jueves, 30 de julio de 2009

La Jornada: 50 años de la consagració...


La Jornada: 50 años de la consagración episcopal de Samuel Ruiz


de www.jornada.unam.mx


Carlos Martínez García







Llegó a Chiapas para convertir a los indios y los indios lo convirtieron a él. Hace 50 años Samuel Ruiz García fue consagrado obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Se mantuvo en el cargo por cuatro décadas, y en el transcurso de ese tiempo el clérigo tiene transformaciones personales, teológicas, eclesiológicas y políticas.







La realidad de marginación social, económica, política y eclesiástica (católica) de los pueblos indios chiapanecos hace que el obispo Ruiz paulatinamente vaya reformulando su óptica, de tal manera que transita del paternalismo al acompañamiento pastoral de los sujetos de la misión, tal como es concebida la misma en términos del catolicismo que a principios de los años 60 del siglo pasado tiene mutaciones importantes. Porque junto con la ominosa realidad de opresión padecida por los indígenas, que le toca palpar directamente, Ruiz García es impactado por el espíritu del Concilio Vaticano II (1962-1965), y es un decidido impulsor en Chiapas de la apertura al mundo impulsada por la cumbre eclesiástica.







Otro elemento en la reconfiguración del obispado de Samuel Ruiz, de uno verticalista tradicional hacia otro más encarnado en las necesidades de los indígenas, es que le corresponde comprobar los resultados de la presencia de una vertiente misionera protestante en los territorios de la vasta diócesis que le toca presidir. En 1960, por ejemplo, la misionera evangélica Marianna Slocum ya estaba por cumplir dos décadas de trabajo entre los tzeltales. Entonces el obispo Samuel Ruiz tenía una concepción muy esquemática y conspirativa del protestantismo. La opinión peyorativa la registra Fernando Benítez en la gran obra de su autoría, Los indios de México, pero como sea los resultados comprobables de la expansión protestante conducen al obispo a examinar más de cerca esa experiencia y sus recovecos.







En la pastoral de Ruiz García influye la eclesiología protestante, ya que ésta demostraba que la cercanía con las comunidades indias y el involucramiento de sus líderes en la dirección del trabajo tenía resultados sorprendentes en el fortalecimiento de la confesión religiosa. Don Samuel comienza a impulsar un enfoque misionero distinto al tradicional, en lugar de esperar a que los indígenas vayan a los centros católicos para ser ministrados, el obispo y el equipo que va conformando son los que van y se interiorizan en la cotidianidad de esos pueblos.







El contacto día a día con el mundo y las concepciones religiosas de los indios e indias hacen mella en la conciencia del obispo. En el proceso tiene su parte un movimiento que confluye en la segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (1968, en Medellín, Colombia), donde Samuel Ruiz vigoriza la pastoral comprometida e incorpora a la misma principios de la naciente teología de la liberación. El obispo fortalece su entendimiento, y práctica, de que es imprescindible un trabajo eclesiástico que se caracterice por servir a las necesidades espirituales y materiales de las poblaciones mayoritariamente indígenas. La suya será, a partir de entonces, una misión integral y en la cual se quedan atrás las ideas espiritualistas que hacían caso omiso de la castigante pobreza de los indios.







Los críticos del prolongado obispado de Samuel Ruiz reiteradamente citaban las cifras adversas de la diócesis de San Cristóbal de las Casas respecto del cambio religioso. Acusaban al personaje de que como resultado de su trabajo, más político que eclesiástico, las zonas indígenas se caracterizaban por el acelerado crecimiento del protestantismo y/o la descatolización de esas regiones. Lo cierto es que en la expansión de la fe evangélica entre los indígenas coincidieron múltiples factores, por lo cual es un reduccionismo señalar a una sola condición o personaje como plenamente responsable de la pluralización religiosa.







En los 40 años del obispado de Samuel Ruiz García la Iglesia católica fortaleció su presencia en los pueblos indios, una presencia antes simbólica y en la que había ausencia pastoral y educativa de la institución. El masivo movimiento catequístico promovido por Ruiz García, que puso en manos de los indígenas las tareas eclesiásticas, transforma el rostro del catolicismo y lo revigoriza por uno en el que los antes marginados son actores imprescindibles y sujetos de una misión de la que se apropian.







Durante el año anterior al levantamiento zapatista del primero de enero de 1994 arreciaron los ataques, por parte del conservadurismo eclesiástico católico, hacia Samuel Ruiz. Una vez iniciada la aparición pública del EZLN sobraron quienes señalaron al obispo sancristobalense como el principal instigador de las acciones del Ejército Zapatista. Tal señalamiento fue una exageración, carente de sustento y racista para con los indígenas, ya que los presentaba como si fuesen personas manipulables y dependientes de lo señalado por un clérigo todopoderoso.







Tiene toda la razón el obispo Samuel Ruiz al señalar, en estos días que se ha cumplido el cincuentenario de su consagración obispal, que la nación mexicana sigue en deuda con los indígenas, y que para saldarla se hace necesario un cambio radical en el sistema político y económico causante de la marginación de los pueblos indios.


viernes, 17 de julio de 2009

corrupcion guarderias

Vean la podredumbre de las guarderías del IMSS


 

 

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por Leon el 17/07/09


¿Cuánto por una guardería del IMSS?
Lunes, 13 de Julio de 2009 13:35
Por: Sanjuana Martínez / CIMAC Noticias

La red de corrupción y tráfico de influencias que ha operado durante años en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para la adjudicación de guarderías subrogadas debería terminar con la renuncia del señor Daniel Karam.

