martes, 26 de enero de 2016

Llama Mujica a construir una cultura contestataria, libertaria y diferente

Llama Mujica a construir una cultura contestataria, libertaria y diferente
Publicado el 26 enero, 2016 • 22:47 por Yimel Díaz
Foto: José Raúl Concepción/Cubadebate.Foto: José Raúl Concepción/Cubadebate.

No malgasten el último tesoro que tienen, dijo el senador y
expresidente de Uruguay José Mujica a los reunidos este martes en la
Sala Che Guevara de la Casa de las Américas, el templo de la cultura,
como le llamó.

El político y revolucionario convocaba así a disfrutar del "milagro de
estar vivo". Con el verbo pausado y sincero de sus ocho décadas,
hilvanó un improvisado discurso de ideas coherentes, cargadas de
humanismo y compromiso con los humildes.

El líder rindió honores a José Martí, "el Apóstol le llaman acá y no
les falta razón", y recordó a otros libertadores que como él, soñaron
con una América Latina integrada.

También elogió el ideal socialista: "El ser humano, como bicho, es un
bicho socialista" porque depende de su convivencia con otros
congéneres del grupo, aseguró. Para el hombre, "después de la pena de
muerte, la peor de todas las sanciones, es la expulsión del grupo, la
exclusión, la soledad", dijo quien sufrió cárcel y más de una década
de aislamiento en una prisión de alta seguridad de Uruguay en castigo
a sus ideas revolucionarias.

Mujica denunció el mundo "totalmente desequilibrado" en que vivimos,
"parece de locos", con una civilización que nos domina y "acumula
disparates" entre los que mencionó los perjuicios ocasionados al
medioambiente, el crecimiento desmesurado de las ciudades: "Los mayas
tenían mejor control territorial, recordó, mientras nosotros hemos
inventado las selvas de cemento donde se amontona la gente".

El mundo necesita acuerdos globales como el pan, urgió, nuestro
desafío es mantener la vida en la Tierra, y señaló que una de las
funciones de la televisión y de la industria del entretenimiento es
"embobecer a la civilización mediática".

"En esta lucha, acotó, más importante que los ejércitos y el poder
militar, es la cultura que nos controla y que aboga por la acumulación
capitalista. Eso, a pesar de que las cosas más sagradas, que las
decisiones más importantes que tomamos los seres humanos, nada tienen
que ver con la economía y sí con los sentidos".

"Nuestro deber es construir una cultura contestataria, libertaria y
diferente", apremió.

Durante su intervención de aproximadamente una hora, Mujica se
describió a sí mismo "como un paisano que un día soñó con cambiar al
mundo", mientras que en otro momento reconoció que, a la altura de sus
81 años, podía decir lo que pensaba con absoluta libertad.

"Una vez creímos que construir el socialismo equivalía a competir en
toneladas de acero con Occidente, pero la "cosa" no estaba ahí, la
"cosa" iba por otra parte, reflexionó. De esta forma el el uruguayo
llamó la atención acerca de que en la praxis socialista "quedó en el
tintero el formidable papel de la cultura", y alertó acerca de que
esta puede ser "retardataria": "No me refiero a la cultura que ilumina
al arte, sino a esa que tiene aroma de cocina, a la que guía nuestras
decisiones casi instintivamente", esa "que heredamos de generaciones
anteriores, sin la cual seríamos unos monos miserables".

Mujica calificó a la Casa de las Américas como un templo de la cultura
y del esfuerzo comprometido con América Latina. Recordó que luego de
200 años de historia regional "hemos logrado fundar algunos países,
pero la nación aun espera agazapada en algún rincón. Esa es la
libertad que no falta en tiempos donde el mundo se aglutina en
gigantescas unidades, donde no hay piedad para los débiles, y no queda
otro remedio que unirse para ser fuertes".

La que estamos viviendo no es nuestra segunda independencia, repasó, y
si lo es, necesitaríamos una tercera donde se funde esa cultura que
nos hará verdaderamente libres, que no esté embebida de ese
capitalismo que traemos en la mochila consciente o inconscientemente.

La integración regional es una de las deudas que tenemos con José
Martí, señaló, y si antes se asumía como una forma para enfrentar a
los imperios; hoy es "la respuesta al espanto" en un mundo
ingobernable cuya única dirección es el consumo.

Martí es el baúl donde buscamos herramientas intelectuales, reconoció.
Los que nos llamamos de izquierda necesitamos acudir a ese "hombre
singular" que decidió jugarse su suerte con los pobres, que "se
enamoraba como pata de catre" y que amaba la vida pues estaba "enfermo
de Humanismo".

Para Mujica, este poeta y revolucionario cubano fue un "intelectual
vigoroso", que entendió la necesidad de un "partido inclusivo,
diverso", que condujera a todas las clases sociales a su lucha. Le
aplaudió además la capacidad de identificar que con la independencia
de Cuba, se garantizaba el fin del dominio de lo que quedaba del
imperio español en la Antillas Mayores, y la garantía de que las
nuevas naciones de Suramérica no cayeran bajo la égida de Estados
Unidos.

Como Martí, Mujica también cree en el mejoramiento humano: "ese bicho
humano es el único animal capaz de reprogramarse en su conducta, si
ejerce voluntad para ello, dijo y concluyó con una crítica visceral a
las sociedades de consumo: Cuando compras con plata, en realidad estás
entregando la parte del tiempo que gastaste en ganarla, pero no podrás
recuperarlo nunca. "Por eso el tiempo es el único y verdadero tesoro
del hombre, no malgasten el milagro de estar vivos".
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