lunes, 19 de enero de 2015

¿Ya a olvidarlos?...Ciclo de 12 conferencias sobre Ayotzinapa

¿Ya a olvidarlos?...Ciclo de 12 conferencias sobre Ayotzinapa
Asunto: Ciclo de 12 conferencias sobre Ayotzinapa
Ciclo de 12 conferencias sobre Ayotzinapa

Horizontal invita al ciclo Después de Ayotzinapa: conversaciones para
repensar México. Son 12 conferencias en las que todos los miércoles
–del 14 de enero al 22 de abril– dos ponentes discutirán entre ellos y
con el público, un aspecto clave de la realidad mexicana, y plantearán
propuestas para transformarla radicalmente. Este miércoles 14 de enero
expondrán Francisco Goldman y Julene Iriarte. Torre Latinoamericana,
piso 28, Centro Histórico, de 20 a 21 horas. Entrada gratuita.


Hasta la victoria siempre. ¡Patria o muerte! ¡Venceremos!

domingo, 11 de enero de 2015

El gobierno francés co-responsable de la masacre de "Charlie Hebdo"

El gobierno francés co-responsable de la masacre de "Charlie Hebdo"

por Carlos Aznárez

Francia está convulsionada, surcada por la confusión e invadida por
los miedos (que casi siempre desembocan en comportamientos xenófobos),
porque esta vez la guerra que tanto provocaron y alentaron sus
gobernantes ya no alcanza para verla solamente en los televisores.
Ahora las balas de un lado y del otro resuenan en las calles de París
y sus alrededores, y como no podía ser de otra manera hay muertos.
Algunos, como los colaboradores del periódico "Charlie Hebdo",
masacrados en su lugar de trabajo. Otros, fusilados por la policía
francesa, que en su afán de "encontrar culpables", militariza con más
de 80 mil efectivos la capital y sus pueblos adyacentes.
Esta es la foto que muestra al mundo, en este particular principio de
año, un país que a diferencia de los Estados Unidos, siempre se las ha
arreglado para disimular su afición a la violencia, y dentro de ella,
las "hazañas" de años de terrorismo estatal.
Francia, la de la guillotina, en la que perdieron la vida tantos
inocentes (desoladoramente pobres la mayoría de ellos, que no tuvieron
el más mínimo derecho a la defensa). Francia, la de cuatro centenares
de pruebas atómicas en otros tantos sitios del planeta, contaminando y
destruyendo el ecosistema. Francia, la de las guerras imperiales y
colonialistas en Argelia, en Chad, en Africa y el Medio Oriente. Basta
recordar el poderío militar francés, capaz de arrojar al vertedero
aquellas frases ilustres de "Libertad, Igualdad y Fraternidad",
arrasando con sus uniformados poblaciones enteras, bombardeando
territorios muy lejanos de sus lugares habituales de residencia,
torturando salvajemente a los revolucionarios haitianos y argelinos,
encarcelando por cientos a militantes vascos, bretones o corsos (todos
ellos, embarcados en rebeldías independentistas), o exportando la
doctrina militar de exterminio hacia diversos puntos del planeta, como
Argentina, por ejemplo, en que los militares gorilas locales leyeron y
releyeron manuales elaborados por sus colegas vecinos de la Torre
Eiffel.
El caso al que ahora se refiere con indisimulado morbo la mayoría de
la prensa corporativa mundial, no escapa a las generales de la ley. Un
grupo comando simpatizante de Al Qaeda o el ISIS (qué más da), irrumpe
en la redacción de un semanario humorístico y asesina a gran parte de
la redacción, algunos de cuyos integrantes eran conocidísimos por sus
caricaturas y viñetas cargadas de un humor irreverente, que a veces
solía causar gracia y otras, decididamente no. Se trata, desde ya, de
un crimen brutal, pero no menos importante que el de cientos de
periodistas asesinados gota a gota en Honduras, en México o en
Guatemala.
Ahora bien, párrafo aparte merece este tipo de "journal humorístico"
que, como en el caso de "Charlie H." la había emprendido desde hace
varios años -entre otros temas urticantes de los que les tocó
burlarse- contra el profeta Muhammad y por ende contra todo el Islam.
Por ello, las amenazas les llovían a granel, pero jamás pensaron sus
directivos, que iban a ser víctimas de un "jueves negro".
Lo que ocurre es que en los tiempos que corren, el humor no otorga luz
verde, y hay temas que no se pueden tomar en broma. Sobre todo, si
ofenden la elección religiosa de millones de personas en el mundo. Por
un lado, porque si bien es cierto que las religiones son generalmente
manipuladas por los poderosos o son parte importante del Sistema de
opresión, en otras ocasiones, como ya ha ocurrido con los movimientos
cristianos latinoamericanos denominados "del Tercer Mundo", o con
distintas experiencias del Islam, pueden ser utilizadas como una
herramienta de toma de conciencia y de lucha anticolonial.

Ahora bien, el grupo ultra que atacó las oficinas de "Charlie H." no
era desconocido para la Inteligencia francesa, ya que varios de ellos,
en ocasiones totalmente distintas a las actuales, habían salido del
país para formar parte de las "milicias de la libertad" que
intentaron, sin éxito, derrocar al presidente sirio Bachar Al Assad.
Otros, hermanos, primos o vecinos de estos que ahora fueron fusilados
por la policía francesa, habían combatido del lado de la OTAN, en
Libia y en Iraq. Equipados con armamento de primera tecnología,
ayudados económicamente por el dinero que depositaban en bancos
europeos o de Medio Oriente, jeques, emires o monarcas, pero también
por no pocos empresarios europeos. Los mismos que hoy se rasgan las
vestiduras y claman al cielo por la "libertad de opinión", palabra que
sistemáticamente les sirve para violarla y perseguir a quienes la
practican.

Hay un momento (lo mismo le pasó a los jerarcas de Washington) que el
Frankestein construido con tanto esmero y disciplina, decide caminar
por pie propio. Ya se pudo ver con los talibanes afganos, o con las
mismas milicias mercenarias en Libia. El denominado "Estado Islámico"
no es otra cosa que eso, y cuando se llega a ese punto, la guerra que
antes era bien vista por la codicia Occidental, se convierte en un
akelarre de horror y miedo desesperado en sus propios territorios. Se
lo pudo ver y palpar esta semana, con los trenes y el metro londinense
interrumpidos por una simple llamada con "aviso de bomba", o en
Madrid, con amenazas que mencionaban el 11/M de la Estación Atocha, o
en París, con el caso de "Charlie Hebdo".

El gran problema es que los tiempos siguen cambiando para mal, ya que
el poderío capitalista en su afán de extender sus conquistas
económicas sigue apelando a invadir territorios que les pueden dar
dividendos importantes, y comienza a sufrir las consecuencias de una
guerra asimétrica que muchas veces se les escapa de la mano y les
estalla en pleno rostro. Esto es lo que, sin dudas, han provocado
personajes siniestros como el ex presidente Nicolás Sarkozy y el
actual mandatario Francois Hollande. El primero fue el principal
instigador del brutal crimen del jefe libio Muhammar Gadafi, y en 2009
había recibido en su despacho a uno de los yihadistas que ahora atacó
la redacción de "Charlie H.". El mismo Sarkozy que en el colmo del
cinismo ahora clama al cielo señalando que "Los bárbaros están
atacando a Francia".
No se queda atrás el actual mandatario Francois Hollande, aliado
fundamental de Estados Unidos en cuanta tropelía se les ocurre
emprender a los genocidas de Washington y figura aborrecible por su
prédica fascista contra los inmigrantes de ascendencia musulmana.
Hacia ellos y no sólo contra los atacantes al "Charlie H."
(mercenarios cómplices de su política imperial) deberían ir dirigidas
todas las acusaciones por lo ocurrido en estos días. Y sin embargo,
como esos boxeadores que demuestran tener buena cintura, ambos
convierten la hipocresía criminal que los arropa desde siempre en una
carga de gigantesco victimismo. Muy sueltos de cuerpo, convocan a "la
unidad del pueblo francés" para "detener al terrorismo". Además,
intentan convertir el ataque al "Charlie Hebdo" en una excusa para
blanquear cientos de asesinatos provocados por sus soldados
colonialistas en diversos países, y por último, convocan a una marcha
de repudio al crimen de los periodistas en la que participen la
izquierda y la derecha representada por ellos mismos. "Millones de
franceses debemos salir a las calles este domingo", sostiene Hollande,
cuando él y muchos de los que lo acompañarán ese día callaron frente
a las masacres de palestinos en Gaza, o los ataques similares
realizados por los mercenarios en Siria, Iraq y el Líbano. Es fácil
reclamarse ahora "víctimas del terrorismo" y convertirse en blancas
palomas de la "unidad y la tolerancia". Son los mismos que en estas
tristes circunstancias desempolvan nuevamente la bandera del
chauvinismo anti musulmán, negándole a esa comunidad el derecho a la
educación, a la atención médica o el acceso a trabajos dignos. En fin,
excluyéndoles de la vida social, con expresiones de un racismo que en
ese país no es sólo privativo de la ultraderecha de Le Pen.
Por todo ello, sería loable que el pueblo francés exija en la calle el
castigo a los culpables de la masacre de "Charlie H." pero también se
pronuncie a favor de la retirada de los militares franceses de las
fuerzas de exterminio de la OTAN, y deje de apoyar al paramilitarismo
mercenario que tantos muertos causa diariamente en Medio Oriente. La
impunidad con que vienen actuando los gobernantes franceses no puede
ser premiada ni glorificada con la excusa de un crimen brutal. Menos
aún marchando juntos con quienes han provocado este estado de cosas.
¿Qué se podría pensar si el presidente mexicano Enrique Peña Nieto
convocara en estos días a una manifestación junto a los familiares de
los estudiantes masacrados en Atyozinapa, para exigir justicia, cuando
es el propio poder gubernamental el culpable de esas muertes?
__._,_.___
Enviado por: Resumen Latinoamericano <resumen@nodo50.org>

Mumía Abú-Jamal: ¿PORQUÉ NO PODEMOS RESPIRAR?

