lunes, 6 de abril de 2009

La tierra es sagrada y si la tierra es sagrada



La
tierra es sagrada y si la tierra es sagrada, sagrados son también
los que la defienden” Eduardo Galeano.



Recibido entre
aplausos y consignas de ¡Zapata Vive! ¡La lucha sigue!,
¡Ni perdón ni olvido castigo a los asesinos!, “Viva
la lucha de Atenco, de Oaxaca, del pueblo mexicano, viva la lucha...



Daniel
Arellano Chávez
 |
Para Kaos en la Red | 6-4-2009 | 294 lecturas



www.kaosenlared.net/noticia/tierra-sagrada-si-tierra-sagrada-sagrados-son-tambien-defienden-eduard



      



Eduardo
Galeano portando un paliacate de Atenco en su encuentro en la UNAM



Eduardo
Galeano realizó un encuentro con sus lectores este jueves 2 de
abril en la Sala Nezahualcoyotl, ubicada en la Ciudad Universitaria
de la Universidad Nacional Autónoma de México donde se
dieron cita desde las 2 de la tarde (aunque el evento estaba
convocado  a las 6 pm), miles de personas para un intercambio en
torno a la obra del escritor uruguayo, en su interior la Sala estaba
abarrotada y a las afueras no había cabida para más
personas.



Recibido entre
aplausos y consignas de ¡Zapata Vive! ¡La lucha sigue!,
¡Ni perdón ni olvido castigo a los asesinos!, “Viva
la lucha de Atenco, de Oaxaca, del pueblo mexicano, viva la lucha del
pueblo latinoamericano”, al inicio de la presentación se
menciono al rector José Narro quien se encontraba entre el
auditorio, al mencionarse su nombre la Sala trono en abucheos y
chiflidos en repudio a su presencia, (no olvidar que José
Narro formo parte del aparato represivo que rompió
violentamente con la Huelga que defendió la gratuidad de la
educación en 1999- 2000).



Muchas
gracias muchas gracias a todos los que han venido y les agradezco
mucho no se, les agradezco todo este cariñoso fervor,  
me hace sentir no se, como aquella viuda que acompaño al
hijito al sepelio del papa y que al escuchar los discursos le dijo al
nene vámonos que nos equivocamos de muerto, pero bueno son
cosas de la vida y no de la muerte y quiero empezar por corregir una
errata de la charla que di anoche en Bellas Artes porque me equivoque
de reina cuando hable, estaba equivocando, algunas hazañas del
imperio británico, hablando de la guerra del opio contra China
dije injustamente calumnie a la Reina Isabel, diciendo que era una
reina narcotraficante y no hay ninguna prueba de que lo sea, pero en
cambio la reina Victoria si fue narcotraficante, (risas entre el
publico) y por eso ello desencadeno una guerra de muchos años
y de muchos muertos para imponer en China el consumo del Opio, que
Inglaterra vendía, que arrancaba de su colonia Indu, de la
India. Bueno hecha esta aclaración para que nadie vaya a creer
que es pecadora la reina Isabel, además no tiene para nada
aspecto pecador, y voy a repetir la dedicatoria de anoche, quiero
dedicar también este encuentro de hoy como dedique el de
anoche, en primer lugar al Zapatista de Irak ósea el que
arrojo los zapatos a Bush, (Aplausos para Muntadar
al-Zaidi,
vale decir que el periodista iraquí que le arrojó
sus zapatos al ex presidente de Estados Unidos, al asesino George W.
Bush, fue condenado a tres años de prisión.) ese
zapatista de Irak, ese gesto, gesto de imaginación y de
coraje, encarno la dignidad de su pueblo humillado, y quiero
dedicarlo también a mis amigos, Manu Chao, Adolfo Gilly y a
todos los que defienden, la justa causa de los Presos de Atenco
porque al fin y al cabo creo que la tradición más
entrañable que es también la más antigua y la
más honda de México, es la tradición que nos
enseña que la tierra es sagrada y si la tierra es sagrada,
sagrados son también los que la defienden”



 



Y ahora
vamos a pasar a conversar, ósea yo voy  a leer unos
cuanto relatos que tienen que ver con el oficio del cuenta cuentos y
después que eso soy que eso siento que soy yo un cuenta
cuentos y después vamos a pasar al dialogo con ustedes,
durante unos 40 minutos, media hora, cuarenta minutos, este la verdad
que me gustaría quedarme bastante más, conversando con
ustedes, pero no puedo porque no soy un Tarzán de la cultura,
y en estos días he tenido, un trajín terrible de
entrevistas y compromisos diversos en los pocos días que llevo
acá en el DF, pero bueno espero que entre la lectura de los
relatos, y la conversación ninguno vaya a quedar del todo
defraudado, como se dijo al principio lo que no puedo hacer es
quedarme a firmar eso se va a hacer mañana en la editorial de
4 a 7”.



