sábado, 4 de enero de 2014

Un zapatista por dos dias

Un zapatista por dos dias
BENITO JIMÉNEZ / Publicada el 03/01/2014 05:01:51 a.m.

Don Jesús Arreola, de 80 años, se enroló en el EZLN sin querer.



El alzamiento rebelde, hace 20 años, lo ocupó de chofer.



"El 1 de enero de ese año llegaron los zapatistas, armados. Al frente venía el capitán Arturo. Su gente me preguntó que de quién era la camioneta que estaba fuera de mi casa. Era de mi hijo, pero no estaba.



"Me encañonaron y me pidieron las llaves. 'Tú vienes con nosotros', me dijeron", narró.



En la combi, modelo 92, don Jesús llevó a los zapatistas; primero a Cuxuljá, luego a Oxchuc y después a Huixtán, donde el convoy rebelde arribó a las 9de la noche.



"En la carretera nos encontramos muertos regados, humeantes. Eran policías estatales que habían matado los zapatistas cuando entraron a Altamirano", recordó.



El avance alcanzó la cárcel de San Cristóbal de las Casas, donde abrieron las puertas a los reos.



"En Huixtán y en la cárcel, ya el 2 de enero, los aviones del Ejército comenzaron a sobrevolarnos. Adelante, hacia Rancho Nuevo, se oían los balazos como tablazos, uno tras otro. La cosa se puso fea ahí".



En todo ese trayecto, don Jesús desconocía quiénes eran los encapuchados y el por qué de la balacera.



"No sabía nada, nadie me dijo nada. Yo sólo manejaba y ellos me daban la gasolina. Con las manos hacían un canalito y así ponían el gas a la camioneta, con el riesgo de haber explotado ahí", contó.



En Huixtán, donde las refriegas ya estaban en su apogeo, la caravana que partió de Altamirano echó reversa.



Desde el aire, los militares lanzaban municiones de alto calibre a los zapatistas, que ya buscaban la huída.



"¡Ya valió madre, ya perdimos!", gritó el capitán Arturo.



"¿Qué perdimos?", preguntó don Jesús.



"Pues la guerra. Ya perdimos la guerra", reviró.



A su regreso a Altamirano, el 3 de enero, don Jesús se resguardó en su casa con una combi tirando aceite y llantas ponchadas.



Las tropas del EZLN aún mantenían tomada la plaza de Altamirano y los helicópteros volaban an en operaciones de reconocimiento.



Para el 7 de enero, los soldados ocuparon el Centro de Altamirano.



"A los poco días, un General del Ejército bajó de una camioneta blindada. Estaba furioso, muy enojado.



"Recuerdo que dijo: 'ya teníamos al pinche Marcos acorralado en la punta de un cerro. Ya lo íbamos a atrapar, faltaba poco'. Dijo que Marcos y su gente les había matado a varios soldados", expresó.



La ofensiva contra los zapatistas se había suspendido luego de la tregua con el Gobierno federal tras nueve días de enfrentamientos.



Amigos y pasamontañas



Altamirano se ubica a unos 95 kilómetros de San Cristóbal de las Casas y alberga a 10 mil habitantes.



Aquí los zapatistas arremetieron contra el Palacio Municipal y contra las oficinas del PRI, ubicadas en una esquina de la plaza principal.



"Ahí murió el primer zapatista, porque uno de ellos golpeó con la culata del fusil la cortina del PRI y se le salió un tiro. Le dio en la cabeza. Al muerto lo aventaron como si fuera perro y siguieron forzando la cortina", recordó.



El capitán Arturo, contó don Jesús, tenía un acento chapín, es decir, guatemalteco.



"Era moreno; le vi la parte de la nariz, por eso supe; chaparrito y daba las órdenes desde su radio.



"Traía un fusil grande, de ráfaga;, el cargador era una rueda", comentó don Jesús.



El problema, puntualizó, es que conocidos suyos también portaban armas y lucían con pasamontañas.



"Uno de mis vecinos era el encargado del transporte, de todos los vehículos que iban agarrando, y me dio miedo irme, escaparme, porque, aunque traía la capucha, lo reconocí y pensé que me reclamaría después".



A veinte años de ese alzamiento armado, don Jesús descansa en una silla en su tienda junto a la plaza entonces tomada por rebeldes primero y por soldados después.



"Sí. Fui zapatista por dos días. Orgullosamente lo digo ahora, porque sobreviví", resumió con una sonrisa.

http://www.am.com.mx/notareforma/3099

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