Por Julio Israel Sánchez Durán
Alevosa, cobarde y a quema ropa fue la forma en que el caudillo del
sur fue asesinado el 10 de abril de 1919, por el coronel Jesús
Guajardo, quien fuera comisionado, por órdenes del general carrancista
Pablo González, para tan ruin misión.
Jesús Guajardo fingió estar de acuerdo con los ideales de Zapata para
poder ganarse su confianza y poder acercarse a él. Incluso, con el
consentimiento del presidente Carranza, hubo varias muertes de
soldados de las mismas fuerzas carrancistas para, así, hacerle creer a
Zapata la falsa lealtad de Guajardo hacia él. El general Zapata, de
alguna forma creyó en el coronel Guajardo y le concedió una
entrevista.
El punto de reunión fue en el poblado de Chinameca, en el Estado de
Morelos, en ese lugar, se había preparado una supuesta gran bienvenida
para el caudillo del sur, el cual se hizo acompañar por tan solo 100
hombres, contra más de 500 soldados que Guajardo mantenía en el sitio.
Tres notas salieron del clarín en la llamada de honor, pero al
terminar la última, los soldados que en ese momento presentaban sus
armas, descargaron dos veces sus fusiles sobre el general Emiliano
Zapata.
"La tierra es de quien la trabaja", "Prefiero morir de pie que vivir
de rodillas", son dos frases célebres que Emiliano Zapata Salazar
pronunció en su lucha a favor del pueblo. Su muerte fue indignante
pero su leyenda y sus ideales continuarán vivos por siempre.