Por favor circule ampliamente este artículo. ¡Gracias!

¿PORQUÉ NO PODEMOS RESPIRAR?

Mumía Abú-Jamal

15-12-2014

Voces de demanda y protesta se escuchan a lo largo y ancho de los
Estados Unidos de Norteamérica, voces de hombres, mujeres e incluso de
niños; voces de rabia, voces de esperanza; y voces del profundo
descontento de las masas populares.

Esas voces, angustiadas e insistentes, son voces de una generación que
ha estado casi totalmente ausente en asuntos públicos. Esas voces se
oían solo a travez de sus poetas y cantantes raperos; pero aún así,
intereses comerciales se entremetieron, cambiando la justificada rabia
y volviéndola agradables e ingeniosos ritmos.

No fue arte imitando la vida, sino arte tergiversado; llevado por
rumbos no deseados.

Y ahora, una horrible verdad sale de sus inocentes labios: "No Podemos
Respirar!", gritan esos jóvenes.

¿Porqué no pueden respirar?

Porque en el país más rico del mundo, la pobreza apuesta los centavos
en las esquinas de las calles, con la esperanza, a pesar de todo, de
ganar algo.

Porque una simple educación básica está más allá de lo que gobierno
neo-liberal puede ofrecer al pueblo norteamericano.

Porque la escuela de hoy es la cárcel de mañana; la escuela en Estados
Unidos es un lugar donde viven la humillación y el odio, no el saber;
especialmente si lleva el ridículo rótulo, "Ningún Niño Quedó Atrás".

Porque, para muchísimos niños estadounidenses, la infancia no es nada
más que una ilusión, como lo fue para Tamir Rice, el muchachito de
solo 12 años, que estaba haciendo lo que todos los niños hacen por más
de un siglo: jugar con su pistola de juguete. Ese juego se convirtió
en su sentencia de muerte.

Porque todas las manos y todos los rostros se vuelven contra ellos, y
sus futuros son tan desolados como paisajes lunares.

"No Podemos Respirar", gritan los jóvenes.

Pero nadie puede escucharlos.

El gobierno neo-liberal está muy ocupado, ahorcando a los jóvenes
hasta matar a todos!

(c) '14maj

Traducción libre del inglés enviado por
Fatirah Aziz, Litestar01@aol.com, hecha en
REFUGIO DEL RÍO GRANDE, Texas, EE.UU.

“La entrevista insólita”: Marcos – Julio Scherer, en 2001 (videos)

"La entrevista insólita": Marcos – Julio Scherer, en 2001 (videos)
En marzo de 2001, el periodista Julio Scherer entrevistó al
'subcomandante Marcos'. La conversación con el fundador de 'Proceso'
fue única, porque se grabó para tv y la transmitió el canal 2 de
Televisa. Recuperamos ese diálogo, histórico, este 7 de enero, tras la
muerte del fundador de la revista 'Proceso'.
marcos
Redacción AN
enero 7, 2015 10:06 am

Fue el 10 de marzo de 2001. A unas horas de que la caravana zapatista
entrara en la ciudad de México, el periodista Julio Scherer, fundador
del semanario Proceso, entrevistó al subcomandante Marcos.

Los zapatistas le tomaban la palabra al presidente Vicente Fox y
viajaron al Distrito Federal para demandar la aprobación en el
Congreso de las reformas constitucionales que garantizaran los
derechos de los pueblos indígenas.

Marcos viajaba al frente de la caravana de comandantes zapatistas, que
el 11 de marzo entró al Zócalo. Días después, cuatro comandantes
indígenas, sin armas y ataviados con pasamontañas, hablaron en San
Lázaro, ante los legisladores del Congreso.

La entrevista del subcomandante con el periodista resultó un
acontecimiento. El diálogo franco y directo de Scherer con Marcos fue
grabado para la televisión. Y sin aviso previo, la noche de un sábado
la conversación fue proyectada por el canal 2, en la única ocasión en
que Proceso y Televisa han presentado un trabajo periodístico
conjunto.

Este 7 de enero -tras la muerte del fundador del semanario de
investigación- publicamos esta conversación histórica, que 'Proceso'
tituló en su portada como "La entrevista insólita":

• ¿Carismático? No, sólo vine a llenar un vacío.

• Todo militar, y me incluyo, es un hombre absurdo e irracional.
• La violencia es siempre inútil.
• Fox debe convencerse: gobernar no es "rating".

Se antoja un hecho insólito. La televisión mexicana, la empresa
Televisa que hace 25 años se alió con los golpeadores del presidente
Luis Echeverría para expulsar del diario Excélsior a su director Julio
Scherer García y al grupo de periodistas que lo acompañaron en ese
momento agriamente histórico, aporta hoy sus cámaras para transmitir
la conversación periodística entre el fundador de Proceso y el
subcomandante Marcos.

Se antoja, y es, un hecho insólito, pero también un signo de apertura.

La entrevista de Julio Scherer García, publicada en estas páginas y
transmitida la noche del sábado 10 por el Canal 2, marca una voluntad
periodística común ante un acontecimiento que ambas partes juzgamos
trascendente.

A los lectores, y ahora también espectadores de Proceso, les interesa,
más que nada, entender mejor nuestra realidad. Para lograr eso,
nacimos. Para lograr eso, existimos.

A las 11 de la noche del viernes 9 de marzo, sonó el teléfono de la
Dirección de Proceso.

—¿Rafael? Habla Marcos…
—¿Cómo estás Marcos? ¿Qué pasó? Nos tienes en la incertidumbre, que es
peor que el desengaño. ¿Estás puesto?
—Claro, adelante. ¿Para cuándo sería?
—Ahora mismo, si puedes…
—¿A qué hora?
— Pues ya… A la una, lo que tardamos en llegar allá, con la
parafernalia de Televisa…
— Orale, hasta con Televisa y todo…
— No te hagas… Te lo avisé en la carta…
— Sí, hombre, no te enojes…
En punto de las dos de la mañana del sábado 10 daba comienzo la
entrevista de Julio Scherer García al subcomandante Marcos, en el
patio del convento anexo a la Parroquia de la Asunción de María, donde
pernoctaba la caravana del EZLN, en la delegación de Milpa Alta.
Culminaba así un esfuerzo de varias semanas para poner frente a frente
al fundador de Proceso y al líder rebelde, en una entrevista que tuvo
como insólito complemento la presencia de las cámaras de Televisa,
empresa que comparte con este semanario la difusión de este
acontecimiento periodístico.

La entrevista duró exactamente una hora y quince minutos de la fría
noche de luna llena, en el patio del convento, con las arcadas y la
fuente como escenario, y con el comandante Tacho como un silencioso
espectador lejano.

Después, un Marcos relajado conversó, bromeó, dio autógrafos y
continuó respondiendo preguntas al aire.

Alguien le preguntó:
—¿Cuál de tus pesadillas te produce tus peores insomnios?
—Soñar que escucho el programa ese… ¿Cómo se llama?… Fox contigo, Fox…
no sé qué.

A continuación, la versión íntegra de la entrevista de Marcos con Proceso.

—¿Qué se hace, qué se dice, a quién se reza cuando se ha llegado a
donde usted ha llegado, tan aborrecido, tan temido, tan admirado, tan
único?

—Nosotros pensamos que se ha construido una imagen de Marcos que no
corresponde con la realidad, que tiene que ver con el mundo que se
maneja en los medios de comunicación, que ha dejado de tener
interlocución con la gente y ha decidido tener interlocución con la
clase política. En ese sentido, los medios ya no están preocupados por
lo que pida la mayoría de la gente, sino que, de una u otra forma, se
retroalimentan porque en el proceso de transición el gran elector se
ha convertido en el medio de comunicación. Su capacidad de influencia
en la toma de decisiones, su capacidad de decidir el rumbo del país,
incluso marcando ritmos en la transición, ha dado a los medios de
comunicación un poder sobre el que no han reflexionado, y, en ese
sentido, lo que tocan los medios de comunicación lo transforman…

—Marcos, usted no puede negarse como un ser carismático…

—Sí, sí puedo, cómo no.

—No debe, porque lo es. No me imagino a usted mostrando cosas a
sabiendas de que no son ciertas. Usted no se puede dejar de reconocer
como lo que es, un ser que atrae a muchísima gente.

—Hay un vacío. Es que hay un vacío en la sociedad. Hay un vacío que se
tiende a llenar de una u otra forma. El vacío que llenó Fox, en el
campo del área política, no significa que sea lo que aparentemente
pudiera o debiera ser. Lo mismo ocurre con Marcos.

—¿Con quién se compara usted como carismático? En el Ejército
Zapatista, ¿quién lo alcanza?

