lunes, 26 de marzo de 2012

A 6,570 días del levantamiento armado del #EZLN (XVIII)

A 6,570 días del levantamiento armado del EZLN (XVIII)
Gaspar Morquecho
VIII. Tepocatas en la selva. ¿Una Mata Hari en la Lacandona? ¿Un
licenciado como todos…? Y… una persona honorable como don Félix.

Habíamos pasado 10 días en la selva zapatista. El 8 de
marzo, Día Internacional de las Mujeres, nos había dejado nuevas
enseñanzas. Se había encarnado un poder en y con la participación de
las mujeres indígenas de todas las edades, como insurgentas,
milicianas, bases de apoyo. Un poder individual, social, colectivo de
las mujeres indígenas. Se crecieron con la tradición de lucha de las
mujeres en las Fuerzas de Liberación Nacional.

Esa noche todo iba bien, la capitana Irma había leído su discurso,
escuchábamos los corridos zapatistas. Marcos quemaba maple y hacía
bromas cuando va llegando un mensaje de la posición zapatista de
montaña: "El Morquecho no se quiso llevar a componer la pieza dañada
de la planta de luz". Pa'cabarla de chingar el Sub me tenía a mano:

- ¿Qué no quisiste llevar la pieza a componer? Preguntó Marcos.

Yo sentí que mi vida, se perdía en un abismo
Profundo y negro como mi suerte

- ¡Chín! ¡Ya me cayó el chahuistle!, me dije. A Marcos le
expliqué las razones: Como no sé cuándo vaya a regresar, pa'no fallar
les dije que no me podía comprometer.
- Pues que cabrón, me dijo el Sub.

Mi Santanás brincaba de gusto: ¡Ahora si cabroncito! ¡Ya valiste!

