martes, 27 de agosto de 2013

#EZLN Kanto Libre. Kanto Zapatista. Testimonio de quien asistio a la escuelita Zapatista!

KANTO ZAPATISTA

Quiero iniciar este texto diciendo que jamás he sido adherente a La Sexta Declaración de la Selva Lacandona ni tampoco de La Otra Campaña había sido solo un simpatizante solidario de los y las zapatistas que como comunicador independiente he seguido desde el ámbito informativo a este movimiento desde su aparición en el lejano año de 1994.

Así fue como llegué a la Escuelita Zapatista con muchas dudas de lo que allí está pasando con muchas expectativas buenas y malas incluso llegue a pensar que así como podría quedar sorprendido también podría terminar decepcionado.

Pero lo que voy a narrar empezó en el Caracol de Morelia el día 8 de agosto cuando llegamos a la fiesta de aniversario de la creación de los Caracoles y quiero ser sincero no me pareció nada fuera de lo común, era una fiesta normal de pueblo con muchos indígenas divirtiéndose observados por un gran número de extraños entre nacionales y extranjeros pero nada fuera de lo normal.

Fue hasta que una mujer zapatista dio un discurso de bienvenida a todos y todas las visitantes y un informe de todo el trabajo que les resulto preparar esta sencilla fiesta y algunos logros que aunque  mínimos ya han tenido y todo sin el más mínimo apoyo de lo que ell@s llaman acertadamente malos gobiernos fue en ese momento cuando empecé a darme cuenta que estaba en territorio liberado.

El escuchar y entonar los dos himnos el nacional y el zapatista además de arriar las dos banderas y ser trasportadas  por una humilde escolta de niñ@s desuniformados me hizo ver que ya estaba en otro mundo fuera del mundo capitalista y falso que la escuela institucional nos presenta.

LA LLEGADA A OVENTIC

Ya terminada la fiesta nos regresamos a la Unitierra Chiapas para registrarnos, no fue ninguna sorpresa que nos enviaran al Caracol más cercano, el de Oventic, pues como ya se había dicho en los comunicados que a quienes asistiéramos con menores de edad o con algún problema de salud nos dejarían en el Caracol más cercano.

Fuimos los últimos en salir, por la noche llegamos muy rápido a Oventic ya para esos momentos los nervios eran más fuertes nos encontrábamos apunto de descubrir que realmente hay en territorio zapatista incluso ver si los zapatista son reales.

Nos bajamos de los autobuses (tuvimos suerte ya que viajamos en autobuses no como algunos compas que viajaron en redilas por varias horas) ya era noche por ahí de las 9 y la neblina la hacía más oscura, antes de llegar al portón del Caracol nos topamos con una muralla humana de más de 20 hombres zapatistas todos de negro que con la oscuridad les daba un aspecto imponente e intimidante, nos habían dicho que seguramente nos tendría un buen rato en la puerta ya que son muy estrictos con los y las visitantes así que estaba dispuesto a esperar.

Pero en solo unos minutos en lo que terminaban de bajar todos y todas de los camiones y nos formábamos se dio la orden de avanzar pasamos en frente de la columna de aquellos hombres serios, de aspecto atlético y con disciplina militar que no se inmutaban ante nuestra presencia y comenzamos a entrar.

EL RECIBIMIENTO

Ahí todo cambio, al pasar la primera columna nos internamos en un mar de zapatistas, niñ@s, hombres, mujeres ancianos y ancianas que haciendo dos filas larguísimas nos dieron paso entre ellas y comenzaron a aplaudirnos con una fuerza impresionante que todavía ahorita se me enchina la piel, parecía un recorrido interminable se me hizo eterno el tiempo hasta llegar un sencillo auditorio de palos, madera y lámina (al otro día que recorrí este mismo tramo por la mañana me di cuenta que no era tan largo) allí todavía siguieron los aplausos ya con más luz vi a los compas de alrededor que empezaban a derramar lágrimas de emoción y no era para menos todos coincidíamos que era un recibimiento inmerecido y que nadie allí había tenido uno así antes en su vida.

LA ESTANCIA

El Caracol de Oventic se convirtió en un jardín de niños y niñas de todas las edades desde preadolescentes de 11 y 12 años hasta casi bebes de 1 o 2 años, convivieron solos con sus guardianes mientras nosotros los adultos recorríamos todo el Caracol y platicábamos con los colectivos de trabajo, las autoridades, los promotores de la salud, de educación en fin nos mostraron todo y como dicen hasta la cocina y hablo literalmente.

Convivimos con nuestros guardianes todo el tiempo nosotros tuvimos 2 una jovencita de 17 años con una bebé de solo un año y un jovencito de 16 recién egresado de la secundaria autónoma zapatista, ell@s nos trataron de explicar y responder todas nuestra dudas y nos cuidaron con mucho empeño.

También convivimos con los demás guardianes y guardianas estuvimos tratando de aprender hasta donde nos fue posible su lengua (el tzotzil) y conocer lo más que fue posible su forma de vida, de resistencia y de lucha.

Conocimos algunos compas promotores de educación con un extraordinaria claridad y formación política algo así como los cuadros más avanzados dentro del zapatismo que me dejaron con la boca abierta –en ese momento por dentro decía como no tuviera mi hija un maestro o maestra como este compa- su hospital me impresiono pero no la construcción ni los aparatos que por cierto son muy básicos y algunos ya obsoletos para los actuales, lo impresionante fue ver a indígenas que apenas si pueden hablar el español manipulando las máquinas y explicándonos todo su sistema de salud usando términos médicos que algunos ni conocemos.

Todo esto que les cuento ni yo lo creería sino lo hubiera visto con mis propios ojos, esto es algo que los y las zapatistas llaman reiteradamente en sus conversaciones cotidianas; autonomía y esto es para ellos la libertad según los y las zapatistas.

LA DESPEDIDA

Los 5 días de recorridos por el Caracol de Oventic se fueron volando el viernes por la noche teníamos que salir pero no sin antes pasar por una fiesta y baile como ell@s acostumbran estábamos muy tristes de que esta extraordinaria experiencia terminara tan rápido pero en pleno baile nos dijeron que la salida sería hasta el otro día por la mañana.

Algunos lograron tomar el micrófono y despedirse, cuando digo que lograron tomar el micrófono no es por no nos dejaran hacerlo sino más bien fue que los que pudieron sacar la fuerza para hablar en un momento tan emotivo lo hicieron, nuestros votanes me dijeron que yo hablara pero les dije que no podría que mejor trataría de escribir después ya con la emoción controlada.

Y eso es lo que acabo de hacer pero no con la emoción controlada que al recordar la cara encapuchada de nuestros ya ahora amig@s y herman@s zapatista llenarse de lágrimas por unos extraños que fueron a convivir y vivir solo 5 días con ellos y ellas y que fue suficiente para estrechar lazos tan profundos de amistad y compromiso me llena de emoción pero también me implica una gran responsabilidad de seguir intentando día con día cambiar esta realidad que hoy nos tiene en unas condiciones pésimas a casi todos.

Lo que estos hombres y mujeres han logrado es inspirador es realmente impresionante pero para quienes estamos por aquí en esta geografía como dicen ell@s con todas las condiciones no tan desfavorables como ell@s es un deber hacer por lo menos lo mismo que han hecho, mandar a la chingada a este mal gobierno con todos sus putrefactas instituciones y sus asquerosos partidos políticos y empezar a gobernaos nosotros y nosotras por sí mismos.

Nunca más un México sin los y las zapatistas.

Nunca más un México sin los y las indígenas.

Nunca más un México sin nosotr@s.

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