—¿Dentro del Ejército Zapatista?

—¿Quién se le compara, de la gente que usted conoce?

—Al interior, nadie, pero eso no tiene que ver con…

—¿Hacia el exterior?

—¿Hacia el exterior? Nadie tampoco.

—O sea, usted es carismático…

—No, lo que pasa es que la imagen de Marcos responde a unas
expectativas románticas, idealistas. O sea, es el hombre blanco, en el
medio indígena, más cercano a lo que el inconsciente colectivo tiene
como referencia: Robin Hood, Juan Charrasqueado, etcétera.

—¿Qué es lo que lo hace carismático?

—Se provocan muchos equívocos en la supuesta capacidad literaria, en
la supuesta capacidad de timing político, aunque más bien se está
respondiendo a las necesidades internas y, en el desbarajuste de la
clase política nacional, se entra como si estuviéramos meditando cada
paso que diéramos. Créeme que somos mucho más mediocres de lo que la
gente piensa; sobre todo, no tan brillantes como la clase política nos
concibe.

—Usted no puede decir eso…

—Sí puedo.

—A usted no le queda la mediocridad, ni como expresión verbal…

—No… No estoy negando lo que soy; estoy tratando de explicar las
circunstancias en las que nos ubicamos, y de una u otra forma se borra
o se pierde la perspectiva real de lo que es el personaje. La mayoría
de nuestros pronunciamientos son muy discutibles, y no se discuten
precisamente porque están en un entorno social que implica otras
cosas. Discutir las posiciones de Marcos significa discutir la
legitimidad de una causa, y eso siempre es problemático, sobre todo en
el nivel intelectual. De una u otra forma eso nos ha hecho, porque
créeme que nos hace bien el debate de ideas; de hecho, nosotros hemos
sido receptivos a ese debate de ideas, y lamentamos de una u otra
forma que no se haya podido dar.

—Veo al país peligrosamente dividido: en un extremo, las sombras vivas
de Juan Rulfo; en el otro, los cuerpos bien nutridos del poder y el
dinero. Con los matices que se quiera, me parece que usted y el
presidente Fox son hoy la imagen de esos mundos. Si esto es así, ¿cabe
entre ustedes el entendimiento, la confianza que da vida a la
comprensión?

—Sí. Nosotros pensamos que sí. Nosotros nos estamos planteando la
posibilidad de un diálogo. Toda esta movilización tiene por objetivo
convencer a ese hombre —quien no tiene nada qué perder y sí mucho qué
ganar— de que se siente frente a nosotros con la decisión seria de
resolver el conflicto. Esto no es fácil, porque en torno de la figura
de Fox están jugando muchas fuerzas, entre ellas la suya propia: un
ser que ha optado por construirse una imagen en torno de un manejo
mercadotécnico, que le dio resultados, buenos resultados en un período
electoral, pero que no se puede extender al período de gobierno.
Entonces necesitamos convencerlo de que el problema no es de rating,
sino de gobernabilidad, y eso es lo que estamos ofreciendo: no una
revuelta social, sino el reconocimiento de ese sector social (los
indígenas), de sus capacidades y, finalmente, de su diferencia…

Mundos opuestos

—Aparte de que los dos ejercen una forma de poder, una forma de
influencia, ¿hay algo en lo que se parezcan?

—En que contamos malos chistes los dos, en todo caso… Pero fuera de
ello, no sólo representamos dos mundos diametralmente opuestos, sino
que el paso siguiente también es diametralmente opuesto. Nosotros
estamos marcando el mundo que camina hacia el reconocimiento de las
diferencias, y él está caminando al mundo que va a hegemonizar y
homogeneizar no sólo al país, sino al planeta entero. En este caso se
trata de que el concepto de igualdad sea referente al estatuto de
mercado: somos iguales en cuanto que tenemos poder adquisitivo.
Nosotros estamos marcando las diferencias precisamente en el lado
contrario: la diferencia cultural, la diferencia de la relación con la
tierra, de la relación entre las personas, de la relación con la
historia, de relación con el otro. Planteamos un mundo antitético al
que representa Vicente Fox, y vamos más allá, porque nosotros decimos
que en el mundo que proponemos también cabe Vicente Fox, mientras que
en el mundo que él propone nos resulta muy claro que los zapatistas no
caben.

—¿Cómo cabría Fox en el mundo de ustedes, siendo un líder, en la
dimensión que se quiera, de la libre empresa?

—Aprendiendo. Pensamos que la libre empresa puede aprender a
relacionarse con nosotros. No creemos que todos los empresarios sean
ladrones, pues algunos han construido su riqueza por medios honrados y
honestos. El hecho de que algunos de los personajes que saltan a la
vida pública tengan un lastre de criminalidad, no quiere decir que eso
sea parejo para todos. Nosotros no estamos planteando el regreso del
comunismo primitivo, ni de una igualdad a rajatabla que finalmente
esconde una diferenciación entre la élite política —de izquierda o de
derecha— y la gran mayoría empobrecida. Pretendemos que cada sector
social tenga las posibilidades de levantarse como tal; no queremos
limosnas, sino la oportunidad de construirnos, dentro de este país,
como una realidad diferente. En el Tephé la población está llevando
adelante un proyecto turístico. Todas las ganancias se reparten en
colectivo, y la empresa comunitaria puede competir en el mercado, por
lo que se refiere a eficacia, con cualesquiera de los grandes
hoteleros. Entonces, ¿por qué no reconocerle a ese grupo su capacidad
empresarial dándole las ventajas y posibilidades de mercado que se
ofrecen a los grandes hoteleros? Eso es lo que está en juego: las
posibilidades de construir otro tipo de relaciones, incluso dentro del
mercado, que no representen el capitalismo salvaje, donde se devoran
unos a otros. Los poderosos de este país no ven que sus días están
contados, y no a causa de una revolución social, sino por el avance
del gran poder financiero. En México, los Garza Sada, los Slim, los
Zambrano, los Romo y otros de su tamaño no tienen el futuro asegurado,
debido no a que el pueblo se levante e instaure una república
socialista, sino a que sus fortunas están en la mira del gran capital
de otras latitudes.

"Entonces nosotros decimos: En el gobierno ya no se están tomando las
decisiones fundamentales. Así, ¿para qué nos preocupamos sobre si el
gobierno es de izquierda, de derecha o de centro, si es que existe el
centro? Consideramos que en México debe reconstruirse el concepto de
nación, y reconstruir no es volver al pasado, no es volver a Juárez ni
al liberalismo frente al nuevo conservadurismo. No es esa historia la
que tenemos que rescatar. Debemos reconstruir la nación sobre bases
diferentes, y estas bases consisten en el reconocimiento de la
diferencia.

"Cuando manifestamos que el nuevo siglo y el nuevo milenio son el
milenio y el siglo de las diferencias, marcamos una ruptura
fundamental respecto de lo que fue el siglo XX: la gran lucha de las
hegemonías. La última que recordamos, entre el campo socialista y el
capitalista, ocasionó dos guerras mundiales. Si esto no se reconoce,
el mundo terminará siendo un archipiélago en guerra continua hacia
afuera y hacia adentro de los territorios. Así no será posible vivir."

El proyecto Puebla-Panamá

"No obstante, el mercado sí puede acostumbrarse a esa realidad; es
posible que opere en un escenario de desestabilización o de guerra
civil y cotice en la bolsa de valores. A la gente no le dicen esto y,
por el contrario, le ofrecen un mundo idílico donde supuestamente no
hay fronteras, para comprar o vender… Pero las fronteras no sólo
permanecerán, sino que se van a multiplicar, como ocurrirá con el
proyecto Puebla-Panamá, que será un gran crimen: Estados Unidos
correrá la frontera hasta aquí, hasta Milpa Alta, donde estamos
ahorita. El resto del país, para abajo, será Centroamérica, y OK, que
tengan sus guerrillas, sus gobiernos dictatoriales, sus caciques, como
Yucatán y Tabasco —Chiapas, afortunadamente, ha quedado en un break en
ese sentido—, que siguen la lógica de las repúblicas bananeras. En el
resto del territorio mexicano, de aquí hacia el norte, empieza a
operarse un brutal proceso de eliminación de grandes sectores
sociales. Además, todos los indígenas que queden en este lado tendrán
que desaparecer porque no los aceptará este modelo neoliberal, pues no
pagan. Nadie va a invertir en ellos.

"Si Fox es serio, habrá resultados"

—Marcos, esto es algo más que una broma. Desde el punto de vista de
tus valores, yo pienso que el presidente Fox está diciendo:¿cuánto
tiempo me llevará aprobar la materia?

—Nosotros estamos tratando de ayudarle lo más que podemos. Claro que
nuestro modo no es político. Tiene que entender él, tienen que
entender todos que no somos una fuerza política propiamente: somos un
grupo armado haciendo política, y, en ese sentido, arrastramos
carencias, errores de criterio, un horizonte muy pequeño, caminando en
el filo del mesianismo y del realismo político, algo muy difícil para
nosotros. Nos proponemos tratar de convencer a este gobierno, no sólo
a Fox, de que puede sentarse con la seguridad de que va a tener
resultados si lo hace seriamente. Nosotros no estamos apostando al
desgaste ni a que truene su programa de gobierno —que va a tronar,
pero no porque sea malo, sino simplemente porque no existe—. A lo que
estamos apostando —lo hemos sentido en toda esta marcha y lo vemos en
todos los medios de comunicación— es a que se reconozca el consenso
absoluto de que éste es el momento de saldar la deuda histórica.

