miércoles, 11 de febrero de 2009

Atenco, alto a la impunidad







Atenco, alto a la impunidadJONATHAN VÁZQUEZ BETANCOURT Televisa y Televisión Azteca demuestran una vez más que su lealtad se debe  a quienes respaldan  y promueven la injusticia y el oprobio.El caso Atenco no ha merecido más que menciones breves, lecturas pobres y en algunos casos silencio cómplice que llaman la atención. Las dos cadenas de televisión más importantes del país (medios de información fundamentales, ya que más del 90 por ciento de los mexicanos se informa a través de éstos) han abordado paupérrimamente el tema.Me pregunto si el soslayo tendrá algo que ver con que Enrique Peña Nieto,  gobernador de Edomex y autor intelectual de la represión, se ha convertido en la nueva diva de la televisión mexicana y en el mejor cliente político de Televisa, tema del que asusta la perversa relación existente entre las televisoras y el poder político, lo que abre paso a la sujeción de los gobernantes ante el desafiante duopolio.Represiones como la de Atenco reflejan la más profunda miseria del México actual. Quienes juzgan esos hechos son quienes administran la infamia y quienes, como dijo Lorenzo Meyer en Primer Plano, de Canal Once –al referirse a la conclusión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SJCN) sobre el caso de Lydia Cacho y el góber precioso–, no son ciudadanos comunes, por lo cual, no pueden entender la realidad común. “Un magistrado de la SCJN que gana más de 300 mil pesos mensuales no es un ciudadano común”, lo que le nubla la vista para poder extrapolar el conflicto hasta los más altos niveles de poder.Eso le permite al magistrado Sergio Valls concluir que “es evidente que el uso de la fuerza no sólo era necesario sino obligado, era la única alternativa que quedaba para preservar el Estado de Derecho” y a Margarita Luna definir que “No hay el indicio de que alguna de las autoridades superiores, llámese gobernador del estado, procurador general de la República (...) haya dado la orden específica para decir sí, hagan un operativo con exceso de fuerza y violencia”, como lo documentó Víctor Fuentes, del diarioReforma, el lunes.O sea, en México, Luna acaba de institucionalizar la existencia de una Policía autónoma y soberana, sin jefes.La misma discordancia con la realidad le da pauta a Sergio Aguirre Anguiano para espetar “¿Cómo se puede atribuir a la Policía la muerte de ese muchacho? ¡Qué barbaridad!”, en referencia al asesinato de Javier Cortés, quien falleció víctima del impacto de un arma de fuego calibre .38 especial, como lo relató la nota de Carlos Avilés de El Universal.Ayer en MVS Noticias, Carmen Aristegui entrevistó a Alberto Herrera, director ejecutivo de Amnistía Internacional en México, quien aseguró que el caso refleja “un Estado negligente. Es el propio Estado que se convierte en perpetrador de la violencia”.En el mismo noticiario, Sergio Aguayo cuestionó “vamos a ver si se la SCJN se va por la justicia y no por la legalidad, como en el caso de Lydia Cacho”. Lorenzo Meyer fue más allá y dijo “tendrían que renunciar” los jefes de quienes fueron los autores materiales de la represión, Denise Dresser señaló que luego del “golpe” que se dio la Corte en el caso Cacho tiene la oportunidad de resarcirse. “El dedo debe estar en la figura de Peña Nieto”, sentenció.La Jornada fue medio de referencia dominante para informarse sobre el temaEl 6 de mayo de 2006 documentó las declaraciones del subcomandante Marcos quien aseguró que “ayer y hoy fuimos testigos de una verdadera campaña de mentiras contra el pueblo de San Salvador Atenco. Los medios masivos de comunicación se están poniendo al servicio de la mentira”. “El gobierno no puede cobrar venganza de nadie, su tarea es la justicia, no la represalia”, señaló el escritor Carlos Monsiváis el 7 de mayo.El domingo 14 de mayo, Juan de Dios Hernández Monge, defensor de los detenidos en Atenco, confirmó que de las 47 detenidas “al menos 30 fueron violadas por penetración de pene, con los dedos u otros objetos”, aunque también –indicó– un hombre fue violado con un tolete.Al siguiente día, La Jornada tituló una nota con una  declaración de  Felipe Calderón “en Atenco yo habría actuado igual que Fox”. “El olvido nos hace repetir el horror”, dijo Paco Ignacio Taibo. Si la SCJN olvida, si es legal, pero injusta, entonces, Atenco morirá en la memoria y se celebrará en la impunidad. Esta semana seguirá el debate, y una vez más la justicia espera a que los magistrados la miren y no la ultrajen (otra vez). Atenco, alto a la impunidad. 

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