miércoles, 30 de septiembre de 2015

Reseña del libro "Iguala-Ayotzinapa y el nuevo despertar antisistémico", de Miguel Ángel Adame Cerón

Reseña del libro "Iguala-Ayotzinapa y el nuevo despertar
antisistémico", de Miguel Ángel Adame Cerón

Luis Eduardo Sánchez Toscano
Rebelión


Los padres, familiares y estudiantes de la escuela Rafael Isidro
Burgos de Ayotzinapa han sido y son los protagonistas de este
despertar al que Miguel alude, han mostrado y demostrado las
experiencias y aprendizajes de este largo peregrinaje desde los
terribles y oprobiosos acontecimientos en Iguala la noche y madrugada
del 26 y 27 de Septiembre de 2014 hasta hoy, hace justamente un año.
Año que -por cierto- se cumple en medio de naturales protestas y
encendidos ánimos en los que no ceja el reclamo de justicia aunado a
la exigencia de presentación con vida de nuestros hermanos
normalistas.

¡Vivos los Queremos! Es el grito que se expande desde Ayotzinapa al
mundo y que en su resonancia ha ido rearticulando, podríamos decir
rezurciendo, las redes de las diferentes resistencias que desde
diversos frentes han sentido antes la garra del Estado con la misma
brutalidad con la que se dejó sentir en Iguala, y que por ello mismo
son capaces de sentir este dolor como propio.

¡Vivos los queremos! Es el grito que también convoca a miles de
conciencias solidarias y sacude a otras tantas miles que quizá por un
freudiano mecanismo defensivo se refugian en la apatía o la
resignación y pretenden negar la realidad decadente que sin embargo no
deja de lastimarnos cada día, cada hora y en cualquier parte de
nuestra vejada nación –si aún cabe la palabra- golpeando con más
sadismo las vidas y cuerpos sobre todo de mujeres, jóvenes, niños y
niñas.

¡Vivos los queremos! Es la consigna que invita con imperativa crudeza
a reconocer que si no intentamos nuevamente dar la batalla organizada
y unificada contra este criminal Estado necropolíticamente configurado
quizá mañana más que nombrar a los ausentes también seremos nombrados.

El libro que compila Miguel Adame nos aporta, desde una perspectiva
crítica y abiertamente militante, valiosos elementos para comprender
el entramado que generó la tragedia de Iguala-Ayotzinapa y además nos
invita a pensar las posibles vías que nos permitan acceder a la
justicia y hacer frente a lo que él define como el forbiano estado
mexicano, haciendo referencia a la cantidad de multi-millonarios que
la revista Forbes ha exhibido en la última década y cuya riqueza se ha
expoliado al salario general de la nación mediante lo que Luis
Arizmendi define como la renta criminal; es decir, riqueza que debería
haberse reflejado en los salarios y calidad de vida de todas y todos
los trabajadores y que va a parar a las arcas del crimen organizado,
acumulación por despojo que para hacerse efectiva debe sostenerse
desde las instituciones del estado en una maraña de corruptelas y
complicidades que implican desde el jefe del ejecutivo (pasando por
SCJ, PGR, SEDENA, Gobiernos estatales y Municipales, Partidos
políticos e INE, Cabezas de organizaciones criminales, Jefes de Plaza,
etc.) hasta al joven halcón reclutado por el narco. En ese sentido,
advierte Miguel, el Estado mexicano no es un estado fallido, sino más
bien un estado en pleno funcionamiento a favor de los capitales
transnacionales, como lo describen los artículos del apartado
Capilares Económicos.

Además de ser diagnóstico y caracterización, la obra de Miguel Adame
ofrece también un colorido mosaico de posicionamientos políticos que
han tomado diversas expresiones de la izquierda mexicana frente a la
barbarie, expresiones no necesariamente coincidentes entre sí pero
convergentes en torno a la necesidad de respaldar y alimentar al
movimiento nacido en Ayotzinapa.

Al igual que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad
encabezado por el poeta Javier Sicilia en 2011, este nuevo despertar
se enfila a dirigir la demanda nacional de terminar con la violencia
tanto del crimen organizado como de las instituciones estatales. La
diferencia fundamental entre ambos movimientos es que el de 2011
buscaba la reconciliación nacional y el diálogo con el gobierno en un
intento por sensibilizarlo, además de tener una orientación más bien
clase mediara, nutrida incluso por representantes del sector
empresarial afectados por esa ola sangrienta que inauguró Felipe
Calderón para intentar legitimarse tras las distintas revueltas
ocurridas en el año sexto de este nuevo siglo.