"México tiene casi 200 años como nación independiente, y en todo
momento los indígenas han aparecido como la parte fundamental, pero en
ningún momento se ha reconocido tal cosa. No pueden apostar a
desaparecernos, porque han fracasado ya. No se va a desaparecer al
indígena por cualquier campaña, por cualquier bomba o con cualquier
arma que usen, ya que, de una u otra forma, el movimiento indígena
resiste y se protege. Fracasaron los españoles, los franceses, los
estadunidenses y todos los regímenes liberales, desde Juárez hasta el
actual. Entonces, ¿por qué no reconocer que los indígenas ahí están y
que es preciso darles la oportunidad? Nosotros lo que queremos es una
oportunidad. Si fracasamos, pues lo vamos a asumir, aunque no vamos a
estar peor que como estábamos antes…

Vocación de muerte, perdida

—Marcos, sigo con el presidente y con usted. El presidente y usted
hablan de la paz. El presidente puede adaptarse a la propaganda, y
usted a la mirada, a la airada voz de los marginados. Percibo la
violencia, Marcos, informe aún, pero que ya respira. Usted le dijo a
Carlos Monsiváis que si no hay acuerdos "algo va a estallar". Mencionó
a los grupos subversivos y dijo que los habrá más grandes y radicales
si no hay acuerdos. Estas palabras me llevan a la guerra sucia de los
setenta, pero más extendida. En este tema ¿por dónde va su
inteligencia?

—Mira, lo que nosotros pensamos es que esa guerra está perdida. La
guerra sucia está perdida. De una u otra forma, nuestra presencia y la
persistencia de los procesos en América Latina quieren decir una cosa
que nadie se atreve a reconocer: la guerra sucia la perdieron los de
arriba, los que la hicieron, que finalmente no pudieron acabar con los
movimientos armados, porque siguen resurgiendo. Si nosotros fracasamos
en la vía del diálogo —y nos estamos refiriendo al EZLN y a Fox—, la
señal va a ser clarísima para los movimientos más radicales, por lo
que se refiere a su posición frente al diálogo y la negociación, pues
esto para ellos significa arriar banderas, significa venderse,
significa traicionar. Cualquier contacto con el enemigo, que no sea
para pedir su rendición, es una rendición propia. Si esa señal es
mandada por el PAN en este caso, por el gobierno de Fox y por el EZLN,
cobrará auge esta posibilidad. No estamos hablando de grupos radicales
aislados, solos, que no tengan ningún consenso social…

—¿Como en los setenta?

—El zapatismo es un movimiento social que, ante la posibilidad de la
lucha armada, optó por el diálogo y la negociación, y hasta ahora ha
fracasado. En el caso de los movimientos de rebelión, gana el que no
muere, el que persiste, no el que gana. Y en el lado del gobierno,
sólo puede ganar si aniquila al contrario. Pero sería una guerra a
largo plazo, en la que el terrorismo llega a tu calle, a tu casa, a tu
televisión, un poco como ocurrió en los primeros días de la guerra en
1994, cuando empezaron a aparecer actos terroristas que no tenían nada
que ver con nosotros, cuando ya en otra forma se decía: la guerra ya
no sólo está en Chiapas, puede estar aquí, en una calle, en un centro
comercial, en nuestra casa. Es de tal forma grave para la nación, y yo
me atrevería a decir que para el mundo entero, lo que se está jugando
aquí, que no es sólo la Ley Indígena, no es sólo el éxito mediático de
Fox o el rating arriba y debajo de Marcos, o lo que él represente o no
represente como símbolo, como mito, como líder social o como futuro
dirigente de la izquierda. Lo que está en juego aquí es la posibilidad
de una solución del conflicto. Nosotros vamos a sentarnos y a
anularnos, en una situación en la que decimos: ayúdennos a perder. Lo
que le estamos diciendo a Fox, y sobre todo al Congreso de la Unión,
es justamente que nos ayuden a perder. Si nosotros tenemos éxito en
esta movilización pacífica, ¿qué sentido tienen las armas para el EZLN
o los movimientos armados? Pero no queremos reeditar las derrotas
pasadas.

"Nosotros no queremos darle a este país un corrido, un héroe más
frustrado en el largo calendario de derrotas que tenemos. Queremos
desaparecer, que la gente que te está viendo y escuchando ahorita, o
que te va a leer en tu revista, sepa que puede ser partícipe de eso.

"No pedimos que voten por nosotros ni que nos den un cheque ni una
parcela ni nada: pedimos que se solucione una cuestión histórica, y
que la gente, equis, quien sea, reconozca que tiene un lugar, que es
parte de su historia. No le vamos a la izquierda ni a la izquierda
radical para que un personaje cante corridos. No lo vamos a hacer,
porque no tenemos esa vocación. La perdimos en algún momento en
contacto con las comunidades; perdimos la vocación de muerte en ese
sentido. Sin embargo, eso no quiere decir que la temamos, porque no
estamos jugando. Lo que pasa es que no aspiramos a eso, ni vamos a
forzar el movimiento hasta que llegue a una derrota. Esto será difícil
hacérselo entender al otro, porque sus esquemas sólo son pasado. No lo
culpo de no entender; a veces ni nosotros nos entendemos.

—¿No lo culpa de no entender?

—Pues, a veces, nosotros tampoco nos entendemos. Pero somos sinceros,
y somos honestos, y pocos políticos en México pueden decir lo mismo.

Los errores de Marcos

—Hacia adentro, en su conciencia, ¿cuáles son los errores que ha
cometido el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y cuáles son
los errores que ha cometido usted? Al cabo de 20 años, los que usted
lleva en la montaña, se afirma que no ha habido mejoría entre los
indígenas. Usted expresó, y con razón, que no ha habido mejoría, pero
que ahora tienen esperanza y tienen dignidad, y eso es una luz, no una
lumbre; hace falta ser libre, escapar, vencer a ese estado de miseria
de años… ¿Cuánta energía pierde un hombre, Marcos, que no puede
sostenerse, que no puede trabajar, que no puede concentrarse en la
lectura de un libro? O sea, la dignidad y la esperanza me parecen dos
valores fundamentales. Sin ellos la vida no sirve para nada, pero por
la miseria atroz, la dignidad se hace muy difícil, la esperanza muy
difícil…

—Hay algo peor que eso, que es heredar, a los que siguen, la
desesperanza. Entonces eres consciente de que todas las dificultades
que estás enfrentando, se las vas a heredar a tus hijos, y no les vas
a heredar la posibilidad de cambiarlas. Es ese sentimiento de tenencia
y pertenencia al colectivo lo que nos hizo seguir adelante. Entre los
errores que ha cometido el EZLN como organización está el no haber
aprendido más rápido de las comunidades. Cuando se da el fenómeno de
los municipios autónomos, el EZLN está tan imbricado en las
comunidades que, de una u otra forma, permean también su toma de
decisiones. A la hora de que las comunidades se empiezan a organizar
como gobierno y a tomar decisiones, el EZLN todavía empieza a rozar
con esto. Entonces nos damos cuenta de que las comunidades han
aprendido más rápido que nosotros, no sólo a vivir en resistencia
frente a un poder que estaban desafiando, sino que van construyendo
una alternativa, tú estás pensando en los que estamos, ellos están
pensando en los que vienen. Ellos están pensando en las generaciones
que vienen, para no heredarles esa desesperanza; esto que tenemos no
será peor, definitivamente no será peor para ellos.

"El error fundamental de Marcos es no haber cuidado —y yo lo perdono
porque soy yo, y si no lo perdono yo, pues quién lo perdona, ¿no?—, no
haber previsto esta personalización y protagonismo que muchas veces,
si no es que la mayoría de ellas, impide ver qué es lo que está
detrás. No nos angustia mucho como organización, porque nosotros
sabemos lo que está detrás, y vemos una organización que puede
sobrevivir incluso sin guerra…. Esto no lo ha percibido mucha gente;
tiene que ver mucho con que Marcos haya ofuscado, obstruido la vista
hacia atrás. Que de una u otra forma, Marcos es responsable también en
eso, sí, sí puede ser que su dosis de vanidad, de protagonismo o de
payasez o como se llame eso, haya contribuido… Pero sobre todo la
causa es que la mayoría de la gente —es decir, los jóvenes— no tiene
una expectativa dentro del espectro político, y es lógico que se
agarre de lo que haya a la mano; por otro lado, está el realce que se
ha dado a todo esto en la vida nacional, particularmente en los medios
de comunicación, pues éstos no sólo deciden qué actor se convierte en
político, sino también qué lugar ocupa ese actor político.

—O que el político se convierte en cómico…

—Y al revés: que el cómico se convierte en político y llega a
presidente… eso córtalo. Estoy hablando bien de Fox (…) ¿o estoy
hablando mal? Si hablo bien, imagínate cuando hablo mal… Ahí es donde
van comerciales.

La no existencia

—Los indígenas soportan siglos de explotación, pero su hambre es la
misma hambre de los marginados. Usted ha dicho que su lucha es
nacional y chiapaneca, por supuesto. Alguna vez, Marcos, allá en las
pesadillas y los sueños, ¿ha escuchado el clamor unido de los
agraviados?

