viernes, 5 de junio de 2015

La Asociación Trans Pacífica, una amenaza a la salud

La Asociación Trans Pacífica, una amenaza a la salud

Asa Cristina Laurell

Están en marcha las negociaciones internacionales de dos acuerdos
supuestamente de libre comercio: el Transatlantic Trade and Investment
Partnership (TTIP) y la Asociación Trans Pacífica (ATP). El primero es
entre la Unión Europea y Estados Unidos y el segundo entre esta nación
y 11 países de la Cuenca del Pacífico, entre otros, México. Tienen la
misma orientación y cierran la pinza sobre gran parte del mundo.

Ambas negociaciones son ultra secretas y pretenden, principalmente,
cambiar las reglas del juego para favorecer a las grandes empresas o
corporaciones transnacionales.

Los economistas Stiglitz considera la ATP una bomba atómica, y
Krugman, que concierne principalmente a la propiedad intelectual y el
mecanismo para resolver conflictos entre empresas privadas y estados,
conocido como ISDS (Investor-State Dispute Settlement).

A pesar de ello son temas poco conocidos por el público y por los
integrantes del poder legislativo lo que concentra en manos del
Ejecutivo el poder de decisión sin mayor debate.

Un área sensible de propiedad intelectual es de las patentes de los
productos farmacéuticos, o sea los medicamentos y los productos
biotecnológicos, y determina directamente con su accesibilidad. En
este campo se lograron avances plasmados en la Declaración de Doha de
la OMC en 2001. Permite básicamente excepciones a las reglas generales
del libre comercio para proteger la salud pública. El ejemplo más
célebre se refiere a la producción y exportación/importación de
antirretrovirales, que contribuyeron a frenar la epidemia de VIH/sida
y salvar la vida de cientos de miles de enfermos e infectados. En este
contexto cabe resaltar el papel protagónico de Brasil y los principios
de Unasur en la lucha contra las patentes de medicamentos.

Una evaluación sobre los resultados a 10 años de esa declaración
muestra que el problema de las patentes de medicinas no ha sido
atacado frontalmente.

El procedimiento legal de las licencias obligatorias, que autorizan la
producción de fármacos genéricos y su importación-exportación, a pesar
de que sean patentados, es sumamente complejo y lento. El estudio
señala, además, que se ha evadido su aplicación a través de la
negociación de nuevos acuerdos de comercio paralelos. Este sería el
caso de la ATP. Se sabe, por filtraciones, que la ATP propone ampliar
la vigencia de las patentes; proteger los datos de las farmacéuticas
para retardar el registro de genéricos; obstaculizar la producción
estatal de medicamentos genéricos baratos para tratar enfermedades
relevantes, y desmantelar las flexibilidades de salud pública en la
legislación internacional, entre otros.

El otro tema, ISDS, no es menos relevante en el terreno de la salud.
Es así porque facilita a las empresas o corporaciones transnacionales
llevar a los gobiernos ante una instancia de arbitraje internacional
privada si consideran que un cambio en la política nacional perjudica
la expectativa de ganancias de su inversión.

¿Cómo podría afectar a México? Recordemos que un eje de la actual
política de salud es desarrollar el mercado de salud. Forma, entonces,
parte de la política de salud promover la inversión privada en
establecimientos en ese sector y en el asegurador privado, las
Instituciones Especializadas en Salud (Ises) que actualmente pueden
ser inversión extranjera. Una decisión gubernamental o legal, por
ejemplo, a raíz de una evaluación negativa de esta política, que
eliminara la exención fiscal para los seguros y prestación privada de
servicios de salud o excluyera a los prestadores privados y los
administradores privados de fondos del sistema público, permitiría a
éstos reclamar una indemnización del Estado mexicano por la pérdida de
futuras ganancias. Como es obvio, este tipo de arreglos legales
quitaría el derecho de los gobiernos a determinar autónomamente su
política social y económica con base en un mandato democrático y
soberano del pueblo.

El debate sobre la ATP es casi inexistente en México a diferencia de
otros países. No debemos quedar desinformados y callados ante la
perspectiva de que se nos quite otro ámbito de soberanía nacional. La
ATP debe ser un terreno de lucha y definición política contra el
proceso antidemocrático global que añade nuevos instrumentos de poder
al poder desmedido de la oligarquía mundial.

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