martes, 24 de julio de 2012

El PRI: gatopardismo reloaded

#ColumnaIncómoda: El PRI: gatopardismo reloaded
Publicado el julio 23, 2012 por alexiabarrios
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Alexia Barrios G.

Créeme tío: si queremos que todo quede como está,
es preciso que todo cambie.
Lampedusa

El 6 de septiembre, según la ley, se concluirá una fase más de la
sucesión presidencial 2012. Para entonces habrá presidente electo o se
anunciará una trama realmente muy complicada para todos: quién podrá
ocupar la presidencia interinamente mientras se organizan nuevas
elecciones.

Siendo sinceros, jurídicamente el Movimiento Progresista y el PAN
tienen muy complicado tumbar la elección presidencial. Pero todo puede
ocurrir y si de pronto apareciera una prueba contundente de las
acusaciones hasta ahora mediáticamente bien explotadas, el TEPJF
podría dar un fallo histórico.

Pero mientras esto ocurre y se define en el Tribunal Electoral el
resultado de la elección, en las calles y en varios foros, que no son
pocos ni pequeñas las movilizaciones, hay una inercia ciudadana muy
marcada contra el regreso del viejo PRI al poder. Lo gritan en las
calles, en las universidades, en varios medios (Siendo precisos en La
Jornada, Proceso, Reporte Índigo y Reforma) y en las redes sociales.

Hay detrás de ello, sin duda, expresiones personales y partidistas muy
claras: Andrés Manuel López Obrador y su interés por prolongar su
liderazgo en las izquierdas y trascender si es posible hasta el 2018
en una tercera candidatura presidencial. Hay interés de parte de los
partidos pequeños, el PT y MC, por esperar la salida de AMLO del PRD y
jalarlo para sus filas junto con el enorme potencial político
electoral –y si es posible hasta alguna gubernatura de las ganadas en
la pasada elección—. Hay también el interés del PAN calderonista por
encarecer la negociación con quien le garantice impunidad y su paso
por la historia. Por eso la ambivalencia de los panistas con respecto
al reconocimiento o no al triunfo de Peña Nieto.

Más allá de los intereses partidistas y personales, también hay una
genuina inconformidad social por el regreso de las viejas prácticas
del PRI. Hay quienes, a pesar del enorme desfalco en Pemex, de la
negligencia criminal de varias dependencias federales, o las
corruptelas que han cobrado vidas humanas (de niños incluso, como es
el caso ABC), preferirían que hubiera ganado el PAN antes que
regresara el PRI. Otros más, quizá nostálgicos del espíritu 1968 y del
"foco guerrillero" de las décadas de 1970 y 1980, piensan que hoy es
la oportunidad para hacer historia.

A esas expresiones, el PRI y Peña Nieto no están atendiendo ni los
está entendiendo. Por el contrario, han deslizado algunos nombres del
futuro gabinete presidencial como si se tratara de reciclar basura,
por el perfil que tienen algunos de ellos.

Para el PRI era fundamental mostrar una cara diferente a fin de
ganarse a los inconformes que cada día se hacen escuchar más fuerte.
De ahí que su estrategia debió presentarse como muy alejado del
partido autoritario del pasado: ciego, sordo y mudo ante las
expresiones de disenso social.

Del mismo modo, desde la misma dirigencia nacional se debió afianzar
la idea de que su partido debía representar los intereses del mandato
ciudadano y el respeto a sus estatutos, haciendo suyas las demandas
sociales antes que la de los grupos de poder económico. Hoy, en lugar
de plantar su oposición a reformas hacendarias antipopulares y a las
iniciativas de reforma energética que pretenden "privatizar" Pemex,
hace suyas dichas ideas y se compromete con un sector financiero muy
pequeño a impulsar las "reformas estructurales".

Si el Tribunal Electoral le da la razón al PRI y finalmente Enrique
Peña es Presidente de la República, tienen que atender con mucha
inteligencia las expresiones de rechazo que se están manifestando y
definir con prudencia con quiénes hará su alianza en las cámaras de
diputados y senadores. La clave de un gobierno diferente para el PRI
es convencer a los inconformes; construir una oferta clara y sin
ambigüedades ideológicas; elevar el nivel del debate político de sus
contendientes y proyectar a la ciudadanía una auténtica legitimidad
democrática de su elección.

Muy mala señal será de parte del PRI y Peña Nieto que pese a la
ausencia en el poder presidencial por 12 años, pese a que hay una
amplia oposición a su partido, a que la sociedad ha cambiado –para
bien o para mal— y los medios han madurado, pretenda repetirnos las
mismas dosis de siempre y, finalmente, le termine dando toda la razón
a sus detractores de toda la vida.

alexiabarriossendero@gmail.com

http://alexiaincomodainforma.wordpress.com/tag/ezln/

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