Pacificación (Cocopa) lamentó las críticas que lanzó Felipe Calderón
contra el EZLN, cuando durante todo su gobierno no tuvo ningún
acercamiento hacia el grupo armado para tratar el proceso de paz,
inconcluso desde 1994, en que declaró la "guerra al Estado mexicano".
En una carta pública firmada por el presidente en turno de esta
comisión legislativa creada para el proceso de pacificación, el
diputado Juan Carlos Regis Adame, lamentó que Calderón haya utilizado
la presentación del libro de Luis H. Álvarez "Corazón Indígena. Lucha
y esperanza de los pueblos originarios de México" para hablar mal de
los zapatistas.
El viernes pasado, durante la presentación del libro del panista Luis
H. Álvarez, fundador de la Cocopa y presidente de la Comisión Nacional
de los Pueblos Indígenas en el gobierno foxista, Calderón soltó un
largo discurso donde criticó la poca apertura de los zapatistas al
diálogo y al apoyo gubernamental para la lucha contra la pobreza.
También cuestionó la "idealización" de las comunidades indígenas al
asegurar que no hay armonía sino injusticia, "y que una parte
importante de resolver los problemas de injusticia con los indígenas,
también es romper el prejuicio de que hay cierta armonía
preestablecida".
Además, Calderón aprovechó la presentación del libro para criticar al
obispo Samuel Ruiz García calificándolo de protagonista durante las
pláticas de paz en Chiapas, "interesado más en sobresalir que en
colaborar en la pacificación".
La presidencia de la Cocopa lamentó la actitud de Calderón al leer un
texto de nueve cuartillas que tituló "Los equívocos más nocivos
defendidos por el EZLN", en donde califica a Luis H. Álvarez de
"apóstol de la transición democrática de México" y asegura que gracias
a él los zapatistas han recibido los beneficios de los programas
sociales de su gobierno, incluso, por encima de las órdenes iniciales
de la dirigencia indígena de no aceptar ninguna ayuda gubernamental.
"La intervención de Calderón en dicho evento, además de mostrar una
falta de sensibilidad política y social, impensable en un primer
mandatario, pudiera interpretarse como una agresión, una falta de
respeto y un desconocimiento profundo de la lucha histórica de los
pueblos indígenas mexicanos. El repentino interés del presidente de la
República para hablar y teorizar acerca del zapatismo, resulta fuera
de lugar, al contrastar con la ausencia y el desinterés mostrados en
este tema durante los seis años de su gobierno, en los cuales jamás
tuvo un solo encuentro con la Comisión de Concordia y Pacificación,
para establecer mecanismos que permitieran abonar a la causa de la Paz
en Chiapas", señaló el presidente de la comisión legislativa.
En su misiva, el diputado Regis Adame manifestó que algunos
integrantes de la Cocopa han llegado a pensar que Calderón nunca se
reunió con ellos por la falta de compromiso del presidente para
adoptar una postura clara y definida en beneficio de los pueblos
indígenas y a favor de la paz en Chiapas, pero también porque pudiera
haber representado para él una posición de debilidad incompatible con
la que debía de tenerse a la llamada "guerra contra narcotráfico"
desde el inicio de su mandato.
Rechazó también que sólo se destaque la figura de Luis H. Álvarez en
la Cocopa, cuando en la búsqueda de soluciones al conflicto
chiapaneco, nunca actuó a título personal, sino como uno más de los
integrantes de dicha comisión, en la que también destacaron Heberto
Castillo (qepd), entre otros.
Incluso, destacó la contradicción de los gobiernos panistas, pues
mientras que en la época de Luis H. Álvarez como presidente en turno
de la Cocopa se elaboró la Iniciativa de Ley de Derechos y Cultura
Indígenas, los primeros en negar su apoyo para aprobarla, fueron los
miembros del PAN, "empezando por el propio presidente de la República,
Vicente Fox".
El presidente actual de la Cocopa advirtió que los gobiernos panistas
no han cumplido lo pactado en San Andrés Larrainzar el 16 de febrero
de 1995, entre el gobierno federal y el EZLN sobre la autonomía y
determinación de los pueblos indígenas; y consideró que este
incumplimiento es la verdadera causa de que el conflicto siga latente.
"No debiera abusarse de la paciencia y la tolerancia indígenas, que no
son signo de debilidad, sino de fortaleza, desde resistencia y el
silencio", precisó.
http://www.proceso.com.mx/?p=315714
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