Voy a
empezar por rendir homenaje a la mama de los cuenta cuentos, que
vivía y justo parece que coincidencia, en el mismo país
donde nació el zapatista de Irak y en la misma ciudad donde
ocurrió ese episodio formidable, que es Bagdad y ella también
vivía allá, es de profesión diferente   el
zapatista es periodista y ella era princesa, se llamaba Sherezade, y
vivió Sus Mil y una noche en un Palacio de Bagdad hace mil
años cuando Bagdad era la capital del mundo, una ciudad de
bañas y jardines donde se cruzaban los caminos de las palabras
y de las cosas. Prisionera del rey, Sherezade le ofrecía al
rey un cuento, a cambio de cada nuevo día de vida  por
vengarse de una que lo había traicionado, el rey las degollaba
a todas, no era muy feminista el rey que digamos, tenia un carácter
de mierda como quien dice, porque por una que lo había
traicionado, después no había quien se salvara, en el
crepúsculo se casaba y al amanecer enviudaba, y una tras otra
las vírgenes perdían al mismo tiempo la virginidad y un
poco después la cabeza, Sherezade fue la única que
sobrevivió a la primera noche, y contando cuentos sobrevivió
durante mil y una noches. Esas historias por ella leídas o
escuchadas o imaginadas  la salvaban de la decapitación,
las decía en voz baja en la penumbra del dormitorio, sin más
luz que la luna. Y diciéndolas sentía placer y lo daba.
Pero tenía mucho cuidado porque a veces en pleno relato sentía
que el rey le estaba estudiando el pescuezo. Si el rey se aburría
estaba perdida. Del miedo de morir nació la maestría
de narrar, nació ahí en Bagdad y ahí nació
también el primer mandamiento de la gente del oficio, que
espero no traicionar esta noche y que ordena o dice prohibido
aburrir,
 mas de uno tendría que tenerlo mas encuentra
cuando se apodera del micrófono”.



  Un
encuentro plagado de cuentos ajenos y propios de experiencia y
anécdotas por parte de Galeano que tras leer varios relatos,
dio fin a esa etapa de su intervención, para iniciar con las
preguntas del auditorio, momento en que la Sala volvió a
retumbar acompañada por gritos también en el exterior
que expresaban la digna rabia de quienes exigen la Libertad de los
Presos Políticos de nuestro país en especial de los
compañeros de Atenco, en ese instante Lucia Moret entregó
una carta a Eduardo Galeano para después ser abrazado por la
compañera de vida de Ignacio del Valle, la compañera
María Antonia Trinidad Ramírez, que entregó un
paliacate a Galeano quien se lo coloco alrededor del cuello para
después acotar, “me gustaría conversar con
ustedes también, además de compartir, además
de compartir las esperanzas que tan lindamente suenan en estas voces
que me alientan a seguir y que no hacen más que confirmar que
no resulto para nada errada la dedicatoria del encuentro de esta
noche
. Pero me gustaría que conversáramos un rato
además”.



Una
sola vez en mi vida tuve un sueño que resultó este
digamos como un sueño útil y hasta contable, y es que
soñé cuando todavía yo estaba con esta vaga idea
de que, podía haber dentro de mi un libro que iba a llamarse
Espejos y que iba a contar de alguna manera a través de 600
relatos breves, nada menos que la historia universal, soñé
que subía a un taxi y que le decía al taxista y ahora
lléveme a fines del Siglo XVIII…”



El
taxista atravesaba los mares y los cielos con una velocidad
impresionante y las fronteras del tiempo también de un siglo
al otro…”, fue el único sueño presentable
que soñé en toda mi vida pero de ahí salio el
libro que escribí, sino hubiera sido por ese sueño
jamás hubiera tenido el coraje de cometer semejante locura”.



Acerca de la
Independencia, a un año de los festejos oficiales, y del
retumbar de los tambores que en el imaginario colectivo hacen sonar
hoy día un nuevo llamado a la lucha, Eduardo Galeano dijo:  
“opino que la Independencia es todavía una tarea por
hacer ósea todavía estamos…(aplausos) todavía
no somos de veras independientes, estamos muy atados a diversas
cadenas la mayoría invisibles, y muy presos de jaulas
diferentes que no solo tienen que ver con la economía, pues
claro que si que también tienen que ver con la economía,
este sino también con la cultura con todo…”, “yo
creo que la independencia es todavía una tarea por hacer,
porque el día que seamos de veras independientes, estaremos
muy orgullosos de ser lo que somos, y no tendremos vergüenza de
mirarnos al espejo”.



Entre los
muchos cuentos leídos por Eduardo Galeano, uno de los que
hermosamente tocaron al corazón de los asistentes, fue aquel
en que Alfonso Quijano y Ernesto Guevara se encuentran en el mismo
relato:



Metido
en su armadura de latón, montado en su rocín
hambriento, Don Quijote de la Mancha parecía destinado al
perpetuo ridículo, este loquito, se creía personaje de
novela de caballería, y creía que las novelas de
caballería eran libros de historia. Pero los lectores que
desde hace siglos nos reímos de él nos reímos
con él. La escoba es un caballo para el niño que juega,
mientras el juego dura, y mientras dura la lectura compartimos las
estrafalarias aventuras y desventuras de Don Quijote y las hacemos
nuestras, tan nuestras las hacemos que convertimos en héroe al
antihéroe, y hasta le atribuimos lo que no es suyo, “ladran
Sancho, señal que cabalgamos”, es la frase que los
políticos citan con mas frecuencia, y Don Quijote jamás
la dijo”.



El caballero
de la triste figura llevaba más de tres siglos y medio de mal
andanzas por los caminos del mundo, cuando el Che Guevara escribió
la última carta a sus padres, para decir adiós no
eligió una cita de Marx, escribió “otra
vez siento bajo mis talones, el costillar de Rocinante y vuelvo al
camino con mi adarga al brazo”
. Las últimas
palabras del cuento que evocan la visita realizada también por
el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en 2001 a Ciudad
Universitaria, ese día al pie de los Comandantes e integrantes
del EZLN había una manta que decía “Aquí
navegan los sueños”,
 Eduardo Galeano con la voz
entrecortada tal vez por el cansancio o por el recuerdo del hombre
que conoció hace décadas, concluyó   el
relato: “Navega el navegante, aunque sepa que jamás
tocará las estrellas que lo guían”
.



 



 



Daniel
Arellano Chávez en Kaos en la Red