—Sobre todo en esta marcha. Nosotros previmos que iba a pasar eso y
las comunidades, cuando nos mandan, acotan, o ponen el lazo, como
decimos allá, para que sólo se vaya sobre un objetivo. De una u otra
forma, a cada paso de la marcha, surge no sólo la escucha de ese
grito, sino la tentación de hacerle eco. Y nada más fácil ni más
irresponsable. Porque es fácil ir al paso y decir: "Yo también
reivindico tu lucha y luego regresamos". Nosotros hemos tratado de
resistir a eso, y decirle a la gente: "Nosotros reconocemos que tu
grito es justo, pero ahorita vamos sobre esto". No podemos ir sobre
algo más.

—¿Le preocupa la posibilidad de que los marginados se les unan?

—Ojalá. No me asusta y lo deseo. Lo que no deseo es que se creen
falsas expectativas sobre una persona o sobre un movimiento que no
nace el 1 de enero de 94. Nosotros teníamos un trabajo previo de
muchos años y de muchos sacrificios. No es fácil tener la cohesión, la
homogeneidad, la unidad que tienen los zapatistas, que han resistido
tantos embates, tantos ataques. Y de pronto, para los medios, parece
que el EZLN nace el 1 de enero de 94. Ésa puede ser una tentación: que
un movimiento pueda empezar así, que el primer paso será la
legitimidad, y no es cierto. Porque el primer paso de la legitimidad
es el reconocimiento propio.

—Pero piense en los agraviados, tantos millones…

—Ese conflicto es irremediable, y eso se lo dijimos a Fox. Sobre eso
no hay vuelta de hoja. Lo que está en juego aquí, en nuestro
movimiento, al acercarnos a la capital, es cómo se va a enfrentar ese
conflicto. Pero no pueden pensar que ese conflicto va a seguir latente
o va a ser controlado. Va a tronar. Lo que van a señalar ahora es si
el conflicto lo van a enfrentar por la vía del diálogo o la
negociación, o van a recurrir al recurso de las armas, al recurso de
la violencia. Van a tener que escoger entre la vía política y la vía
armada para enfrentar ese conflicto.

—La miseria es mucho más que un cuerpo famélico. Es la niña que vio
Heberto Castillo abrazada a una piedra, su hija, y son las 50 niñas de
un internado que compartían una muñeca de la que sólo quedaban
hilachos. ¿Usted, Marcos, cómo se representa la miseria?

—En una niña también. Una niña que se me murió en los brazos, de menos
de cinco años de edad, de calentura, en la comunidad de Las Tazas,
porque no había un mejoral para bajarle la fiebre, y se me fue en las
manos. Tratamos de bajarle la fiebre con agua, con trapos mojados, la
bañábamos y todo, su padre y yo. Se nos fue. No requería intervención
quirúrgica, ni un hospital. Necesitaba una pastilla, un mejoralito… Es
ridículo, porque además esa niña ni siquiera nació, no había un acta
de nacimiento. ¿Qué hay de más miserable que nazcas y que mueras y
nadie te conozca?

—¿Qué sintió usted?

—Impotencia, coraje. Se te cae todo el mundo encima, que todo lo que
pensabas y todo lo que hiciste antes es inútil si no puedo evitar esa
muerte injusta, absurda, irracional, estúpida…

—Y si esas emociones terribles se repiten en muchísimas partes, ¿es
posible una lucha que se percibe en el fondo, aunque no lo declaren,
de venganza?

—Ése es el peligro. Si ese rencor social no se organiza,
necesariamente viene la venganza. Y en el caso de los grupos indígenas
puede tenderse al fundamentalismo, y ahí sí no hay diálogo que valga…
Por eso nosotros decimos que es preferible que se organice ese
descontento. En todo caso, que la sabiduría o la sapiencia de ese
movimiento escoja.

—Marcos, ¿cuántas víctimas vivieron sin saber lo que es la vida?

—Eso es lo que ya no queremos que se repita. No queremos que se repita
la gente que no nace y que no se muere. No existe. No existe para ti,
no existe para el público, no existe para Fox ni para nadie. Fuera de
sus familias, no existieron para nadie. Ahora, con la resistencia de
las comunidades indígenas, nosotros bajamos la tasa de mortalidad a
entre 200 y 300 al año. Teníamos, antes de 1994, 15 mil al año. La
mayoría, menores de cinco años, que nunca tuvieron acta de nacimiento
(…)

—Vivir sin ser, Marcos…

—Y no sólo eso. Si vives siendo, es con vergüenza. Tratabas de dejar
de serlo para que te aceptaran en las cabeceras municipales y los
centros de producción. Con la cara indígena, eras objeto de burla y
engaños. Por el hecho de tener una piel morena y hablar otra lengua,
ya significaba que tu producto bajaba de precio.

—¿Es usted un rebelde que exige cambios profundos o un revolucionario
que lucha por transformaciones radicales, otra manera de hacer patria?

—Nosotros nos ubicamos más como un rebelde que quiere cambios
sociales. Es decir, la definición como el revolucionario clásico no
nos queda. En el contexto en el que surgimos, en las comunidades
indígenas, no existía esa expectativa. Porque el sujeto colectivo lo
es también en el proceso revolucionario, y es el que marca las pautas.

—¿Si fracasara usted como rebelde, optaría por la vía revolucionaria?

—El destino es diferente. El revolucionario tiende a convertirse en un
político y el rebelde social no deja de ser un rebelde social. En el
momento en que Marcos o el zapatismo se conviertan en un proyecto
revolucionario, es decir, en algo que devenga en un actor político
dentro de la clase política, el zapatismo va a fracasar como propuesta
alternativa.

—¿Por qué un revolucionario se convierte en político?

—Porque un revolucionario se plantea fundamentalmente transformar las
cosas desde arriba, no desde abajo, al revés del rebelde social. El
revolucionario se plantea: Vamos a hacer un movimiento, tomo el poder
y desde arriba transformo las cosas. Y el rebelde social no. El
rebelde social organiza a las masas y desde abajo va transformando sin
tener que plantearse la cuestión de la toma del poder.

—Cuando dice eso, ¿piensa en la Revolución Mexicana?

—Sí, pienso en Zapata y en Carranza, fundamentalmente. Carranza, que
se plantea los cambios a la hora de tomar el poder. Y Zapata, que se
plantea las demandas y al momento de tomarse la foto ni siquiera roza
la silla. Nosotros nos identificamos con el zapatismo. Se necesitan
políticos, desgraciadamente, pero sobre todo líderes sociales. Creo
que el zapatismo tiene que optar y va a optar por los líderes
sociales…

La República de TV

—A lo mejor la palabra político está bien o está mal. Usted me hará
favor de aclararlo. Yo creo que usted es político. No tengo duda de
que es escritor de prosa rimada. ¿Qué poeta le inspira, qué estadista
le atrae, qué guerrillero le da fuerza?

—De atrás para adelante, como jefe militar, Villa. Como movimiento
social armado, Zapata. Como líder social, no veo a ninguno en el
horizonte actual que realmente responda al concepto de hombre de
Estado. No hay. Los grandes hombres de Estado son de la prehistoria
ya. Ahorita hay mercadólogos, buenos o malos (…) Ahorita no metería la
mano al fuego por ninguno como líder político, porque no veo a ninguno
que responda al concepto de hombre de Estado, porque el hombre de
Estado tiene la capacidad de ver hacia adelante, y no conozco ahora
ningún líder político que vea más allá de sus narices, en todo el
espectro.

—A propósito de Villa, Marcos, en su encuentro con Vicente Leñero en
1994, usted le expresó su admiración por el personaje; guerrillero
implacable, buen soldado y hombre de gobierno en Chihuahua, según la
biografía monumental de Friedrich Katz. ¿Se identifica usted con El
Centauro?

—Quisiera hacerlo. Era un hombre que tenía la visión de cuerpo, un
hombre preocupado por sus tropas, y no me refiero sólo a sus tropas
regulares, sino a los territorios que iba conquistando. No sólo se
preocupaba por combatir, sino también por organizar. Desgraciadamente,
esa parte es la menos conocida…Pero desgraciadamente, Villa es el de
los corridos, el del caballo Siete Leguas.

—Ante esas virtudes, ¿qué tanto pesa la violencia inútil?

—La violencia siempre va a ser inútil, pero uno no se da cuenta hasta
que la ejerce o la padece.

—¿Y él no se dio cuenta, Marcos?

—No sé. Yo pienso que a la distancia igual nos va a pasar a nosotros,
siempre va a haber vacíos o huecos a la hora de valorar a una persona
(…) Definitivamente, un militar, me incluyo entre ellos, es un hombre
absurdo e irracional, porque tiene la capacidad de recurrir a la
violencia para convencer. Finalmente eso es lo que hace un militar
cuando da una orden: Convence con la fuerza de las armas. Por eso
nosotros decimos que los militares no deben gobernar nunca, y eso nos
incluye a nosotros. Porque quien ha tenido que recurrir a las armas
para hacer valer sus ideas, es muy pobre en ideas.

—Le voy a hacer una observación de buen gusto: Las armas no convencen,
se imponen.

—Sí. Finalmente así es. Por eso nosotros decimos que los movimientos
armados, por muy revolucionarios que sean, son fundamentalmente
movimientos arbitrarios. En todo caso, lo que tiene que hacer un
movimiento armado es plantear el problema y hacerse a un lado. Es lo
que nosotros estamos ahora logrando con éxito, después de siete años
en las comunidades. De los errores que cometimos, está no haber
aprendido más rápido cómo podíamos desprendernos de eso. Realmente nos
hemos hecho a un lado. Los municipios autónomos son tan autónomos que
no nos hacen caso.

