lunes, 27 de abril de 2015

VENEZUELA Tiene razón el presidente Maduro, son bandidos

VENEZUELA

Tiene razón el presidente Maduro, son bandidos

por Carlos Aznárez

El presidente Nicolás Maduro, con toda lógica y valentía ha salido al
cruce del gobierno fascistoide de Mariano Rajoy. Así como Hugo Chávez
en su momento denunció a España como uno de los aliados principales de
los Estados Unidos del golpe del 2002, esta vez no faltan razones para
poner a la administración del Partido Popular (PP) y sus aliados
incondicionales en temas de injerencia, en el punto de mira de los
anticuerpos revolucionarios.

Cartón lleno: los representantes de la mafiocracia española posan sonrientes.

Esa entelequia llamada España (nacida de conquistar y arrasar
pueblos), ha mantenido desde lo más profundo de su historia una
actitud hostil y represiva contra todo aquel que desafiara su ambición
imperialista. Culpables sin ningún tipo de dudas del gran Holocausto
del siglo XIII, cuando, desde Cristóbal Colón en adelante, fueron
generando un sangriento raid invasor contra los pueblos indígenas del
continente latinoamericano. Estas bélicas aventuras de los castellanos
derivaron en una masacre gigantesca donde fueron asesinados o murieron
por el contagio de enfermedades importadas por los invasores
alrededor de 90 millones de pobladores y pobladoras. Mujeres violadas,
niños y niñas esclavizados, horror y más horror en nombre de la espada
y la cruz. Esta maquinaria ambiciosa y asesina repitió el mismo
derrotero poco tiempo después, cayendo a sangre y fuego sobre
diferentes pueblos de Europa.
Con este desparpajo devastador, de "guerreros lúmpenes" a los que se
les prometía grandes riquezas y el derecho de pernada, fue
construyéndose año a año, siglo a siglo, el llamado Reino Español, en
el que monarcas iletrados pero voraces en su ambición, se combinaban
con jerarcas eclesiásticos corruptos que crearon, para más inris, los
tribunales de la Inquisición para contrarrestar actitudes libertarias
y dar ejemplo sobre las consecuencias de cualquier tipo de
levantamiento popular.

De esa historia siniestra fueron derivando los nuevos "arquetipos" del
Imperio. Desde el genocida Francisco Franco en adelante (un millón de
muertos, decenas de miles de torturados, encarcelados y desterrados,
como muestra de tanto crimen impune), pasando por Adolfo Suárez
(activo colaborador con la dictadura argentina), Felipe González, José
María Aznar y este "bandido" de poca monta llamado Rajoy (acertó con
el término el presidente Maduro) que gobernaron con mano dura y
bolsillo lleno de sobresueldos y robo descarado. En una monarquía
bananera todo vale. Desde tirar de los "fondos reservados" y otras
fuentes de corrupción hasta recibir a la luz pública o bajo cuerda las
ganancias derivadas de la inversión de trasnacionales españolas, que
con su accionar deforestan, contaminan o destruyen lo que queda sin
lotear de Nuestramérica..

Siempre, absolutamente siempre, la receta española de dominio incluyó
la represión y el pillaje. Si lo sabrán andaluces, catalanes, gallegos
y vascos, sólo por citar algunas de las nacionalidades que cayeron
bajo la bota castellana. Antes y ahora mismo.
Ni qué decir del período colonial sufrido por Cuba y Filipinas. De la
lucha de resistencia en la isla caribeña, y de la saña represora, pudo
dar testimonio el poeta, periodista, escritor y combatiente José
Martí, cuando al igual que ahora hacen con las más de 450 presas y
presos vascos, sufrió sevicias en su cuerpo y la dispersión como doble
castigo.

Con todos estos antecedentes y muchos más, no sorprende que Rajoy y
Felipe González se unan en una nueva cruzada. Con gestos e iniciativas
coordinadas con Washington (que sostienen bases militares en
territorio español), uno y otro cumplen con el libreto que les dictan.

Felipe, el fundador de los Escuadrones de la Muerte denominados GAL
(Grupos antiterroristas de liberación), con lo que impulsó el
asesinato de númerosos luchadores vascos. Felipe, el gran amigo de
Carlos Andrés Pérez, con quien intercambiaron nuevas fórmulas
represivas e hicieron suculentos negocios. Ese Felipe de la OTAN y la
destrucción planificada de la industria española, no puede hablar de
Venezuela bolivariana sin sonrojarse. Su partido se ha convertido en
una filial competitiva con el PP para ver quien representa más y mejor
a la derecha europea, y desde allí fomentar la desestabilización en
Venezuela junto con los escuálidos locales.

De Rajoy y Aznar, todo lo que se diga es poco. Admiradores de la
"España de botijo, peinetón y pandereta" (como solía calificar a este
tipo de individuos, el patriota vasco Jon Idígoras). Franquistas
desembozados, racistas con todo aquél que no haya nacido en los
aposentos del Palacio Real, admiradores de los Bush y de Henry
Kissinger, aborrecedores de los pueblos y gobiernos revolucionarios de
Latinoamérica, empezando por Cuba y terminando por Nicaragua,
destructores contumaces de la economía de su propio país, arrojando a
la población española a niveles de miseria sólo vistos en la etapa de
la post guerra. Además, ambos más Felipe, verdaderos soldados de los
poderes fácticos (Ejército, la Banca y la Iglesia más reaccionaria),
plataforma desde donde aseguran que "su" España no se quebrará jamás,
y amenazan para ello, con sacar los tanques a la calles, si vascos y
catalanes continúan intentando elevar anclas y navegar hacia un futuro
independiente.

Esta perspectiva imperial para la que hoy Venezuela chavista es un
enemigo a derrotar, cuenta con el concurso del terrorismo mediático
del ABC, El País, El Mundo, La Razón y otros engendros parecidos.
También logra adeptos entre algunos partidos de "indignados
demócratas", más jóvenes y "desenfadados" que los tradicionales, pero
a su vez amantes de "la unidad territorial española". O el caso de ex
jueces como Baltasar Garzón, que critica la prisión del Alcalde
venezolano golpista, Antonio Ledezma y cultiva la amistad de miembros
destacados de la oposición. Todos ellos conspiran contra la
legitimidad popular del gobierno venezolano, que es igual a enfrentar
a la gran mayoría del pueblo de esa Nación. Buscan junto a Obama y sus
amenazas, crear el clima para otro once de abril. Pero así como
Nuestramérica acorraló en Panamá al presidente estadounidense, está
dispuesta ahora a respaldar a Nicolás Maduro y al pueblo de Venezuela,
repudiando en todos los ámbitos y por todas las formas posibles las
actitudes colonialistas españolas. En cada rincón del continente hay
deudas pendientes a cobrarle a estos bandidos de la Europa rica y
despótica.

http://www.resumenlatinoamericano.org

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