Pero como vivimos en el país del “no pasa nada”, difícilmente este funcionario que ha faltado a la verdad y ha formado parte de la operación para dilatar, maquillar, rasurar y cambiar la lista de las más de mil 500 guarderías, decidirá por motivos éticos y morales abandonar su puesto. No tiene la altura.

El señor Karam prefirió esperar a que pasaran las elecciones del 5 de julio para no perjudicar particularmente al PAN y al PRI, partidos que mayoritariamente han utilizado sus influencias para que sus gobernadores, alcaldes, funcionarios, o empresarios y sus respectivos familiares, obtuvieran las guarderías como botín de la corrupción más indignante.

El funcionariado mexicano tradicionalmente ha utilizado el poder para enriquecerse. Ya no importa el partido al que pertenezcan. La mayoría sueña con llegar a sus puestos para hacer acopio de riqueza a través de las más diversas formas: robando descaradamente del erario público, traficando con influencias e información para hacer negocios o cobrando comisiones por adjudicar contratos del Estado. Lo hemos visto durante 70 años con el PRI y desde el mismo Vicente Fox y su honorable esposa Martha Sahagún, con el PAN que salió igual o peor que el anterior partido en el poder. No me extraña que los electores prefieran volver al esquema anterior.

La corrupción en el Estado ha sido y es imparable. Nadie hace nada para detenerla. Los controles internos no funcionan, la complicidad es abrumadora, la procuración de justicia es blandengue a la hora de juzgar y detener a los funcionarios prevaricadores y la honestidad en el manejo de los recursos públicos es un sueño inalcanzable.

Pero lucrar con los niños no tiene nombre, o mejor dicho, si lo tiene: familiares de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Margarita Zavala de Calderón, Carlos Medina Plasencia, Juan Carlos Murillo, Luis Donaldo Colosio, Fernando Moreno Peña, José Antonio González Kuri, Eduardo Bours, Miguel Ángel Osorio Chong, Genaro Borrego Estrada, José Reyes Baeza, Dulce María Sauri, Emilio Gamboa Patrón, Milton Castellanos, Nilda Patricia Velasco de Zedillo, José Luis Parra Rubio, Alfonso Elías Serrano, el perredista Nicolás Castañeda y Manuel Ibarra Santos del gobierno de Amalia García… y muchos, muchos más.

El Instituto Mexicano del Seguro Social ha funcionado como una auténtica máquina de corrupción. ¿Por qué las licitaciones no han sido públicas a la hora de subrogar guarderías? Porque con el clientelismo y la adjudicación a dedo los directores del IMSS también han recibido su parte del pastel multimillonario. Todos se llevan una tajada.

Y para muestra solo un ejemplo: la subrogación que el IMSS hizo de una guardería al capo del cártel de Sinaloa, Ismael El Mayo Zambada. Una de las dueñas de “El Niño Feliz” es María Teresa Zambada Niebla, hija y operadora para lavar dinero del cártel de su padre, según información del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. El IMSS le paga 5 millones 640 mil pesos anuales.

La lista entregada por Karam está rasurada, según han denunciado legisladores de ambos partidos mayoritarios, incluso tiene prestanombres y titulares fantasma para desviar la atención de la opinión pública y proteger los nombres de altos funcionarios de las recientes y actuales administraciones gubernamentales.

Pero esa lista apócrifa en parte, es suficiente para advertir la verdadera inmundicia que esconde el IMSS en torno al cuidado y la protección de la infancia. Por eso contrasta la desvergüenza y altanería de Daniel Karam a la hora de defender un sistema podrido.

El funcionario sostiene que no hay nada ilegal en subrogar guarderías a la parentela de políticos, funcionarios, empresarios y narcos de apellido ilustre. Lo secunda el secretario de salud José Ángel Córdova, cuya incompetencia quedo demostrada en la crisis de la fiebre porcina. Ambos consideran que no importa quienes sean los dueños de las guarderías siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos.

Lo que no dicen es que entre los requisitos del IMSS estaba el ser pariente de políticos, funcionarios, empresarios o narcos. Por el contrario, se ha demostrado que esos dueños no cumplieron con los requisitos precisamente porque son personas con palancas. Es una pescadilla que se muerde la cola.

Tanto Karam como Córdova, ambos en la cuerda floja desde hace rato, justifican la corrupción con sus declaraciones. Adjudicar a dedo utilizando el dinero del erario público es delito. Lo dice la ley.

La subrogación a modo promueve la ineficiencia, provoca el quebranto del Estado de Derecho, arriesga la vida de las y los niños y coloca el sistema de asistencia social en una cloaca maloliente.

¿Cuánto por una guardería del IMSS? Recuerde, ciudadana, ciudadano común, que entre los requisitos se incluye el apellido. Las influencias. Los chanchullos. Y las transas que esté dispuesto a hacer, en nombre del bien de la niñez.



 

 

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