—No es popular el comandante Germán. Dispone, dirige, ordena, sube al
camión el primero, lo abandona antes que nadie, recibe los documentos,
los distribuye, habla con la fuerza del mando. Pesan sospechas sobre
él y de su humanitarismo nadie habla. No me explico a Germán, tan
diferente a usted y tan diferente a los indígenas, en calidad de
portavoz central de lo que hace el EZLN. En los grados del Ejército
Zapatista, él es el comandante y usted el sub. Germán es el que
ordena, él es el que dispone. Usted, de alguna manera cumple, recibe o
atiende las instrucciones u órdenes…

—¡No! El arquitecto Fernando Yáñez, que es conocido como el comandante
Germán, significa, a la hora que lo pone el EZLN, el enlace con el
Poder Legislativo y los partidos políticos; significa una señal que,
como muchas que hemos dado, el gobierno no ha sabido leer. Con él,
está diciendo el EZLN: estamos dispuestos a transitar de la
clandestinidad a la vida pública. Eso es fundamental. El arquitecto
Yáñez sube y baja del camión porque se le ha encargado la seguridad.
Los que mandan en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional son los
jefes indígenas. Ésa es la verdad. Pero la percepción que tienes tú y
los que nos están viendo ahorita, es que estoy yo y atrás de mí debe
estar Tacho cuidándome (…) Pero del lado de las comunidades las cosas
son al revés: están ellos primero, y nosotros detrás… El arquitecto
Yáñez no tiene mando ni ascendencia militar dentro del EZLN. Está
respondiendo a un llamado que estamos haciendo nosotros porque
queremos dar esa señal que, coño, nadie está leyendo. Y si un
movimiento armado está diciendo ahí va esta parte, vean, a esto
estamos dispuestos, y no lo lee, entonces ya de plano necesita la
clase política una gran lección.

—No me siento aludido, porque esa señal no fue explícita.

—Pero va acompañada por otras. Lo que se está preguntando el gobierno
mexicano es hasta qué punto Marcos y el EZLN no están jugando con una
apuesta de popularidad y de desgaste, a ganar tiempo. Antes, con
Zedillo, nosotros estábamos dispuestos a firmar la paz con él, que era
un imbécil, un mediocre, ahorita ya se puede decir, por qué no la
vamos a hacer con Fox, que además es producto de un proceso electoral
legítimo de elección. A nosotros no nos espanta firmar la paz con la
derecha, porque nuestro problema no es ése. Sería igual el problema si
fuera la izquierda electoral la que estuviera en el poder. Nosotros
estamos tratando de convencer al otro, en este caso el gobierno
federal, de que estamos dispuestos a resolver esto y a hacerlo rápido,
pero necesitamos una serie de señales. Nosotros damos una. No la ven,
pues es que no le hallamos todavía al modo político, pero voluntad no
nos ha faltado. Si no logramos que tú veas esa señal o que la clase
política vea esa señal, es que ahí fracasamos y vamos a buscar otra,
pero creo que este país tiene que saldar una cuenta pendiente con
mucha gente, no sólo con Yáñez, sino con mucha gente que quedó en el
camino con todos los movimientos clandestinos, que son mucho más
poderosos en términos de patriotismo y compromiso social, de
sacrificio, que lo que pueda decir cualquier corrido a Lucio Cabañas o
a Genaro Vázquez. Lo que nosotros quisimos hacer, y es evidente que no
se consiguió, es reunirnos con el Poder Legislativo, que ha sido
receptivo a su persona y a su trato (…) Lo que queremos decir es que
nosotros no vamos a fingir la paz. Nos vamos a sentar a negociar y, si
de la otra parte hay voluntad, nos vamos a lo último. Si estuvimos
dispuestos a que nos maten, ¿por qué no vamos a estar dispuestos a
negociar? No tenemos vocación suicida.

—Anunció usted su regreso a Chiapas, estrategia al fin, ¿cuáles serán
sus próximos pasos? En otros términos, ¿qué sigue y hasta dónde?

—Sigue el proceso de paz. Si nosotros logramos, y creo que lo haremos,
el reconocimiento de los derechos y la cultura indígena en la
Constitución, convencer a Fox de que se siente, que dé las señales y
decida trabajar con las comunidades para que ese proceso de paz sea
expedito y terso, entonces se necesitará un trabajo interno muy
intenso, porque el EZLN todavía tiene que responder una cuestión, una
incógnita, porque sabe qué no va hacer cuando esto termine, pero no
sabe qué sí va a hacer.

La invitación a Los Pinos… una trampa

—Fox dice que lo invita a Los Pinos…

—Es una trampa. Finalmente está tratando de convertir un movimiento
serio reivindicativo en un evento de horario triple A. Qué va a ganar
el país, qué van a ganar los pueblos indígenas y qué va a ganar el
gobierno, ya como proyecto político, el que tenga, si es que lo tiene,
con esa foto.

—¿Le haría un servicio a Fox?

—¿Por qué?… Sí, yo creo que saldría ganando mucho, pero qué…

—¿Y usted perdería?

—No, yo no, pero las comunidades sí, porque todo el movimiento que se
levantó finalmente sería trivializado. Sería un fenómeno mediático
hueco, tan breve, tan fugaz, tan soluble como fue el concierto ése de…

—¿Dirías que con alguna vileza o perversión, Marcos?

—Sería deshonesto, ruin, vil. Además, yo lo entiendo. Él está haciendo
bien su trabajo, necesita construirse esa imagen de gobernabilidad.
Sabe que mientras más lo mencionen los medios, aunque sea para mal, su
presencia se va haciendo cada vez más fuerte.

—Marcos, yo le digo a usted: Fox está haciendo bien su trabajo a sus ojos…

—A sus ojos de él.

—¿A los de usted?

—No, porque lo que necesita este país es un gobierno, no un locutor. Y
él piensa que sí, que su función es ser locutor porque le va a dar
prestigio con la gente, porque lo van a conocer y lo van a parar en la
calle.

—¿Pero para qué?

—Eso es lo que yo digo… finalmente le van a decir: "Nosotros que
votamos por ti, o no votamos por ti pero sí votamos en contra del PRI,
no te pusimos para eso". Porque una cosa es una campaña electoral y
otra cosa es un programa de gobierno. Y la responsabilidad no es sólo
de él; es también de su equipo. Pero también de él porque él formó el
equipo, o se lo formaron, yo no sé cómo esté ahí. Pero cuentas y te
sobran los dedos de una mano de los que son políticos en ese gabinete.
Son empresarios bien o mal intencionados. Ni siquiera son empresarios,
son gerente. O sea, son empleados de un empresario. Y con esa lógica
no se puede dirigir un país.

—¿A quién salvaría del gabinete?

—A Sari Bermúdez, como escritora. Ella no escribió el libro, bueno…
(Dirigiéndose a los camarógrafos de Televisa) Ahí le cortan. Yo hago
pausas para que corten lo que vaya a censurar Azcárraga.

El cuento sobre la Caravana

—Marcos, a usted le gustan los cuentos. ¿Por qué no nos cuenta uno?

—¿No los cuenta el gobierno?

—No, ¿por qué no nos cuenta uno? ¿Por qué no nos cuenta el cuento de
la Caravana?

—¿Cómo nació la idea?

—El cuento de la Caravana. Usted escribe un cuento para que se conozca
la Caravana. ¿Cómo lo contaría en forma de cuento? Así, en el lenguaje
más sencillo, más cálido, lleno de humor. Claro, Marcos, el humor se
explica a través del drama. ¿Cómo contaría usted ese cuento?

—Bueno, vamos a pensar así. Nosotros nos quedamos sin salidas. La
única forma de hacernos fuertes era salir, era caminar. No teníamos
ningún pie. Éramos minusválidos en ese sentido. Teníamos la voz y la
mirada, pero teníamos que llevar esa voz y esa mirada a donde fuera
escuchada y a donde tuviera dirección esa mirada. Entonces tuvimos que
pedir prestados los pies de otros. A la hora que tuvimos que pedir
prestados los pies de esos otros, tuvimos que construirlos porque no
existían. Entonces empezamos a hablarle al otro y empezamos a darle un
rostro, el que otros le negaron, el que es un número, el que es un
porcentaje de una encuesta, si es que le toca la suerte de que lo
encuesten, y empezamos a llamarlo y a intentar darle rostro y a
pedirle que fuera los pies de nosotros. Encontramos unos pies muy
disparejos. Es decir, el cuerpo que ya éramos, la mirada, los oídos,
los labios que éramos, eran muy pequeños para unos pies muy grandes.
Finalmente, cuando empezamos la marcha, empieza una especie de muñeco
grotesco. A primera vista, un gigante. Con una vista detenida, un
muñeco deforme y grande, con unos grandes pies y un cuerpo muy
pequeño, el tronco y la cabeza. Ese muñeco grotesco empieza a andar a
traspiés y empieza a tratar de convencer a los pies que no son suyos,
que es, de una u otra forma, lo que ha tratado de hacer la Caravana a
cada momento que se detiene: decir que no somos nosotros los que
hacemos posible eso, sino el pie que nos está llevando, que es la
gente que nos está recibiendo. Es en ese momento que se encuentra con
el problema de que los pies dicen que quien manda es la cabeza, porque
así está la historia hecha y que no ocurre que los pies manden a la
cabeza. Y la cabeza, necia con que los que tienen que mandar son los
pies. Llega el momento en que los pies y la cabeza dicen lo que todos
están pensando y nadie se atreve a decir: Que en el recorrido se dan
cuenta de que el mundo está de cabeza, que tiene el que no necesita y
el que necesita no tiene nada. Finalmente, ese día, mañana 11, llegan
al lugar donde se puede voltear esto para un lado y para otro, y a la
hora en que el mundo se voltea de nuevo, los pies descubren que en
realidad eran la cabeza, y la cabeza descubre que nunca dejó de ser un
pie descalzo; moreno, además. ¡Qué mal me salió!

