la gente de la ciudad de México y sus
alrededores no llenan el Zócalo y la marcha del sábado 26 no es de un
millón de gentes, es porque la situación de la lucha social está
sumamente grave. Es la oportunidad para que López Obrador apoye con
por lo menos 100 mil personas, estudiantes de la UNAM, Poli, UACM,
UAM, bachilleres, la CNTE con otros 50 mil, el zapatismo, los
electricistas, telefonistas, del IMSS, mineros, campesinos, PT,
maoístas, trotskistas, anarquistas. Los tres días anteriores al sábado
deberán o debieron servir para organizar. La realidad es que la lucha
de los padres por sus hijos, servirá para medir la conciencia de los
mexicanos, tanto para los honestos de la izquierda radical como
también para el mismo gobierno opresor y asesino.


Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com