Olvido, supervivencia y enseñanzas del EZLN (opinión)
Por: Abril Vega Araiza (@abrilev)
¿De qué tenemos que pedir perdón? ¿De qué nos van a perdonar? ¿De no morirnos de hambre?(…)¿De no habernos atenido al Código Penal de Chiapas, el más absurdo y represivo del que se tenga memoria?(…)¿De habernos preparado bien y a conciencia antes de iniciar? ¿De haber llevado fusiles al combate, en lugar de arcos y flechas? ¿De haber aprendido a pelear antes de hacerlo? ¿De ser mexicanos todos? ¿De ser mayoritariamente indígenas? ¿De llamar al pueblo mexicano a luchar, de todas las formas posibles, por lo que les pertenece? ¿De luchar por libertad, democracia y justicia(…)¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo?
(Fragmento del Comunicado del EZLN del 18 de enero de 1994)
Al leer el título de este artículo podría parecer poco interesante para muchas personas, pues no es común ver noticia alguna sobre El Ejército Zapatista de Liberación Nacional en la televisión o en muchos de los periódicos predilectos del país, pero esto no significa que este movimiento no siga teniendo un gran peso en la política mexicana como lo tuvo hace 20 años al salir a la luz por primera vez. Pero las cosas no empezaron ahí, si no mucho antes, en el año 1983, cuando un grupo guerrillero con raíces en los movimientos sociales inconformes con la opresión del gobierno desde dos décadas anteriores se internó en la salva Lacandona para incitar en los indígenas un espíritu de rebelión en contra de la falta de las que hoy en día, aunque ya no directamente hacia el gobierno, siguen siendo sus razones de lucha: tierra, techo, trabajo, alimentación, educación, salud, independencia, democracia, justicia y libertad. No parece una petición tan descabellada, pues en teoría esas son las cosas más básicas a las que cualquier ciudadano tendría acceso, pero estamos en México y no todos estamos muy bien parados ante la ley, es incluso peor ser indígena en México, pues no es cualquier cosa, eso es sobrevivir con un nivel de dificultada muchísimo más alto.
En cuanto a los indígenas del movimiento, Salinas los reprimió, Zedillo firmó acuerdos poco respetados por las fuerzas armadas, Fox los ignoró olímpicamente, Calderón, con su Guerra Contra el Narco, sólo empeoró la situación y Peña Nieto, con prudencia, por su ignorancia total de la situación, simplemente los dejó fuera de su agenda política.
¿Por qué la atención a este movimiento se fue desviando con el paso de los años? Tal vez su aparición en la prensa y las acciones militares en su contra ya no dejaban tantas ganancias como lo hicieron alguna vez, como lo hacen todos los conflictos armados, o tal vez mencionar que tienen presencia en 17 estados del país y que ya son 42 comunidades autónomas dentro de Chiapas podría resultar contraproducente para la ya escasa credibilidad del gobierno. Con el regreso del PRI se enfatiza esta última razón, pues volvemos a las épocas en las que pretendemos estar en una situación perfecta, en la que no cabe la pobreza, el hambre, el narcotráfico o los movimientos sociales, mucho menos guerrilleros.
¿Qué mejor forma de debilitar a un movimiento que condenándolo al olvido? Es la forma más eficiente y barata para lograrlo, pues al hacer que la población se olvide de la existencia de estos descarriados grupos, estos pierden su fuerza ante la opinión pública e invariablemente, pierden también su credibilidad, llegando a contagiarse ellos mismos de estos pensamientos hasta desintegrar el grupo desde las entrañas. Aquí es donde el EZLN se destaca entre tantos otros grupos, pues han permanecido y evolucionado como lo ha hecho el resto de la sociedad con el paso de los años.
Algo que debemos entender sobre el EZLN, es que su ideología ha cambiado, pues en un principio dirigían todas sus demandas hacia el gobierno, pero con ensayo y error se dieron cuenta (después de ser ignorados o reprimidos por el gobierno) de que tal vez la autonomía podría ser el mejor camino para encontrar una mejor calidad de vida. No depender de nada ni de nadie más que de ellos mismos y su trabajo.
Si bien son constantemente criticados (por una parte de la prensa que no niega completamente su existencia) por que se ha dicho que han mantenido su modelo de gobierno aunque este haya fracasado . El Subcomandante Marcos declaró que su lucha habría concluido cuando en México los niños fueran niños y no otra cosa, pero en su ejército y su organización política los niños siguen ocupando lugares destinados a los adultos.
Desde nuestro perspectiva, lo más sencillo es decir que fallaron, pero, si ellos son capaces de vivir bien bajo sus propios mandatos y formas de organización sin necesidad de depender de un gobierno opresor y corrupto, concluyen que en su trabajo tratan de avanzar y mejorar como una comunidad unida y que una comunidad está conformada por todos sus habitantes, es algo que no puede ser simplemente calificado desde una perspectiva blanca o negra, sino gris.
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