—Tengo un escrúpulo y una preocupación: que lo más importante que
tuviera que decirme no lo haya yo acertado con la pregunta adecuada.

—No, si yo estaba aterrado, porque no sabía qué me iba a preguntar…

—Una cosa que le importe muchísimo y que yo no haya tenido la suerte
de preguntarle, Marcos…

—Yo creo que la pregunta que se están haciendo en la clase política:
¿Es sincero Marcos cuando dice que está dispuesto al diálogo y a
llegar a la paz? Y la respuesta es sí. Lo único que tenemos para
respaldarlo es nuestra palabra. Realmente si nos piden otra cosa, no
tenemos otra cosa que darles. Pero tenemos la historia de lo que esa
palabra ha significado. No podemos ceder en las tres condiciones
porque si cedemos, faltamos a la palabra y eso quiere decir que
estaríamos en la posibilidad de subir nuestras demandas, y la garantía
que tiene el gobierno de que no vamos a subir nuestras demandas es que
tampoco las vamos a bajar. Si decimos una cosa, ésa es. Eso es lo que
yo quisiera que entendieran; no sé cómo hacerle, porque las señales
que he dado no las entienden. A lo mejor si se desvelan y ven tu
programa, me escuchan, a lo mejor es chicle y pega y me creen, pero
realmente nosotros estamos siendo sinceros. Y si no lo creen, lo que
estamos tratando de hacer con toda esta gente de este movimiento es
obligarlos a creer. Nosotros tenemos ese compromiso.

—Muchas gracias.

—A usted… Un anuncio comercial. ¡Es que no tenemos dinero, y el camión
se nos acaba el 16!

VIDEOS:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=WFCC1yw-7w4
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=OlcLvgELamA
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=X4FuqFOyoVI
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=GTVQQUzzkXY

http://aristeguinoticias.com/0701/mexico/la-entrevista-insolita-marcos-julio-scherer-en-2001-videos/

Pablo González Casanova: Una lectura zapatista

Una lectura zapatista

Pablo González Casanova
sábado 10, enero 2015

En los inicios del Festival, en un primer comunicado, el subcomandante
Moisés da un mensaje en que enumera uno a uno a los pueblos
originarios allí presentes. Los menciona de uno a uno desde el Yaqui
hasta el Ikoot sin orden alfabético. Son treinta y cinco. Los
mencionados sienten que los otros saben que están allí.

Después, el subcomandante enumera a los de la Sexta Nacional e
Internacional. Son veinte y seis empezando por México, y siguiendo en
orden alfabético desde Alemania hasta Túnez. Allí están Canadá, Estado
Español, Estados Unidos, Francia, País Vasco, Rusia... entre otros

La representación es indígena, es nacional e internacional. El
conjunto muestra ser mucho de joven y nuevo y también una alegría
colectiva que trae recuerdos. No sólo es indígena sino nacional y no
sólo es nacional, sino internacional. No sólo guarda memoria y saber
de pasadas luchas. También da muestras del conocer actual en que hay
mucho de joven, aquí y en el mundo

En las siguientes palabras el subcomandante Moisés explora un nuevo
estilo de expresión. También de comunicación. Los frecuentes puntos y
aparte con que en el texto escrito sus pausas se registran tienen
sabor de sentencias que se dicen para reflexionar y hacer. Se dicen
con respeto y modestia. Y con firmeza.

Al empezar el subcomandante aclara que por su voz habla la voz del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional. El mensaje va a lo
inmediato. Informa que allí están, como invitados de honor que nos
honran –dice– los familiares de quienes nos hacen falta en Ayotzinapa,
en México y en el mundo.

En unas palabras junta a la comunidad, al país y al mundo. No aísla
las luchas de los pueblos originarios de las luchas nacionales y
mundiales.

Desde el principio lanza un postulado, que va a repetir una y otra
vez, en que relaciona la organización con la toma de conciencia. Hace
ver que sólo como pueblos organizados vamos a lograr la verdad. Y
aclara lo que nos ocultamos y lo que nos ocultan: sólo haremos
"realidad" organizando el conocimiento y también la acción.

Hay que fijarse: La verdad desaparecida estará ausente mientras no nos
organicemos. Es más, sólo organizados con la verdad podremos construir
la justicia. Así, desde la organización de la comunidad y del conjunto
de comunidades organizadas –en su interior y entre ellas– podremos
construir la verdad y la justicia, esas que añoramos y que sin
organizarnos no lograremos por más que pensemos o que hablemos.

Ya no se refiere sólo a Ayotzinapa sino al mundo. Habla de la verdad
que ha sido secuestrada, de la verdad que ha sido asesinada en los
rincones todos del planeta Tierra.

En ese punto aparece un énfasis teórico y estratégico impresionante.
La lectura zapatista ya no sólo se concentra en desconfiar de los
malos gobiernos, tema que el zapatismo invocara una y otra vez en la
lucha por la libertad. Lo sigue haciendo pero con más profundidad e
insistencia.

En voz del subcomandante sostiene que esos malos gobiernos son
empleados del capital; que sólo sirven a los grandes capitalistas, y
que más bien recuerdan a los capataces, mayordomos y caporales de las
grandes haciendas capitalistas.

El llamado a la memoria colectiva y a la experiencia histórica de
padres y abuelos da mucho que pensar. Ayuda a salirse del mundo de las
abstracciones. Junta el pensar y el actuar, el pasado y presente, el
antes y ahora, el aquí mismo y el planeta Tierra. Todo por si algo se
descuida, o no se considera, o no se sabe. Esa es la verdad que camina
en la casa y en el mundo.

Y no importa lo que digan los malos gobiernos, porque en realidad no
son gobiernos que piensen y actúen por su cuenta, sino que mandan
obedeciendo al mero mandón que es el capitalismo neoliberal.

En su conclusión del pensar de veras para actuar, afirma que vivimos
en un mundo en que todo lo que queramos construir de verdad lo tenemos
que construir entre nosotros.

Y allí aparece el ejemplo de los familiares de los asesinados y
desaparecidos de Ayotzinapa. Andan construyendo su búsqueda de la
verdad y la justicia al construir su propia lucha. Por la construcción
de la propia lucha se empieza.

Tras esa reflexión viene otra no menos importante contra el
individualismo. Esa que se da también por los intereses personales o
mafiosos, por las clientelas o las sectas y por las "tribus" políticas
e incluso revolucionarias, que se destruyen en su interior mismo y que
hacen estallar los proyectos emancipadores.

Hay que sostener con firmeza el pensar y actuar en solidaridad con
nuestros hermanos vivos o muertos, con esa solidaridad insumisa en que
nos ponen el ejemplo los familiares de los asesinados y desaparecidos
en Ayotzinapa, los papás y las mamás que dejaron sus casas, sus
familias y su trabajo para encontrarse con otras familias que tienen
iguales dolores, rabias y ganas de resistencia.

Es decir no hay que dejarse dominar por los intereses individuales ni
sólo por los familiares, ni quedarse nada más en la lucha del poblado,
del barrio o de la aldea, sino compartir con las resistencias y luchas
que otros dan en otras partes.

Lo primero es luchar contra el individualismo que tanto daño hace a
los lazos familiares, a la fuerza de la comunidad o del movimiento de
comunidades, y luchar contra la idea de que un hombre o una mujer por
sí solo, como individuo admirable va a resolver nuestros problemas. No
pensar nada más en los intereses individuales ni creer en el individuo
que dice que nos va a salvar.

En este punto aparece la crisis de los partidos políticos en el mundo
y el fin de las ideologías y de los programas anunciados en las
campañas, que ni se respetan ni se cumplen. Esa crisis de las
ideologías y de los partidos que tanto quiso y quiere la ultraderecha
para imponer el reino de las corrupciones y represiones, pero que
también es una realidad que muestra a los pueblos lo engañoso de la
democracia en que los pueblos no mandan.

Nada de mediaciones de políticos y partidos que nomás dividen y se
olvidan de todo y de todos. Nada de vanas esperanzas en que nos van a
salvar, cuando lo único que les interesa es tener bases de apoyo para
ganar puestos y concesiones en el interior de sus partidos o de sus
gobiernos.

Y dice: convocamos a construir y a extender la organización en cada
lugar donde vivimos y donde otros que sufren viven. Para eso es
necesario imaginar cómo puede ser una nueva sociedad. Estudiar cómo
estamos en esta sociedad en que vivimos.

En lo que se refiere a nosotras y nosotros los zapatistas es una
sociedad donde somos explotados, reprimidos, despreciados (pongan
atención) y despojados por siglos de patrones y hasta hoy, finales de
2014 y principios de 2015, así sigue la sociedad.