Entonces invoqué al Ángel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares
ni de noche ni de día…
No me dejes solo,
sé en todo mi guía;
sin Ti soy chiquito
y me perdería
Y como siempre me respondió:
- Mmmmmmh… le dije al Sub: Si de verdad están tan complicadas las
cosas ahora que salga taloneo, junto una lana, compramos una planta
nueva y ahí veo como la hago llegar.
Saber que pensó el Sub. Dio una orden y al ratito me entregó
zapadollares suficientes pa´comprar la planta de luz. ¡Fiuuuuuu! De
la que me salvé… ¿Acaso de un Consejo de Guerra? ¿De un veto de por
vida?
Al día siguiente, por ahí del 10 de marzo, llegó a la escuela a preguntar:
- ¿Cuánto tiempo más te vas a queda? ¿Se van a quedar a la Consulta?
- ¿Ya me está corriendo este…? Eso de estar cuidando gente
está cabrón. Tiene razón, pensé. Mmmmmh… puede ser mañana o pasado,
le contesté.
- Está bien. Lo voy arreglar.
La consulta había iniciado y el Sub reiteraba que las bases
de apoyo veían que los compromisos del gobierno "eran puro papel".
Todo indicaba que el EZLN no iba aceptar los compromisos del gobierno,
que nos se iba a firmar la paz como era la expectativa de don Samuel.
Firma de paz que para Camacho era su tablita de salvación y plataforma
para relanzar su candidatura a la grande. Le preguntamos a Marcos que
iba a pasar con la consulta que realizaría la Sociedad Civil sobre el
mismo tema: "Que la suspendan". Respondió. Le pedimos entonces que
hiciera algún comunicado para llevarlo a la gente del ESPAZ. Marcos
ordenó a uno de los insurgentes que le llevara papel y una máquina de
escribir. El insurgente dio dos o tres vueltas sin la máquina hasta
que Marcos le preguntó:
- ¿Dónde está la máquina que les pedí?
- Ahorita viene, contestó el insurgente.
- ¿Pues dónde quedaron todas las máquinas de escribir que se
robaron en Ocosingo? Insistió.
Así de claro era el Sub. Qué "expropiaciones" ni qué nada.
Al fin la bendita máquina llegó. Era una Remington Rand, viejita pues.
Marcos tomó distancia de nosotros. Colocó la maquinita sobre una de
las bancas escolares y se puso a escribir. Una, dos, tres cuartillas.
Un documento largo donde explicaba a la Sociedad Civil los porque
suspender la consulta. La Guiomar aprovechó la ocasión para hacer unas
fotos: Marcos inclinado sobre la máquina. No suelta la pipa. Con
pasamontañas, paliacate. La carrillera con tiros de escopeta, mangas
arremangadas hasta los codos. Una lamparita cuelga cerca del pecho del
lado izquierdo, un reloj en cada muñeca y de fondo tiene el muro de
tablas del edificio escolar. Concentrado, escribe, revisa. Nunca
volteó a vernos. Al terminar, hace la última revisión y finalmente
firma el escrito. Lo recibo. Veo cada una de las hojas y no hay error
alguno. ¡Ta'cabrón el fulano! Donde pone el ojo, pega la letra.
Seguramente eso de los "errores de dedo" es un invento para disculpar
problemas de psicomotricidad. Por cierto, a la pobre maquinita la
volví a ver destrozada después de febrero de 1995.
Más sorpresas. Por la tarde llegó a la escuela una joven mujer, como
dicen por acá, de buen ver, pelo corto y de tez morena. Se portó
reservada. Luego me preguntó que cuándo salía. Le respondí que al día
siguiente. Después preguntó si podía salir con nosotros. Le respondí
que sí. Cuando la joven mujer estuvo un momento fuera de la escuela
Marcos entró para reclamar: ¿No andes diciendo cuando vas a salir?
Esta mujer sólo vino pa'coger, comentó molesto.
¡Uta madre! La que le esperaba al Sub, a los zapatistas, a las
comunidades. Estaba llegando de tocho morocho… Al parecer no faltó la
Mata Hari.
A esa joven la vi después en las reuniones de la Asamblea Democrática
del Pueblo Chiapaneco (ADEPECH). Andaba muy de manita sudada con
Rubicel, dirigente de la Organización Campesina Independiente de
Villa Corzo (OCIVC). Rubicel. Un ex dirigente de la Asamblea me contó
que a esa mujer la asociaban con el PROC-UP, una organización político
militar que en la ADEPECH, "boicoteaba mucho, nos costaba llegar a
acuerdos por su intervención". Rubicel fue asesinado el 28 de enero
de 1998: "Por sus familiares. Él les había invadido tierras y se la
habían sentenciado. Nunca tomó en serio las amenazas. El había llegado
a su casa con su familia. Algo se le olvidó en su carro. Salió y ahí
lo mataron. Siempre andaba armado y todavía pudo contestar la
agresión.", dijo el ex dirigente. Era el tiempo de El Croquetas
Roberto Albores Guillén cómplice de Zedillo en la ofensiva contra las
agrupaciones campesinas, sus dirigentes y el EZLN.