En contraste, el movimiento por Ayotzinapa ancla sus raíces en los
sectores más olvidados por el estado y tiene bien claro que ante un
gobierno insensible y criminal, poco se puede obtener dialogando, lo
que quedó demostrado con los dos encuentros ya ocurridos, donde
nuevamente Peña Nieto ofrece compromisos unilaterales en un inútil
intento por relegitimar su gobierno ante la llamada opinión pública
nacional e internacional. El movimiento por Ayotzinapa se ha
identificado más con diversos sectores populares y sus organizaciones
que con una sociedad civil difusa que rechaza la violencia pero no se
atreve a combatir su fundamento neoliberal y capitalista.

No obstante la diversidad de posiciones que el libro recoge, algunas
más elaboradas que otras, Miguel Adame intenta en sus colaboraciones
una síntesis crítica de ellas, como cuando hace referencia a la tardía
y débil respuesta de López Obrador para explicar cómo diablos "se les
coló" el nefando alcalde de Iguala como candidato en 2012, si bien se
sabe que fue la corriente Nueva Izquierda que domina al PRD -o lo que
queda de él- quien lo impuso en la candidatura, la respuesta del de
Macuspana pareció más un deslinde para evitar un daño a su imagen
antes que para sumarse a la exigencia de Justicia.

Es sabido que López Obrador en su excesiva cautela tarda en
posicionarse ante crisis políticas que involucran represión y
brutalidad como ocurrió en 2006 tras las arteras provocaciones en
Atenco y en Oaxaca. Pertinencia o no del boicot electoral en Guerrero
y en todo México son también algunos de los temas que se analizan en
el compendio de artículos que nos presenta Miguel, debate que se ha
reinventado y reactualizado en cada proceso electoral y que requiere
pensarse desde el mirador de la "autorganización de los oprimidos"
como lo sugiere Guillermo Almeyra.

No deja de ser significativo que el actual periodo de violencia
estatal-criminal se haya instalado tras la fallida transición política
de 2006, como resultado de la alianza que alcanzaron la elite política
y la burguesía dominante para frenar dos fuerzas políticas distintas,
pero igual de peligrosas a sus ambiciosos ojos, la del reformismo
centro-izquierdista de López Obrador por un lado y la del
fortalecimiento de la unidad anticapitalista encabezada por el EZLN,
por el otro.

Diez años después ninguno de estos dos anhelos logra por sí mismo la
fuerza necesaria para derribar al régimen por ninguna de las vías que
han elegido, si bien sus batallas y esfuerzos siguen siendo loables y
valiosos. El movimiento por Ayotzinapa tendrá que analizar si las
fuerzas alcanzadas en este primer año nos permitirán tumbar al
régimen, indiscutiblemente debilitado pero experto en orillar a
movimientos y disidencias al desgaste interno y sus consecuentes
laberintos represivos.

A la gran pregunta del momento ¿Cómo parar la masacre nacional? Se nos
impone primero la resolución de otra ¿Cómo unificar las luchas en una
sola estrategia? ¿Cómo sortear el ciclo de la derrota que de coyuntura
en coyuntura pretende imponer el régimen? Ese es el principal reto por
venir y por cuyo motivo es necesario fortalecer esta lucha y apremiar
en la re articulación que gracias a la dignidad y fortaleza de los
padres y familiares de los normalistas, de sus amigos y compañeros de
la Isidro Burgos se nos planeta como horizonte posible.

El libro de Miguel Adame es una antología de textos escritos para
diferentes medios electrónicos e impresos, políticos y académicos,
entre los meses de octubre de 2014 a marzo de 2015. Seis meses después
no ha perdido actualidad, más bien al contrario, el informe del Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes de la CIDH viene a
confirmar con datos duros los análisis y señalamientos que contiene,
por lo cual sus reflexiones son más vigentes ahora que cuando fueron
escritas. Ello no puede decirse de otras obras que desde una
pretendida neutralidad terminaron por cobijar las versiones
"históricas" oficiales, c o mo es el caso de la obra del periodista
Esteban Illades, La noche más triste, hoy totalmente desacreditada.

Ante este tipo de eventos la neutralidad no existe, pues como sostiene
Ramón I. Centeno parafraseando a Zizek "para poder acceder a la verdad
primero hay que tomar partido". A un año de los lamentables hechos en
Iguala no nos queda más camino que avanzar, como señaló una madre tras
el diálogo infructuoso del pasado 24 de septiembre, volver perder el
miedo y avanzar. Y como rezaba el lema del periódico gramciano en la
antesala fascista: "Instruyamonos, por que necesitáremos de toda
nuestra inteligencia; agitemonos, porque necesitáremos de todo nuestro
entusiasmo; organicemonos, porque necesitáremos de toda nuestra
fuerza".
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203861

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