Desde entonces hasta ahora nos han querido engañar, diciéndonos que
ellos, los de arriba, son los más chingones (se refiere al
neodarwinismo) y que nosotros, nosotras, no servimos para nada (se
refiere al neomaltusianismo).

Que somos tontos y tontas, así nos dicen.

Que ellos sí saben pensar, imaginar, crear, y que nosotros y nosotras
somos los peones en lo que hacen. "¡Al carajo con eso! Afirma
contundente y expresiva... Y vuelve a la organización, con reflexiones
cada vez más profundas:

Los compañeros estudiantes desaparecidos nos están llamando a
organizarnos para que no nos pase igual en este sistema en que
estamos. Porque lo han explicado muy bien los familiares de
Ayotzinapa. Como buenos maestros, los familiares han explicado que el
responsable del crimen es el sistema capitalista por medio de sus
capataces, de sus escuelas para capataces, mayordomos y caporales. Y
esas escuelas donde aprenden son los partidos políticos de quienes
sólo buscan cargos, puestos, puestecitos. Ahí es donde se preparan los
serviles de los malos gobiernos. Ahí es donde aprenden a robar, a
engañar, a imponer, a mandar. De ahí salen los que hacen las leyes,
que son los legisladores. De allí salen los que obligan a cumplir esas
leyes, con la violencia, que son los presidentes grandes, medianos y
pequeños, con sus ejércitos y policías. De ahí salen los que juzgan y
condenan a los que no obedecen esas leyes, que son los jueces... Su
trabajo allá arriba es no dejarnos respirar a los que estamos abajo.

Otra aclaración. La lucha no es de razas, ni de lenguas ni de
nacionalidades, ni de generaciones. Y esto es lo que nos enseñan los
familiares y compañeros de Ayotzinapa, que es mejor que nos busquemos
y nos encontremos quienes padecemos esta enfermedad que se llama
capitalismo. Ayotzinapa no está en el estado mexicano de Guerrero sino
que está en todo el mundo...

Con éstas y otras palabras que conmueven vale mucho la pena leer el
discurso completo, ya sin las apostillas que le pusimos para hacer ver
que la sabiduría humana se expresa por la boca de los zapatistas, y
que los zapatistas dejan claro una y otra vez que cada quien deberá
luchar según su propio pensamiento, según su lugar, según su historia,
según su modo.

Con esa amplitud de ideas, de posiciones, de compromisos, tras la
crisis de las ideologías los zapatistas se enrocan en la lucha por un
mundo moral y por el redescubrimiento de la teoría crítica. En sus
palabras, del "pensamiento crítico" como veremos.

La organización de la verdad y del deber con los de abajo y a la
izquierda se convertirá en fuerza, junto con lo que se aprenda de la
propia lucha y de otras luchas a cuyos integrantes se acompañe, y con
los que se dialogue, de los que se aprenda. Luchar, dialogar y
aprender son tan importantes como organizarse.

Casi al terminar sus palabras con un abrazo de cariño y admiración que
los zapatistas les dan a los ausentes y presentes de Ayotzinapa,
menciona uno a uno los nombres y apellidos de los cuarenta y seis
muertos y desaparecidos... Sus nombres resuenan de manera
impresionante... Son de los caídos por un mundo en que desaparezca la
explotación, la represión y la discriminación, por un mundo sin
capitalismo.

Y volviendo a esa lucha, tenemos que saber que nos van a querer
comprar, nos van a querer dividir, nos van a meter todo el miedo o los
miedos que puedan, y nos van a poner trampas para distraernos de
nuestra verdadera lucha y para que abandonemos (aquí sale un concepto
inesperado y presente) nuestro NO a las transnacionales, todo porque
sólo queremos vivir en paz sin explotación del hombre por el hombre,
con igualdad entre hombres y mujeres, con respeto a lo diferente, y a
que decidamos juntos lo que queremos en el campo y en la ciudad.

Vuelve así la creciente idea de las comunidades y sistemas de
comunidades que deciden, que tienen el poder organizado de decidir, y
que nada tiene de anarquista como creen los marxistas metafísicos con
entusiasmo o enojo, sino que corresponde a otro modo nuevo de
expresión de una lucha con diferentes actores y su historia, en que
cuenta la de los pueblos originarios y la de los compañeros de la
Sexta nacional e internacional actuales y potenciales...

Pero nada de vanos alardeos. Sabemos que falta lo que falta. De por sí
lo sabemos. Aunque el pensamiento crítico es necesario para la lucha.
Teoría le dicen al pensamiento crítico. El pensamiento que pregunta,
que cuestiona, que duda... Pensar y luchar, luchar y pensar. Ni en las
condiciones más difíciles debemos abandonar el estudio y el análisis
de la realidad. El estudio y el análisis son también armas para la
lucha, para la organización.

Ni solita la práctica, ni solita la teoría. Y recordar: no hay un solo
caminante. No hay un solo camino. Son muchos aunque el destino es el
mismo: la libertad, la libertad, LA LIBERTAD.

Que muera la muerte que el capitalismo impone. Que viva la vida que la
resistencia crea.

Con esas palabras que el lector podrá encontrar en la dirección de
"Enlace Zapatista" (http://enlacezapatista.ezln.org.mx/) y en otros
sitios, dejamos estas apostillas a un original que revela el papel
fundamental y el pensamiento profundo, que teniendo un alcance
universal, proviene de las minorías étnicas y de los pueblos
originarios, pioneros en la construcción de otro mundo posible y
necesario, en que la sociedad se organice, para que se haga lo que sus
integrantes decidan, meta y medio liberador en que se da a la política
un papel dialogal y pedagógico sin precedente en la historia de la
educación y el diálogo.

http://www.jornadanet.com/Opinion/n.php?a=4621

Yo no soy Charlie... «Todos somos Charlie», proclama Libération. Yo no.

Yo no soy Charlie...

Gilbert Rémond
lepcf

Sería un una afrenta a las impertinencias que han sido asesinadas
acallar los debates que suscita la unidad nacional promovida al
unísono por las instituciones y los medios... ¿Una reacción a
contracorriente?

Post del camarada Loch Lomond:

«Todos somos Charlie», proclama Libération.

Yo no.

No hice campaña a favor del Tratado de Maastricht. No soy Charlie.

Nunca he comparado al Partido Comunista con el Frente Nacional. No
soy Charlie.

Nunca he apoyado los bombardeos de la OTAN en Yugoslavia. No soy Charlie.

Nunca hice campaña por el SÍ en el referéndum de la Constitución
Europea en 2005. No soy Charlie.

Nunca he querido hundir a Denis Robert ni he defendido el caso
Clearstream. No soy Charlie.

Nunca he pensado que Cuba es una dictadura. No soy Charlie.

Nunca pensé que Chávez era un dictador. No soy Charlie.

Nunca aprobé el bombardeo de Libia. No soy Charlie.

Nunca me alegré del asesinato de Gadafi. No soy Charlie.

En 2006 estuve en contra del ataque de Israel a Líbano. No soy Charlie.

No tomo partido sistemáticamente por Israel contra los palestinos.
No soy Charlie.

No cierro los ojos al nazismo en Ucrania. No soy Charlie.

Opino que Femen es un movimiento procedente de la extrema derecha
ucraniana. No soy Charlie.

No creo que Rusia sea un país peligroso para la paz mundial. No soy Charlie.

No creo que Rusia sea responsable de la situación en Ucrania al
contrario que la UE y la OTAN. No soy Charlie.

No llamé a la intervención en Siria. No soy Charlie.

Nunca he considerado héroes a los opositores sirios, siempre he
pensado que son fanáticos islamistas más o menos manipulados. No soy
Charlie.

Los periodistas de Charlie, como los policías y el encargado de
mantenimiento muertos, obviamente son inocentes y sus asesinatos
injustificables, pero no inventemos héroes…

Rendir homenaje a las víctimas, por supuesto, pero no es alrededor
de Charlie y sus «valores» donde querría ver reunirse al pueblo
francés… y rechacemos esta unión nacional que enmascara la intención
real de los terroristas y las responsabilidades aplastantes de los
dirigentes franceses en el odio suscitado por nuestro país…



Comparto al cien por cien este texto. Acabo de responder así a alguien
que quería proponerme firmar una petición en favor de Charlie. El
asesinato de varios periodistas es un asunto muy grave. Pero yo no soy
Charlie. No me gusta esa publicación a la que no gustamos los
comunistas y que muy a menudo desprecia a la gente corriente. La
prensa tiene grandes dificultades y la libertad de expresión está muy
cuestionada desde hace muchos años. Y desde ese punto de vista el
grupo Lagardère, así como otros mercaderes de armas, tiene una gran
responsabilidad en lo que ha pasado. Por lo tanto considero totalmente
hipócrita que el grupo Lagardère, que suministra armas a todos los
regímenes reaccionarios del mundo árabe, se ponga al frente de la
campaña de la aparición de la revista. El CNR tiene las cosas muy
claras sobre la libertad de prensa, en particular contra la prensa
monopolista y sus grandes concentraciones. Exijamos el cumplimiento de
la ley y la vuelta a la ordenanza del 45.

Gilbert Rémond es militante del Partido Comunista Francés.

Fuente: http://lepcf.fr/je-ne-suis-pas-Charlie
Traducido del francés para Rebelión por Caty R.

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