Al día siguiente salimos de la selva zapatista. Viajamos Alejandro,
Giomar y yo. La güerita venía muy callada. Nunca me enteré si su amado
J.R. había podido entrar a cubrir la consulta. Creo que no, de otra
forma se hubiera quedado. Hacía calor.
Cinco días después el EZLN anunció que la Coordinadora Nacional de
Acción Cívica para la Liberación Nacional (Conac – LN) había ofrecido
su apoyo jurídico y ellos aceptado:
"15 de Marzo de 1994
(…)
Desde la etapa previa al diálogo de San Cristóbal, el CCRI-CG del EZLN
solicitó apoyo jurídico para poder consultar diversos problemas que el
proceso de guerra y el proceso de paz presentaban a nuestro ejército.
No recibimos respuestas inmediatas, la justeza de nuestra lucha se
perdía entre las calumnias y desconfianzas. Sólo una respuesta llegó a
nosotros en esas horas. La de los hermanos de la Coordinadora Nacional
de Acción Cívica para la Liberación Nacional (Conac-LN) que ofrecieron
el apoyo de su Comisión Jurídica.
(…) todos los asuntos jurídicos legales de nuestro Ejército Zapatista
de Liberación Nacional serán confiados a la Comisión Jurídica de la
Coordinadora Nacional de Acción Cívica para la Liberación Nacional."
Mmmh…. ¡No les digo! (No lo hubiera hecho el Sub. Luego les cuento la
que se armó.)
La primera escaramuza que tuvieron los asesores asignados fue en
Chiltak. Yo estaba de "guardia permanente" y por tal motivo no pude
evadir la llegada de Benito Mirón Lince, el flamante licenciado en
derecho por la UNAM. Hombre del 68. Movimiento que marcó de manera
definitiva su vida… ¡Ja! Pues que llega el peladito pelirrojo a hablar
conmigo. Según él, Marcos le había dicho que nos contactara. Y nada.
El licenciadito quería que cada vez que llegaran a Chiapas para
entrevistarse con el Sub les proporcionáramos alojamiento, comida y
transporte a la selva… y su nieve de limón y piojito por las noches.
¡Licenciado pendejo! Le dije que por piso en Chiltak no parábamos pero
lo de la comida y el trasporte neeeeeeeeel. También quería que
montáramos una mesa San Cristóbal para no qué madres y le dije que ni
maíz paloma. "Pues es que Marcos", replicó. Pues mucho gusto, dile a
Marcos que no hay. Por fortuna se fue… para no volver.
Bueno, también había gente honorable. En los primeros días de abril
llegó Flora Guerrero con don José Félix Serdán Nájera (1917), ex
combatiente jaramillista. Llevaban un mensaje para el EZLN. Al día
siguiente salimos temprano. El vochito de Chiltak se había
reconciliado con nos y, ni tardo ni perezoso, nos llevó rumbo a la
selva zapatista. Como seguía la consulta con las bases de apoyo,
sorteamos sin dificultad los retenes del Ejército federal. Había, al
menos dos. Uno cerca del entronque hacia Toniná y otro ya en la
terracería antes de llegar a San Miguel. Don Félix iba en el asiento
trasero y Flora de copiloto. En cada uno de los retenes de los
federales don Félix alistaba su credencial para presentarse como
jaramillista. (Como recordarán, una brigada del Ejército federal había
asesinado a su jefe militar Rubén Jaramillo y a su familia. Corría el
año de 1962.) Los pinches guachos sólo miraban por la ventanilla pero
no tomaban en cuenta al ex combatiente. Menospreciaban al viejo,
entonces, con 77 años de edad.
Paramos en San Miguel - primer punto de control zapatista -, mientras
esperamos la autorización para entrar. No tardamos. En La Garrucha
nos encontramos con los médicos Pablo González Jr. y Marcos Arana.
Viajaban en un vehículo del PROIMMSE - UNAM. Al vochito le dieron
autorización de continuar. Iba ligero y por eso, al pasar un cerco
enterró la trompa y perdió la barra estabilizadora al chocar con el
"guarda ganado" pero nada detuvo su marcha. Total, llegamos a donde
teníamos que llegar. Marcos y su escolta estuvieron para recibir a don
Félix. Al ver el vochito le saludó diciendo: "Ya se ganó el grado". Lo
que no sabe el Sub es que desde antes el vochito tenía el grado de
Subcomanche Rojo de la Chiltak. Grado que el vochito aceptó a
regañapistones: ¿Sub como el Sub? ¿Qué les pasa?
Marcos le dijo a don Félix que nos darían de comer. Don Félix le dijo
que no se preocupara. Que todavía aguantaba. Bromeando el Sub le dijo:
"Se ve don Félix. Se ve". En seguida nos llevaron al lugar donde
comimos.
A cielo abierto, las y los insurgentes habían arreglado una mesa con
todo y mantel. Para sorpresa de don Félix lo primero que colocaron los
anfitriones sobre la mesa, fueron tres Cocacolotas tamaño familiar.
Para entonces don Félix - que había optado por una vida sana, la
medicina alternativa, etc. -, les dijo a los zapatistas que no
consumieran refresco y menos las aguas negras del imperialismo. Como
única respuesta escuchó de una insurgenta lo siguiente: "Si lo único
que estamos esperando es regresar a Ocosingo para asaltar nuevamente
la bodega de la Coca Cola". Fin de la charla.
Por ahí tuve el chance de preguntarle por qué les había dado la
representación legal a los de la Conac: "Porque ustedes no quisieron",
reviró. Mmmmmh… ¡Que no quisimos! Ja. Le conté el numerito de su
licenciado en Chiltak. Que iban de su parte. Todo el chisme pues.
Marcos sólo se sonrió. En ese momento el Sub no sabía que en el pecado
llevaba su penitencia.
Pronto cayó la tarde noche. Las y los insurgentes preparaban un
sencillo escenario para un acto político militar. Habían colocado
algunos pequeños reflectores, seguramente alimentados con la energía
de una planta portátil.
Se inició el acto. El momento se cubrió de solemnidad. Unos 25 o 30
insurgentes se formaron en 5 ó 6 filas. Delante de las y los
insurgentes se encontraba don Félix cubriendo su rostro con un
pasamontañas azul. Frente a ellos el Sub dirigía la ceremonia y nombró
a don Félix mayor honorario del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional.
Don Félix lo recuerda así: "El 27 de marzo de 1994 convocamos a una
reunión clandestina de los viejos zapatistas que quedaban, de los
viejos jaramillistas… a esta reunión asistieron los viejos zapatistas,
los jaramillistas, los hijos de unos y otros y hasta los nietos y
simpatizantes. Entonces, analizamos tres documentos importantes: el
Plan de Ayala de don Emiliano Zapata, el Plan de Cerro Prieto de Rubén
Jaramillo y la Primera Declaración de la Selva Lacandona (del EZLN).
Encontramos los tres documentos con pequeñas diferencias pero
fundamentalmente con principios muy parecidos: la lucha del pueblo, la
lucha de los pobres por mejores condiciones de vida. Esto pues nos
hizo considerar: 'Bueno, no debemos dejar solos a los neozapatistas'.
Acordamos hacer un documento en el cual nos comprometíamos a no
dejarlos solos. Fue escrito el documento, lo firmamos y '¿Ahora qué
hacemos?'... Tuve la fortuna de ser comisionado para llevar este
documento a Chiapas en los días primeros de abril con Flora Guerrero,
una gran compañera. Fuimos a Chiapas a entregar el documento. Llegamos
a la selva y fuimos recibidos por Marcos, entregamos el documento y
Marcos, pues, tuvo a bien darme un reconocimiento: Mayor Honorario del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Eso pues para mí es un gran
honor, un privilegio y pues estoy siempre… estoy para servirle a mi
pueblo…".
Después del acto Marcos observaba a los asistentes desde una lomita.
Me aproximé al lugar para hablar con él. Una joven insurgente que
amagaba con la culata de se arma a unos niños que la molestaban detuvo
mi marcha con una amable pregunta: ¿A dónde va? A hablar con el Sub,
le contesté. La guerrillera volteó a ver a su jefe que con una seña le
ordenó darme paso. Hasta entonces me percaté que la escolta rodeaba al
Subcomandante.
Lo que pasa, le dije, es que Carmelo Enriquez me preguntó si tenías
algún comentario sobre la cuestión de la nueva Constituyente que se
viene discutiendo en el Frente Democrático Nacional (FDN) desde 1988.
Marcos jaló de su pipa, soltó la bocanada y dijo:
"Mira Morquecho. Cronológicamente lo que se tiene que hacer es:
Primero. Convocar a una Convención nacional.
Segundo. Sacar a un candidato de la Convención para la presidencia de
la República.
Tercero. Ganar las elecciones y crear un gobierno de transición que
convoque a nueva Constituyente para una nueva Constitución."
¡Órale! Marcos había diseñado la táctica para la coyuntura
electoral que consistió en: El NO a los compromisos adquiridos por el
gobierno durante los diálogos de Catedral y participar en las
elecciones federales con una propuesta política de transición y
constituyente.
"Como ves a Camacho Solís", preguntó Marcos. Con un candidato como él
reventaría lo que queda del grupo compacto de Salinas, respondí.
Siguió el Sub, "Bueno debemos tomar en cuenta a otros candidatos. Ve
a organizar la Convención con la sociedad civil. Si le entra el ESPAZ
la hacemos en grande…" Mmmmmh… ¿Y cómo le hago? Me pregunté… Por su
parte El Churro se daba vuelo cantando los mismos corridos
revolucionarios. Marcos reclamó: "Ya cómprenle un cancionero nuevo".
La XIX: Los juegos y rejuegos para la organización de la Convención Nacional


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